#ElPerúQueQueremos

Poemas de Julia Wong Kcomt

Publicado: 2021-05-09




Cielo Zambo 

(París africano)


La rata azul es ciega

En su paseo nocturno ha calculado esta desgracia

Suma

El quipu hambriento anuda el limbo

Vino llegando trajinada de los sures olvidados

un cuerpo más, la miscelánea del topo

La multitud sedienta se incomoda

Un hueco en el tambor

Brilla el sudor

Lágrima prieta cae en la cabeza de un gendarme

El lánguido oropel se despelleja en balas

Embajadas, ritmos,

desazones,

cayeron los soldados y las sillas

la explosión inaudita del pentagrama

bataclán se acurrucó en la metonimia

habemus más dioses que grupos de rock

je sui un migrante más, soy el truco del pobre

un corolario

un texto para todos

un laberinto

no es así el horror, no es así la muerte

no es así la intensidad de la garganta atorada con claveles

es tan apático el motor de los pueblos saciados

pan

más pan vestido de glamour

los pallares

las vacas engordadas con clorofila sintética

este es el viaje de las estrellas quebradas

al corazón moro de la subasta

no, no mires para atrás no recojas las prendas

de tus hermanos suicidados

no enjuagues tus cabellos en brea y esmeraldas

este cielo es nuevo, pero está lleno de ratas

no es celeste no es sano no es materno

es un sonido caliente hiriendo

con sus brasas

cada caja registradora en los museos

es sangre que revive la flor acicalada con malicia

con perfume de café extraído al tacto

este cielo agreste de gravitación kármika

cae el mundo en mi mano y se rehace.










Delivery en Glovo para Mahoma


Aquí va un pedazo de Montaña Mahoma, no sé cuál fue el último estado de las cosas, si tú te acercabas o ella iba a ti. Confuso, como el cielo amoratado que te cubre, distinto al que siento sobre mí. Lima colapsa, los gatos de colorete se acicalan en sus dueñas amancebadas con softporno.

Hice varios saludos al sol. Mirando al sur. Me he entregado a la devoción al Sol, Mahoma: tú eres un profeta. Yo soy un pedazo enfermo del sur. Observa que profeta y Mahoma terminan con la letra a. Esa vocal es característica de una mujer. Devota, odiada, reina, golpeada, ama, ensimismada, enferma, confundida, espinosa. Cuerpo y enfermo, terminan en o.

Para ti que llevas el género transmutado en tu nombre, envío un pedazo de montaña.

Observa Mahoma, yo he subido esa Montaña cada día. Le he pedido que me acerque a Dios y he resbalado, aún sobre mi enojo, he gritado y vociferado, despotricado al camino por estar mutilado y no ofrecer asfalto para subir a la sima, he caído y me he vuelto a poner de pie.

En cada explanada de las plazas, he hecho venias y he rezado. He vuelto a saludar al sol, aunque estuviera escondido. ¿Por qué se llaman de armas las plazas?

Hija, mamá gallina, compañera, esposa, escritora con a, cantante, amante, fiel (se prestan la e) y actriz, pilota de avión, Viajera y pésima maestra de las piedras. Cumplir con el dogma no cura la carne, nos salió mal el trabajo. He llorado escondida y he gritado como una loca. Antes que tener una profesión, he sido una loca, perdida en la lógica del dominio y he seguido subiendo la montaña. Pero he caído, pero también me he levantado.

¿Era la montaña cicatriz / verruga de un dios perverso?, osábamos pisar su dolor bajo los pies, calmar el nuestro, o era la montaña la imposibilidad de ser, llegar tan alto que el cuerpo se destruyera al llegar, sería eminente la pérdida del deseo.

Mahoma, allí en el paquete con el ciclista de Glovo, va un pedazo de montaña.

Es el pedazo que casi me cae en la cabeza, pero alcancé agarrar con mis manos. No me ha golpeado. Dios me estaba probando, a ver si por fin me daba cuenta que él me aborrecía y quería destruirme, por subir su montaña, cuando él había dicho que tú y la montaña estaban unidos para siempre y que tú eras el elegido para subirla, yo no.

Pero verás, que yo he querido subir la montaña y descubrir porque cuando tú no vas, ella tiene que ir a ti y encontrar signos imprevistos para tocar tu tienda.

Allí está la montaña Mahoma, afuera de tu carpa urbana, esperando que la reconozcas y así pueda contarte de mí escalada. Aunque estaba prohibido: yo subí. Y las piernas me sangraron y perdí los dientes y enfermé de amor.

Muchos me dijeron que era un castigo.

Pero no es castigo Mahoma, yo estoy poseída por esta luz sin nombre que te persigue y te busca, cuando tu no vas a ella, yo pido un Delivery y voy hacia ti.











Parábola para tuertos


¿Quién es el rey?

alguien nos domina

Caminamos empujándonos unos a otros

Sedientos por el ojo que nos falta

Las plazas, circunferencias astutas

Casa, corrales, colegios, antros

campos de batallas lunares

La angurria por el ojo que nos fue quitado

Nos obliga a deambular

Hay tuertos que al no soportar la asimetría

Se jalan el poco ojo que les queda

Otros se esconden del sol

su espada es tan filosamente azul

Como el vuelo del ave que engulle sus propios hijos

Creada en la pupila inocente de la música

El agujero infame derramado en una botella de cusqueña petrificada

La longitud de un mercado vacío donde ya no quedan chirimoyas

Sólo pepas, donde los tuertos resbalamos

Confundiendo las semillas con ojos olvidados

De vez en cuando alguien extiende el brazo y

Usa ungüento de sábila para calmar el dolor por los tropiezos

En la puerta del colegio médico

Las coronas de dalias se pudren tras las fotografías siniestras

Los héroes no pudieron volver a firmar una receta

Porque la luz nos ciega

vencerá

Por qué la luz es ciega

No vencerá

Y mientras nos acercamos a esa media oscuridad

nuestra vulgar comodidad de cíclopes venidos a menos

seguimos palpando las migajas que el gran ciego olvida al pasar.










