Poemas de Julia Wong Kcomt
Cielo Zambo
(París africano)
La rata azul es ciega
En su paseo nocturno ha calculado esta desgracia
Suma
El quipu hambriento anuda el limbo
Vino llegando trajinada de los sures olvidados
un cuerpo más, la miscelánea del topo
La multitud sedienta se incomoda
Un hueco en el tambor
Brilla el sudor
Lágrima prieta cae en la cabeza de un gendarme
El lánguido oropel se despelleja en balas
Embajadas, ritmos,
desazones,
cayeron los soldados y las sillas
la explosión inaudita del pentagrama
bataclán se acurrucó en la metonimia
habemus más dioses que grupos de rock
je sui un migrante más, soy el truco del pobre
un corolario
un texto para todos
un laberinto
no es así el horror, no es así la muerte
no es así la intensidad de la garganta atorada con claveles
es tan apático el motor de los pueblos saciados
pan
más pan vestido de glamour
los pallares
las vacas engordadas con clorofila sintética
este es el viaje de las estrellas quebradas
al corazón moro de la subasta
no, no mires para atrás no recojas las prendas
de tus hermanos suicidados
no enjuagues tus cabellos en brea y esmeraldas
este cielo es nuevo, pero está lleno de ratas
no es celeste no es sano no es materno
es un sonido caliente hiriendo
con sus brasas
cada caja registradora en los museos
es sangre que revive la flor acicalada con malicia
con perfume de café extraído al tacto
este cielo agreste de gravitación kármika
cae el mundo en mi mano y se rehace.
Delivery en Glovo para Mahoma
Aquí va un pedazo de Montaña Mahoma, no sé cuál fue el último estado de las cosas, si tú te acercabas o ella iba a ti. Confuso, como el cielo amoratado que te cubre, distinto al que siento sobre mí. Lima colapsa, los gatos de colorete se acicalan en sus dueñas amancebadas con softporno.
Hice varios saludos al sol. Mirando al sur. Me he entregado a la devoción al Sol, Mahoma: tú eres un profeta. Yo soy un pedazo enfermo del sur. Observa que profeta y Mahoma terminan con la letra a. Esa vocal es característica de una mujer. Devota, odiada, reina, golpeada, ama, ensimismada, enferma, confundida, espinosa. Cuerpo y enfermo, terminan en o.
Para ti que llevas el género transmutado en tu nombre, envío un pedazo de montaña.
Observa Mahoma, yo he subido esa Montaña cada día. Le he pedido que me acerque a Dios y he resbalado, aún sobre mi enojo, he gritado y vociferado, despotricado al camino por estar mutilado y no ofrecer asfalto para subir a la sima, he caído y me he vuelto a poner de pie.
En cada explanada de las plazas, he hecho venias y he rezado. He vuelto a saludar al sol, aunque estuviera escondido. ¿Por qué se llaman de armas las plazas?
Hija, mamá gallina, compañera, esposa, escritora con a, cantante, amante, fiel (se prestan la e) y actriz, pilota de avión, Viajera y pésima maestra de las piedras. Cumplir con el dogma no cura la carne, nos salió mal el trabajo. He llorado escondida y he gritado como una loca. Antes que tener una profesión, he sido una loca, perdida en la lógica del dominio y he seguido subiendo la montaña. Pero he caído, pero también me he levantado.
¿Era la montaña cicatriz / verruga de un dios perverso?, osábamos pisar su dolor bajo los pies, calmar el nuestro, o era la montaña la imposibilidad de ser, llegar tan alto que el cuerpo se destruyera al llegar, sería eminente la pérdida del deseo.
Mahoma, allí en el paquete con el ciclista de Glovo, va un pedazo de montaña.
Es el pedazo que casi me cae en la cabeza, pero alcancé agarrar con mis manos. No me ha golpeado. Dios me estaba probando, a ver si por fin me daba cuenta que él me aborrecía y quería destruirme, por subir su montaña, cuando él había dicho que tú y la montaña estaban unidos para siempre y que tú eras el elegido para subirla, yo no.
