Poemas de Yohei Moriya Miyakawa
Epopeya
La epopeya de los siete días y siete noches de recorrido
por los pueblos del Nilo han revelado 500 siglos de antigüedad.
Las placas escritas por los Naacals en Birmania
son la muestra más honesta
del sonoro silencio de los tiempos
imperecederos
trazan círculos alrededor
de nuestras pasiones
fragmentos de tesoros ocultos
como tristes ventanas cerradas
de penumbra y melancolía
estas se cerraron a los ojos del hombre.
La séptima orden de la raza de semisalvajes
y caníbales de las Islas de los mares del sur
revelaron nuevamente las cuestiones divinas
para el heredero del trono
y para los sumos sacerdotes
que se encontraban envueltos
con humo de tabaco y ébano negro.
El hombre que poesía
la última pluma tornasolada del colibrí
se adornó con joyas multicolores
engarzadas en verde esmeralda
y recordaba que los ríos se convertían
en lagos poco profundos y flotaban
en sus brillantes aguas flores de loto.
Y las hordas de poderosos mastodontes y elefantes
recorrían las selvas y espantaban a los molestos insectos
con sus grandes orejas.
Fue ahí que enmudeció y aprendió
que cada uno tiene su tiempo y su estación propia.
El sol, y la luna tienen lecciones para los hombres
pero cada uno adhiere cuando el tiempo le viene
con esa certeza,
la fuente de la memoria
comenzó a precipitarse y en un instante continuo de fulgor…
el útero de la naturaleza comenzó a postrarse ante él
y en una epifanía se le revelo que viene la edad de Delfos,
una edad de gloria y renombre
donde los ambulantes serán tan libres como los magnates:
los campesinos caminarán dándose la mano con los reyes;
porque todo el mundo reconocerá la hermandad humana.
Y cogió con su mano el cetro de la tierra
que derramaba gotas de sangre
que resbalaban entre sus dedos
como hojas acostadas en un arroyo
que al resonar con el suelo
se hizo levadura que traerá la verdad
y traerá revoluciones de modo que
la guerra se extenderá
a las naciones
a las ciudades
y a las familias
y que como corderos en una jauría de lobos;
tenéis que ser sabios como las serpientes
y tan inofensivos como las palomas.
Huaquero
Me descubro al borde de la huaca,
entre la altura y el filo
cavando al vértigo.
Sigo en pie
explorando debajo
la magnificencia incrustada
de mi origen moche
y sobre mi cabeza
un kuraka invitando al centro de peregrinación
en Pacatnamú.
Converso con Si
y recobro mi identidad
mientras presumo
de controlar la época de lluvia
y las tormentas de arena indómitas.
Cierro mis brazos y
en una interminable caída libre
floto en un tocado de jaguar y aros de serpiente
hasta llegar al apacible tumi
que siempre me sostiene junto con las cabezas cortadas
de víctimas sacrificadas.
Desde ahí, otra es la escena
puedo trabajar con formas cerámicas
y pinturas murales me persignan
perfumado con figuras antropomórficas
guerreros, deidades y episodios de caza
la suave cadencia de sus voces corales
abrazando mi libertad.
Mass Shooting
En Connecticut, Bridgeport, deploran la existencia
sus aniquilamientos
sus hijas e hijos…
a 2.393,05 kilómetros, en Houston, los asesinos,
esos patrones de poder y muerte.
Se reúnen en ostentosa convención,
quieren armar a todo el mundo
empañando de sangre
enaltecer el olor a pólvora.
Son sus resultados,
con el tío Northrop Grumman al frente
de una manada de bisontes hambrientos,
asesinos sedientos de muerte,
en ese absurdo continente que es Connecticut.
Los cazadores idolatran a sus presas
los vecinos asesinos eran siempre misericordiosos
los toreros preservan la raza de los toros
los banqueros protegen a sus deudores
los psicópatas miran y admiran a sus elegidos
los generales alientan a sus soldados
los dealers quieren viva a su clientela.
Y mientras cuentan muertos
contamos,
siguen llorando
seguimos,
sabiendo que a los malos el culo ya no le cabe
en sus tronos de lujo y sus lingotes
desbordan sus cajas fuertes repletas.
La masa informe, la manada armada
que no piensa, sigue su crazy party
al mismo tiempo que David Abney,
ese fraude con gafas de sol,
acude a hacerse la foto a la puerta de la escuela
donde un altar improvisado
de dolor y pena
recuerda a las víctimas inocentes.
Todos lo saben,
son culpables,
pero da igual.
Cualquier día vamos a dejar de llorar
y ya no dolerá,
porque estaremos vacunados
por la ignorancia y la desinformación
o quizás muertos
por tomar de la mano de la justicia
conmemorando la muerte
y la Browning M-2 de calibre 50
en manos de un sanguinario animal.
Del mundo de ayer a la tierra del futuro
La acequia se intuye
en los insectos que estorban mi escritura:
la prosa poética de un mosquito,
el grillo que ambiciona
reposar obstinado en los versos de Parra del Riego
o el zancudo s e d i e n t o
que importuna la pierna que el calor ha remangado.
De todos los que habitan este atardecer mesurado
y sin camaradas mi existencia se me encapricha
por esa libélula
que con v o r a c i d a d de mariposa
insatisfecha siente desilusión por la red contra la que se enfrenta
sin desistir en su propósito de morar en el capullo.
Las murallas de la profusión
Estoy en la oficina de gerencia aguardando por el máximo ejecutivo.
una pintura de la escuela cuzqueña quejumbrosa,
desborda el área privada.
Conjuntamente con un retablo ayacuchano
y el diseño del mundo del propietario de la compañía,
flota como el vitral del Mapparium,
Biblioteca Mary Backer Eddy en Boston,
que filtra las legiones de sus demonios.
El relato es una seguidilla de viajes y personajes famosos que me aturde,
en una llamada importante abro:
¨El andarín de la noche¨:
obra poética completa de Eguren.
Quiero leerlo y no puedo…
Entonces,
lo verbalizo, lo rezo.
Me lo quita abruptamente y el v e r s o
se estanca y alcanza el vigor de la antimateria.
Soy el monarca más rico del mundo que entona y descubre
la m é d u l a del silencio.
En lo deshabitado,
subo hasta mi música celta y me vuelvo,
sacro, a u t é n t i c o,
macizo,
como la e s p u m a.
Yohei Moriya Miyakawa, abogado peruano-japonés por la Universidad Nacional de Trujillo, con maestría en derecho por Universidad Clemson. Se desempeñó como docente de gestiones judiciales en Universidad Austral, Argentina y argumentación jurídica en Universidad San Francisco de Quito. Además, ha sido el director de la Fundación Biblioteca Virtual El Último Bastión y el Fundador de la Cátedra Internacional Antonio Cillóniz De la Guerra. Ha brindado conferencias en foros de América Latina sobre temas políticos, filosóficos, históricos y literarios. También es miembro del equipo de entrevistas del Movimiento Cultural Internacional Ergo.