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                                      EL LENTO CALEIDOSCOPIO

Acerca de “Primera Bondad de la sombra” (Barnacle, 2023) de Gabriela Troiano 

Buena parte de nuestras vidas nos es escamoteada. Creemos que la nitidez y definición de las cosas con las que nos relacionamos en la vigilia son la única realidad y que nuestro interior nos es claro y distinto. Las cosas suceden de otro modo.

Hay todo un trasiego, ida y vuelta, del sueño a la vigilia y de la vigilia al sueño. Nos mueven fuerzas ocultas. La misma coloratura de cualquiera de nuestros días puede verse entenebrecida o, al contrario, iluminada por lo que hayamos vivido la noche anterior. Actuamos, en verdad, a ciegas.

Puede incluso suceder que nuestros días sean una ficción total, una entelequia, mientras que por las noches vivimos nuestra vida verdadera.

Gabriela Troiano presenta ambas instancias exponiéndolas con la misma o equivalente densidad: habla tanto de la vida de los durmientes como de la de los despiertos sin hacer distingos. Hay una navegación, cada noche y cada día, de costa a costa, como la del sol de los antiguos egipcios, y ambas orillas son ciertas, palpables, reales.

Apela a símbolos tradicionales: día y noche, lo solar y lo lunar, lo seco y lo húmedo. A cada reino le corresponden determinados atributos, que se contraponen con los del otro.

Sus poemas, breves fragmentos en prosa, se escanden a manera de salmodia y más allá de la ocasional reiteración de sintagmas operan a manera de sortilegios.

Son prosas de amable dicción, nítidas, decidoras. Hay escasísima adjetivación. Un color, el azul, atraviesa el libro, como las aguas donde todo se confunde.

El poemario se mueve como un lentísimo caleidoscopio en el que aparecen, sucesivamente, nuevas figuras que, sin embargo, estaban implícitas ya desde el principio.

                                                  4 Poemas

Si solamente pudieras ver tu rostro soñante. Un fugaz reflejo: mínima certidumbre del agua. La profunda cavidad de las cosas desplegadas en el tiempo como una antigua canción que muta.

¿Y si el despierto quisiera lamer con su lengua de sol el pelaje de la noche? Su yo animal es frágil ante los ojos abiertos. Su yo animal se deshace como tierra seca en el vórtice del día. Ay, el metal filoso atraviesa una sombra a la hora del alba. Búsqueda del yo animal con palabras solares.

Comienzo y fin de la cacería es despertar.

Corazón peregrino del durmiente. Corazón, piel arrugada de tanto sueño, ¿has

olvidado la piedra acaso? Caparazón para flotar en la sombra. ¿Has olvidado la

piedra?

Ah, vulnerado cuerpo-barca, cristal oprimido entre tu yo

soñante y tu yo despierto.

¿Acaso es sueño lo que decimos sueño? Llovizna que sucede

en los valles del soñante. Difusa isla en la intemperie del

despierto. Ni siquiera sospechamos sueño cuando decimos sueño. Secreto lugar

que olvidamos de la noche.

Acerca de Pablo Seguí (Córdoba, 1973)

Ha publicado los siguientes libros: Los nombres de la amada (Alción, 1999), Claves y armaduras (Foja/Cero, 2005), Naturaleza muerta (El Copista, 2011), Otro verano y éste (Barnacle, 2017), Animal de bien (Barnacle, 2018), Noción de ritmo (Barnacle, 2019), Lizard y otros poemas (Barnacle, 2020), Babía y otros poemas (Barnacle, 2021), La internación (Barnacle, 2022) y Remy LaCroix y otros poemas (Barnacle, 2023).

@dulcineapeperomia

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Acerca de Gabriela Troiano (Buenos Aires, 1980)

Docente y narradora oral. Publicó “Éire” (Al Filo de la Palabra Ediciones, 2018), “Canto al cuerpo solar” (Barnacle, 2021) y “Primera bondad de la sombra” (Barnacle, 2023).

Formó parte de la antología “Poetas reptantes” (Textos intrusos, 2015) y algunos de sus poemas fueron difundidos por la revista “Qu Literatura”.

@gabrielavtuan