Pero verás, que yo he querido subir la montaña y descubrir porque cuando tú no vas, ella tiene que ir a ti y encontrar signos imprevistos para tocar tu tienda.
Allí está la montaña Mahoma, afuera de tu carpa urbana, esperando que la reconozcas y así pueda contarte de mí escalada. Aunque estaba prohibido: yo subí. Y las piernas me sangraron y perdí los dientes y enfermé de amor.
Muchos me dijeron que era un castigo.
Pero no es castigo Mahoma, yo estoy poseída por esta luz sin nombre que te persigue y te busca, cuando tu no vas a ella, yo pido un Delivery y voy hacia ti.
Parábola para tuertos
¿Quién es el rey?
alguien nos domina
Caminamos empujándonos unos a otros
Sedientos por el ojo que nos falta
Las plazas, circunferencias astutas
Casa, corrales, colegios, antros
campos de batallas lunares
La angurria por el ojo que nos fue quitado
Nos obliga a deambular
Hay tuertos que al no soportar la asimetría
Se jalan el poco ojo que les queda
Otros se esconden del sol
su espada es tan filosamente azul
Como el vuelo del ave que engulle sus propios hijos
Creada en la pupila inocente de la música
El agujero infame derramado en una botella de cusqueña petrificada
La longitud de un mercado vacío donde ya no quedan chirimoyas
Sólo pepas, donde los tuertos resbalamos
Confundiendo las semillas con ojos olvidados
De vez en cuando alguien extiende el brazo y
Usa ungüento de sábila para calmar el dolor por los tropiezos
En la puerta del colegio médico
Las coronas de dalias se pudren tras las fotografías siniestras
Los héroes no pudieron volver a firmar una receta
Porque la luz nos ciega
vencerá
Por qué la luz es ciega
No vencerá
Y mientras nos acercamos a esa media oscuridad
nuestra vulgar comodidad de cíclopes venidos a menos
seguimos palpando las migajas que el gran ciego olvida al pasar.
Leche como lejía
Sangro leche como un río de lejía limpiando una casa
llena de plantas caníbales
El verano se escapa por las venas de mi hija
Ya lejana ella
Camina de la mano de sus monstruos lácteos
venidos de un firmamento
Del cual no tengo el password
Es otro código, refunfuño después de varios intentos
Otro es el mundo de pelucas y cambios alquímicos
Mis órganos reproductores
Le pertenecen al presidente de Estados Unidos
Y mi cuenta de banco en rojo aún más.
Yo nací en la mano cerrada de un cristo de yeso
Mi cuerpo era su guerra
Y allí se dibujaban los mapas como venas enraizadas
Mi hija viste de blanco como una novia cruel
Y orina en las mesas grasientas de los duendes recién confesados
El protocolo del abismo trae tulipanes en la boca
por fin entiendo que debo volver a la cueva
Donde las glándulas mamarias se reconstruyen
Puedo garantizarte hija, que, aunque se seque el mar
Mi teta apenas nutriente seguirá aquí silente y capicúa
Aunque la producción agrícola se haya convertido en papel higiénico.
Tarde de mujeres satisfechas jugando vóley ball en un jardín
Es verano donde tú estás
El jazmín rebelde cuelga de un temor vespertino
la sombra empuja los tonos agujereados de la luz hasta verdearlos
los cuerpos opacos imitan una onda sonora,
(recuerdas un beso arenoso cerca al Pacífico).
Me recuesto aletargada en una barca de vidrio
Me permites observarte como un ladrón de ganado
Las imágenes sagradas de nuestro éxodo
Cubiertas por mantas funerarias
Es un domingo envuelto en aire
Cada mueble perfecto está en el lugar de la rosa.
No aparece tu rostro, ni como en la canción de Charly García
No hay pared, ni flor en luto, sólo esa nostalgia por la velocidad.
