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Poemas de Carolina Kibudi

Publicado: 2024-11-24


Prehistoria


Un surco

en el vacío

donde la nada

se vuelve traza

en la horda

de los días

por venir.




Ancestral


Tañen las cuerdas

el eco de desiertos

y soles naranjas.


Las ruinas

de una vieja aduana

custodian

el paso de los vientos.


Devenir

del tiempo

y del agua.


Memoria ancestral

de piedras

angulares.


Vestigio cenital

de huellas

singulares.


Bordes primitivos

del sueño

en su viaje.


Rescoldos antiguos

de ámbar

y jade.

se demoran las esperas.


Donde todo cae,

o todo nace,

o algo

se resuelve

lento

fugaz

inasible

abisal.






Pedro


De Tafalla, su pueblo natal,

se fue un día Pedro

(Periko, le decían).


Con sus ojos claros.

Con su boina eterna.

Con su tatuaje azul

de mujer lejana.


A cruzar el océano,

a acompañarnos en el crecer,

a llevarnos de su mano

por veredas bañadas de sol,

a dejarnos el recuerdo de su sonrisa

como luz para los días.


De Tafalla, su pueblo natal,

se fue un día.

En un barco

de antes del tiempo.

Con su voz tañida

de jotas navarras.


Arribé al pueblo

una mañana,

a bordo de un tren

cargado de preguntas.


En la estación

me esperaban

abrazos inéditos

pero por mí ya conocidos.


De Tafalla, su pueblo natal,

se fue un día Pedro

(Periko le decían).


Y allí estaba,

con su sonrisa,

después del tiempo,

cuando bajaba del tren

cargada de preguntas

una mañana de sol

a comienzos del verano.





Fin-principio


Voces salvadas del olvido.

Dibujos de unas manos en el aire.

Huellas que surcaron los desiertos.

Piedras que anidaron otros tiempos.


La muerte eligió quedarse

a la espera de otras soledades.

Inmóvil y silente

como un tren que viaja en la noche.


Mientras las manos,

mientras los cuerpos,

se abren para soltar lo dado,

se dejan atravesar para ser nombrados.


Mientras el agua lapislázuli,

mientras el sueño azul-turquesa,

dibujan en sus cauces

los vestigios que deja un andar.


En la arena

blanca,

vieja,

erosionada,

infinita.


Lo fugaz

imprime en la piel

su sello de fuego.





De(s)velo


Las calles

vacías

en la madrugada.


La quietud

de los objetos

en esas horas.


Luces prendidas

en la noche,

resistiendo

la mediocridad

del sueño

estipulado,

porque

hay que dormir.


Des-velo,

por la caída

de los velos.


Despertar.



                                     Poemas del libro Devenir (Barnacle, 2022)








Carolina Kibudi nació en Buenos Aires, Argentina, en 1982. Es poeta, música y psicoanalista. Se graduó como licenciada en Psicología en la Universidad de Buenos Aires. Desde esos tres artes y oficios que surcan su trayectoria, invita a poner en juego algo de lo que escapa al decir. Anteriormente publicó Lumbre (Barnacle, 2017).


Escrito por

Willy Gómez Migliaro

Willy Gómez Migliaro (Lima, 1968) Poeta, profesor de literatura y escritura creativa, asesor literario y corrector de estilo.


Publicado en

Poesía

Poesía en lengua española