Poemas de Navale Quiroz
YO ERA UNA NEBULOSA, desvanecida, lejana
un cielo disuelto, confinado a respirar estrellas sin luz.
Un buen día de noche, llegaste halcón de plumas de viento
como una supernova incandescente
me abrasaste, rayo, flecha, sino
tu simple roce me mató
y como la carta de la muerte del tarot
también renací.
Estiras los dedos de fuego y me haces
mientras me tocas barro y estrellas, mariposa y flor
dragón en batalla
corre el río y riega mis venas
bendito dolor que me levanta de este mal sueño
bendito sueño el de la vida
abres el universo y floto
esparzo mi nueva luz y la contraes una y otra vez mientras
me formas
plastilina de estrellas fugaces
chispas y barro
con tus manos creas mis piernas, mis muslos, mi pecho
con tus dedos delineas mi rostro
y tu lengua hace la mía
estrenas mi corazón y lo que contiene
mi sangre bebe de tu sangre blanca impoluta.
Pero acaba pronto
porque empieza a amanecer
y en unas horas habré de estar completa
deja que nazca el sol
para estar ante tus ojos
contemplándote.
Venimos del océano
Tengo un acuario, me levanto temprano
para ver nadar a su único pez dorado,
para acariciarlo lo veo sacudirse y le apunto
con el dedo como señalando al sol.
Todos los días crece y sacude su rostro en el vidrio
que nos separa,
Yo, una completa imperfecta y él aún perfecto
incompleto; levanta su nado desde el fondo
hasta hacerme una mueca.
Los dos nos sabemos en nuestras peceras.
Él me alimenta mientras rocío migajas de pan sobre el agua.
Crónicas del desierto
A Ocucaje
1.
La arena esconde los mares
océanos durmientes de edad eterna
las plumas llevan al ave
como el silencio al viento
este no se pronuncia
sólo se oye
mientras alguien pega su oído al caracol
para tener la memoria jurásica
de los peces que habitaron un día los desiertos
entonces salvajes
saciados de aguas imposibles
consumidos en las profundidades de sus abismos
¿quién sabe realmente de donde he surgido?
si las olas han golpeado en mí
hasta hacerme una roca.
2.
Como esta falda de desierto
se tiende sobre las piedras
así este sueño
yace sobre mí.
la conciencia
es una playa a la que aún no llego
he acampado bajo este huarango
me he dormido con los grillos cantantes
y sueño suave color marino
el celeste de la tela inmensa
espeja un pez o simplemente
alguien que busca el mar
en la humedad de sus labios.
Tetrapoiesis
Tierra
quizá no baste tu aliento para dar vida
ni la musa para justificar la poesía
como un alfarero escritor
creyéndose el poema de barro
que cae
y se hace polvo
dícese un dios
que no es y que sí.
Agua
La palabra asciende de alguna parte
transparente y resbaladiza
flota en las riveras
un pescador la ve y la ignora
un niño la encuentra y juega
sólo el poeta la recoge
y se la lleva al hombro
como una gran pesca.
Aire
El profeta calla sus visiones
coloca los pájaros ciegos en la osamenta
enjaulados sueñan los aires.
hasta que un día no muy lejano
éste al fin se duerme
en el sueño abre la jaula
las aves despiertan vuelan sus plumas
escrito el poema en el firmamento.
Fuego
un pensamiento extraviado de dios
desciende como un rayo de luz
cometa encendido cae sin ley de gravedad
sobre la mano del que escribe
entonces se incendia el papel
y arde el poema.
HAY SILENCIO EN TU HABITACIÓN
las puertas están cerradas
he gritado para que me abras
pero has preferido ser una pared.
de pronto un día
habías tapiado la entrada
yo no existía más.
mi padre me ha pedido que te olvide
que si no respondes
es porque estás muerto.
él dice que deje libres a los demás a sus propias lecciones.
casi me convence
pero mi corazón de madre
me dice que debo insistir
tumbar la puerta y sacarte de allí
que no te quedes mirando por la cerradura
como salta el sol el otro lado.
pero has decidido ser una pared
y por más que me extiendo
te quedas en silencio
sin oír ni sentir tu propia voz.
mi padre insiste que sólo abrace a las puertas que se expanden
y ya deje a los muros
como una lápida en su tumba.