Mi cojín, duro como piedra, es un arlequín que no ríe
Aquí hay otro hombre cavando tumbas para palabras no dichas
Es alto y más huesudo que tú
También tiene canas
A estas alturas todos tenemos canas
Músculos incandescentes que volaban sobre las olas
La amistad con seres hechos de agua es portentosa
pasos triples del exorcismo
en las almas vacías de las mujeres satisfechas, aparece un destello
la oportunidad de destruir al sol nos convierte en verdugos
Los sabios italianos conocían ese punto de fuga
en un paisaje doméstico
Soy la razón para esta partida tardía con una pelota de trapo
las esposas juegan en ese patio grande condenado a la bondad
Diente careado de ballena carmesí
Mis aletas puntudas, multiforme
Mi lomo índigo pintado de cangrejos ciegos
Siguen puliendo la loza, buscando su salud en mi imperfección
Mis brazos cargan sonidos imposibles de pronunciar
Romper la barrera del tedio
O entrar en el ojo del brontosaurio y descubrir
que el primer presidente de Canadá
se alimentaba de carne de oso.
Dormito, en la paciencia de una hormiga
aunque un motor de guerra anuncia la desaparición de la especie
Las mujeres saborean tortas rellenas de chantilly vegana
Maridos de bien, meten una mano en mi vientre
y la otra en el orificio que suplanta mi oreja,
La temperatura del olvido es desalmada
Por si el trapecio nunca volviera a su lugar
y yo tuviera que caer en picada.
Una cuñada
Cascan las castañas negras acarameladas
el fondo de su corazón quemado es amargo y azufre
Al final del río ella lava ropa y yo observo.
Ella sabe que la aguaito, por si desperdicia detergente
Aún me creo dueña de mi hermano mayor
quiero sujetar también a su esposa
Que me atienda como lo atiende a él
Se sofríe el frejol y la fruta seca en la sartén
Sus manos callosas, embadurnadas de Elizabeth Arden
están hinchadas del hediondo hollín
Entre una cárcel de ollas
Sus uñas sangran sobre copos de algodón
Mientras los hijos vomitan el sudado y el perejil atrás de los parques
Mézclese en una probeta la combinación de una crisálida
Con escorpión
Así van naciendo embriones de su vientre, del mío,
reemplazando viejas
estériles
Así hacemos cuerpos glaciales
Sin amor, llenos de ganas de comer pasteles blancos hechos fuera de casa
Usando sujetadores de encaje francés
Dibujamos sus boquitas en el vientre
Y cuando esas boquitas insultan nuestros huesos
Esqueléticos y hervidos
Sumados al olor de gelatina con fecha de vencimiento
Les imploramos
Respeta la cuadriga de incestuosos que te dio la gloria
Una chimenea azul se levanta como estandarte
En el torreón de la fábrica de azúcar masacraban a las esclavas
Las ponían de espaldas, venía el patrón se abría
La bragueta, entraba en el culo bien formado.
Eran morenas, oscuras de piel, esbeltas, bien paradas
Y pensaban que el artefacto del patrón
Era el mejor regalo para una tarde aburrida.
Unas toallas lilas son lavadas en la acequia
mi hermano pastea con su caballo de tres patas
Es un caballo lujoso, con un cuerno en medio de los ojos
Imitación de unicornio huachafo
como el zarandea las caderas de una mujer
Yo pienso que esa mujer nos pertenece a todos
Quiénes somos los dueños
El alacrán encebado
La chancha marina
El afilador de navajas en la peluquería
La vendedora de huabas
Los choferes de mototaxis
La que tuesta café en el techo
Y yo
Los dueños de una ciudad de fantasmas.
La estirpe de estirados enanos
No se hizo mejor porque la cuñada
Viniera a lavar lágrimas nuestras de sal, yo continué
Siendo una mancha amarillenta en el piso
mi hermano se encaramó en el cacho de su caballo de tres patas
se hirió las nalgas y todo el trasero
Todo el pueblo maldito que se creía dueño
De la lavandera
Fue enterrado bajo la arena sucia del cerro de Chepén
Allí yacemos macabros los dueños de mi cuñada.
