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Poemas de Eli Ludeña

Publicado: 2023-08-20



En la hora de los ojos

ya no importa la mirada

                    en dónde estuvo

ni los otros ojos del que fue reflejo


abre una luz la sangre de la noche


Nada importa

se hundirá el cuerpo

            en la fiesta de los otros

volverán a los espejos de la sala

a mirar nuestros cristales

           o fundirá el sol del orco

el manglar de sus voces.








En mi cabeza

el ojo del tiempo

mata un día

mata dos

 

Las voces de mi voz

finales cantan

abiertas luces

no mi cuerpo

no el rojo


Mi voz última canta

después

la mañana en mi memoria

de mi yo no tan lejano.







Transcender


Cuando parta a la eternidad

y el sol con las manos toque


bailarán los colores

en el borde de mis labios

pronunciarán el amor mis ojos

y caminaré el rojo hilo que llevaba


seremos infinito.









Lleva

           a veces la poesía

una piel extraña a la suya


lleva

              a veces

también la mía


                                 e f í m e r a.


Como en julio

las flores de primavera

(que son las de después)

sus versos ofrecen

a la conjugación

             tiempo


Otras pieles me han conocido

y sus lenguajes después


                            e r o s i o n a b a n.


Fluía entonces

morfología


pero la piel llama a la piel


y fue ahí donde aprendí a leer

                las formas del cielo


Lleva a veces la poesía

siempre

                 a veces

                           ahora

                                   tu piel.









Heme aquí

perdida quizá

en algún rincón

que desconozco


Espero

te espero

no vienes


Y yo me quedo

como yéndome

de mí yéndome


a donde tú estés










Nunca supe del color muerto

en la mirada

del silencio del cielo

en la hora de la sangre

el tiempo

                             es un tiempo


ya nada tengo

no suplico

              (pero amo)


lo que viene a mí

                       me llevará










Este espacio que me posee

filoso

ido

adquiere formas


                   otras

se pronuncian


se escriben en algún lugar

donde mi mirada y mi tacto

no llegan


Alguna palabra me elije


absorta


a su significado me entrego

a su sistema de escritura


ser poema


desde mis extremos










La casa de los cuerpos

de fuego

                su clavícula

en longitud hacia siluetas

hacia andares

                   sin retorno

sábanas de aire

                     de hadas

entre artificiales

de palabras


El cielo

en la carne

                de los genitales

        también entre ojos

entre miles de ojos

el azul casi perfecto

si por el tipo de mirada

no fuera


Su brisa tiende

entre pieles

                       nuestras


el silencio

en ningún otro suelo

duplicará sus costas

 

Y laten

laten

                       luciérnagas

en la casa

                       del infierno

o allá en lo sideral.









El cuerpo tuyo

es la metáfora

en el poema de mi sexo.


Su rima

y su cadencia

o humedecido lenguaje

crean verbos en

cada esquina de las carnes.


Muchas veces la poesía

puede ser salvaje.













Eli Ludeña. Arequipeña. Aficionada a la cocina y al deporte. Auxiliar de educación de la EBR y la EBR. Especialidad en estimulación temprana. Especialidad en la didáctica de enseñanza Montessori para nivel inicial. Estudiante de literatura y lingüística en la Universidad Nacional de San Agustín Arequipa. Representante del Movimiento Cultural Internacional ERGO – Arequipa. Forma parte de la Revista literaria ERGO, sexta edición (Perú). Antología poética La melodía de los versos (Colombia). Revista literaria AUTORES, esicion2, 3 y 4 (España). Próxima a sacar su propio poemario.


Escrito por

Willy Gómez Migliaro

Willy Gómez Migliaro (Lima, 1968) Poeta, profesor de literatura y escritura creativa, asesor literario y corrector de estilo.


Publicado en

Poesía

Poesía en lengua española