Títere
Dejo mis párpados con sueño, el traje, el sombrero
la sonrisa estirada, el baile, la fiesta, la magia
Dejo mi centro y sus cuatro cuerdas
las maderas cruzadas, la valija de cuero, el peluquín
Doy las gracias
Y dejo en paz este poema
lo dejo de pie mirándome
Enredada en el suelo.
AMANECE, cosa natural
Abre los ojos antes del día después de las 6:00
Mira el espejo y lo que contiene
Lava el día anterior
Péinate y recuerda (lo más rápido) el quehacer
Busca, hierve, sirve, come
Encuentra que no hay nadie, ni el hambre
Recuerda el sueño de anoche y sigue soñando
Colócate el traje de los martes, siendo jueves
Recuerda las llaves, es invierno, el saco, la calle
Despierta.
Revelación
Mi cuerpo cansado de ser cuerpo
un día me dijo:
Desvanéceme
Piérdeme
en el aire
en el mar
en un enjambre de ideas
en un bosque de pensamientos
altos frondosos
Hazme canción de un silbido
hazme viento
sonido de caracol
hazme brisa de sal
Mi cuerpo cansado de tener peso
masa
volumen
cansado de ser cuerpo
me pide.
LAS ESTRELLAS ENCENDIDAS han caído por siglos
así como nosotros fuimos luceros brillantes lanzados por
los dioses
errantes soles ahora somos polvo.
Anochece en el desierto, la luna enfría la tierra.
Hagamos pues un nido, compañero, al menos un hoyo
donde descansar
nuestros cuerpos acaecidos
y oigamos la voz del mar y el viento
en las caracolas que llevamos en el pecho
sopla el pututo
como lo hacían nuestros ancestros
recorre el espiral hacia el centro:
oigamos juntos nuestro infinito.
HE CRECIDO EN LOS DESIERTOS
me he hecho de barro y sol
Se sabe que mientras más vives en un lugar
más te pertenece y viceversa
soy la estructura unitaria de huesos y arena
polvo y sal
erosión y niebla
el borde de mis uñas, el acantilado que me sujeta.
los spondylus cuentan historias
las voces ecos de otros tiempos
siguen la línea hasta Nasca
danza y desfallece en espiral
y me preguntas ¿quién soy?
soy la semilla que alguien plantó en una nube
mis raíces han crecido como mis cabellos
y hoy tocan los pies del mundo.
ES DE NOCHE
y luego de haber bebido en todos los bares
estás como un pez agonizando
en el pavimento.
Tienes los ojos abiertos, sueñas
tu corazón va tan lento como la duda
en tu boca que hace un triste gesto.
Desde aquí te observo
lamento tu abandono
siento no estar
sostenerte de una mano
abrazarte e irnos juntos al campo
acomodarte el uniforme
servir el arroz en la mesa
colocar tu silla a mi lado
mirarte de niño en mis brazos
acunarte para darte mi pecho
el que buscas en esa botella
desde que ya no soy.
Quiero mencionar tu nombre una vez más
devolverte a mi vientre
y recordarte como el sol
viajando a mi centro
como un rayo de luz fecundo.
Hay mucho que decir –querido
pero aún es de noche
mañana cuando despiertes de ese oscuro sueño
te esperaré
para contarte de qué se trató todo
será igual
verás el túnel
unos manos te ayudarán a salir.
El sol sellará tu piel
con la constelación regente
tendrás un nuevo día
una nueva madre
habrás nacido otra vez.
Navale Quiroz Cano (Apurímac-Perú / 1980). Comunicadora social, Catedrática de la Universidad San Luis Gonzaga de Ica y de la Universidad Tecnológica del Perú. Coach desarrolladora del talento humano. Magister en Docencia universitaria y gestión educativa, egresada de la maestría en Comunicación Social y el Doctorado en Ciencias Sociales por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Cantante de Kalos Piano Bar. Poeta que ha publicado los siguientes libros: Nohombre, Colección Piedra/Sangre (2008) Lustraeditores, Ondinas. El espíritu del agua (2011) Ushuaia ediciones –España, Siembra de espirales (2019) Alastor Editores. En diversas antologías como: Poesía joven ultimísima. 21 poetas peruanas, Colección Coral (2020). Playades editores, edición virtual; y Voces del Limo colección ecopoéticas de la Madre tierra (2021) Cactus del viento ediciones México y Japón, edición virtual Tomo I. Además, sus poemas figuran en numerosas revistas nacionales e internacionales como en España, Chile, Ecuador, México y Japón.