Vuelo nocturno del oso panda brasilero
(porque no hay pandas en Brasil)
Sueño con osos.
La última y la única vez que vi a un oso, era un panda de verdad.
Esa manía de asociar a los pandas con China y el Bambú,
este oso estaba loco.
Lo tenían resguardado en ese zoológico de Alemania
No lo vi tierno, ni me provocó gracia, ni pena
El zoológico no sólo es una jaula horripilante
Sino un lugar de masturbación silenciosa para niños.
¿Por qué los padres llevan a sus niños a ver seres imposibles?
Debe ser terrible ser animal, pensar como humano
Los espectadores ni siquiera intuyen el drama de los osos,
Creen que los pandas, los camellos y los elefantes
son vertebrados redondos
disfrutando un espacio reducido
mientras caritas felices les tiran maíz envenenado.
Ese oso panda estaba enloquecido.
Había roto una puerta, no masticaba el bambú, lo miraba con rabia
Sin un vidrio protector, se hubiera tirado encima de los niños curiosos.
Ese mismo año en que vi al oso muy enojado empujar la puerta
Y destruir todo lo que había en su corral
Tomé un vuelo a nueva york
te vi encerrado en una ciudad vibrante como trasbordador espacial
La gente de nueva york es oxígeno al cubo (O***)
Tú estabas allí sentado en una veredita…
Verte allí comiéndote las uñas me dio una sensación parecida
cuando vi al oso panda gruñir enfurecido.
Julia Margarita Wong Kcomt. Chepén, La Libertad, Perú. (1965). Es hija de padre migrante chino y madre tusán. Estudio varios años Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad de Lima. Cursó estudios de Literatura y humanidades en diferentes periodos en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ganó los Juegos Florales de la Universidad de Lima, con el conjunto de poemas, Confesiones de mi tierra caliente. En 2004 se mudó a Buenos Aires Argentina y tuvo una latente producción con editoriales independientes y pequeñas. A partir de 2006 junto a un grupo de peruanos inquietos coorganizaron el Perú Ba, Festival de artes y expresiones culturales peruana en la Capital argentina. Desde el 2010 hasta el 2019, coorganizó el Festival de Poesía en Chepén Chepén.
Publicaciones
Historia de una gorda. Editorial Libertad. Trujillo-Perú. 1992
Los últimos blues de Buddha. Noevas editoras. Lima Perú.2002.
Iguazú. Editorial Atril. Buenos Aires Argentina.2005
Ladrón de codornices. Editorial Patagonia.2007
Bi-rey-nato- Ed. El suri porfiado. Bs As Argentina.2009.
Un salmón ciego. Borrador editores. Lima Perú.
Bocetos para un cuadro de Familia. (Novela corta) Borrador Editores.
Margarita no quiere crecer. (Cuentos) Borrador editores.
Lectura de manos en Lisboa. Melón editor. Argentina
Lectura de manos en Lisboa. Edita Tu. Lima Perú-.
Doble Felicidad. Edita Tu. Lima Perú.
Un pequeño bordado sobre la vergüenza. Matalamanga editores.
La desmineralización de los árboles. Paracaídas Editores.2013
Los papeles rotos. Textos extraños- Editora El viaje. Guadalajara México.2014
Un vaso de leche fría para el rapsoda. Celacanto. Lima Perú. 2014
Mongolia. (Novela) Animal de invierno. Lima Perú-2015
Tequilaprayers. Paracaídas Editores.2015
Pessoa por Wong. Hannan Harawi. Lima- Perú.2017
Aquello que perdimos en la Arena, Peisa. Lima- Perú.2019
Sopor. (Ensayo sobre el adulterio) Edita Tu. 2020. Lima.