Último Prometeo y el juego perdido

En lo alto del Cáucaso

esperas la mordida

ENTER

Eterno bucle

tiempo dilatado.

*****rosas/ estrellas /*****espadas

códigos perdidos.

Quien pudiera darle pausa a la vida

y reiniciar la jugada

cumplir la misión sin fallas

sin problemas de conexión

desafiando leyes divinas.

El fuego sería la última nueva oportunidad.

Aquí estamos en lo alto del Cáucaso

mirando ardientes las vidas extras

                                                               que pe(r)diste.

Daphne Cyborg

El oráculo eléctrico sabrá mostrar

la belleza que me contiene.

Esta fuente de sangre que llamo cuerpo

no logro habitarlo.

La biología no es suficiente.

Pitonisas o algoritmos

me muestran el yo futuro.

Yo

perfecta

más allá de esta corteza de piel

descubro mi verdadera forma

sangre y metal.

Edipo recargado

Un complejo llevará por siempre tu nombre

reafirmando la confusión

tu única certeza.

Eclipse total

El sol todavía está frío y los sonidos se activan de a poco.

Conversaciones quedan atrapadas en las pisadas

                                                                                  debajo de la tierra

y el paso del tiempo

                               solo es evidente en el metal oxidado.

Aquí los días no se escapan.

Se quedan.

Se acomodan.

Inmortales.

Día 28

Abrazada a un motociclista

a ojos cerrados

Por dentro se abren ventanas de colores,

residuos primitivos de la luz que vi

El viento jala mis pestañas

Aún no parpadeo.

Entramos a un túnel cerrando los ojos,

aguantando la respiración

probando nuestra suerte.

Así se sienten estos pensamientos motorizados

que corren a 120 km/hora

Inclinados a la derecha

                                                 a la izquierda

para equilibrar el peso de dos cuerpos ante la curva.

Pensar (en estos días) se siente

como ir motorizada por una avenida.

Siempre pasajera, nunca piloto y

sin casco, esperar la caída

o un impacto

hasta permitirme reaccionar.

Atravieso el sentimiento

Vengo entrenando años para esto

ya no espero que la vista me falle

Hacer un guiño al objetivo

mojar los labios

morder la lengua

apuntar el blanco

y lanzar mi flecha

hacia ese punto siniestro

hacia ese momento en el que nos reconocimos

                                               y atravesé el sentimiento.

Mientras intento describir a otras personas,

me describo a mí misma

Mientras intento escribir un poema, escribo

tan solo palabras atravesadas por sentimientos

                                                                               esquivando la razón

                               esquivando las reales academias de la nada

haciendo puntadas a mis manos

dando doble espacio a las ideas

mientras veo partir a caballo

hacia un horizonte de oropel

           ese día herido

                       que se nos escapó.

Lucía Carvalho (Santa Cruz- Bolivia, 1993). Escritora, artista audiovisual y gestora cultural. Máster en Escritura Creativa por la Universidad de Salamanca. Primer premio en el concurso Pablo Neruda para poetas jóvenes bolivianos del 2019 con el poemario Universo 127 y Primer premio de poesía Hilda Mundy. Poeta Residente en el Festival Internacional de Poesía de Rosario de 2018 en Argentina. Residente de Remezcla tu ciudad, arte sonoro. Formó parte de la muestra colectiva Lapsus Histórico en el Museo de Arte Contemporáneo de Santa Cruz con el videoarte “Algún día yo?”. Libros publicados: Fiesta Equivocada, Universo 127 expandido y el fanzine Paisajes emocionales. Coordina la plataforma de difusión cultural ciberfeminista @Cyberelfa y es gestora cultural de la Casa Carmencita que tiene como objetivo generar espacios colaborativos para talleres y ferias de arte.