Leche como lejía


Sangro leche como un río de lejía limpiando una casa

llena de plantas caníbales

El verano se escapa por las venas de mi hija

Ya lejana ella

Camina de la mano de sus monstruos lácteos

venidos de un firmamento

Del cual no tengo el password

Es otro código, refunfuño después de varios intentos

Otro es el mundo de pelucas y cambios alquímicos

Mis órganos reproductores

Le pertenecen al presidente de Estados Unidos

Y mi cuenta de banco en rojo aún más.

Yo nací en la mano cerrada de un cristo de yeso

Mi cuerpo era su guerra

Y allí se dibujaban los mapas como venas enraizadas

Mi hija viste de blanco como una novia cruel

Y orina en las mesas grasientas de los duendes recién confesados

El protocolo del abismo trae tulipanes en la boca

por fin entiendo que debo volver a la cueva

Donde las glándulas mamarias se reconstruyen

Puedo garantizarte hija, que, aunque se seque el mar

Mi teta apenas nutriente seguirá aquí silente y capicúa

Aunque la producción agrícola se haya convertido en papel higiénico.











Tarde de mujeres satisfechas jugando vóley ball en un jardín


Es verano donde tú estás

El jazmín rebelde cuelga de un temor vespertino

la sombra empuja los tonos agujereados de la luz hasta verdearlos

los cuerpos opacos imitan una onda sonora,

(recuerdas un beso arenoso cerca al Pacífico).

Me recuesto aletargada en una barca de vidrio

Me permites observarte como un ladrón de ganado

Las imágenes sagradas de nuestro éxodo

Cubiertas por mantas funerarias

Es un domingo envuelto en aire

Cada mueble perfecto está en el lugar de la rosa.

No aparece tu rostro, ni como en la canción de Charly García

No hay pared, ni flor en luto, sólo esa nostalgia por la velocidad.

Mi cojín, duro como piedra, es un arlequín que no ríe

Aquí hay otro hombre cavando tumbas para palabras no dichas

Es alto y más huesudo que tú

También tiene canas

A estas alturas todos tenemos canas

Músculos incandescentes que volaban sobre las olas

La amistad con seres hechos de agua es portentosa

pasos triples del exorcismo

en las almas vacías de las mujeres satisfechas, aparece un destello

la oportunidad de destruir al sol nos convierte en verdugos

Los sabios italianos conocían ese punto de fuga

                                                                               en un paisaje doméstico

Soy la razón para esta partida tardía con una pelota de trapo

las esposas juegan en ese patio grande condenado a la bondad

Diente careado de ballena carmesí

Mis aletas puntudas, multiforme

Mi lomo índigo pintado de cangrejos ciegos

Siguen puliendo la loza, buscando su salud en mi imperfección

Mis brazos cargan sonidos imposibles de pronunciar

Romper la barrera del tedio

O entrar en el ojo del brontosaurio y descubrir

que el primer presidente de Canadá

se alimentaba de carne de oso.

Dormito, en la paciencia de una hormiga

aunque un motor de guerra anuncia la desaparición de la especie

Las mujeres saborean tortas rellenas de chantilly vegana

Maridos de bien, meten una mano en mi vientre

y la otra en el orificio que suplanta mi oreja,

La temperatura del olvido es desalmada

Por si el trapecio nunca volviera a su lugar

y yo tuviera que caer en picada.










Una cuñada


Cascan las castañas negras acarameladas

el fondo de su corazón quemado es amargo y azufre

Al final del río ella lava ropa y yo observo.

Ella sabe que la aguaito, por si desperdicia detergente

Aún me creo dueña de mi hermano mayor

quiero sujetar también a su esposa

Que me atienda como lo atiende a él


Se sofríe el frejol y la fruta seca en la sartén

Sus manos callosas, embadurnadas de Elizabeth Arden

                                                       están hinchadas del hediondo hollín

Entre una cárcel de ollas

Sus uñas sangran sobre copos de algodón

Mientras los hijos vomitan el sudado y el perejil atrás de los parques


Mézclese en una probeta la combinación de una crisálida

Con escorpión

Así van naciendo embriones de su vientre, del mío,

reemplazando viejas

estériles

Así hacemos cuerpos glaciales

Sin amor, llenos de ganas de comer pasteles blancos hechos fuera de casa

Usando sujetadores de encaje francés

Dibujamos sus boquitas en el vientre

Y cuando esas boquitas insultan nuestros huesos

Esqueléticos y hervidos

Sumados al olor de gelatina con fecha de vencimiento

Les imploramos

Respeta la cuadriga de incestuosos que te dio la gloria


Una chimenea azul se levanta como estandarte

En el torreón de la fábrica de azúcar masacraban a las esclavas

Las ponían de espaldas, venía el patrón se abría

La bragueta, entraba en el culo bien formado.

Eran morenas, oscuras de piel, esbeltas, bien paradas

Y pensaban que el artefacto del patrón

Era el mejor regalo para una tarde aburrida.


Unas toallas lilas son lavadas en la acequia

mi hermano pastea con su caballo de tres patas

Es un caballo lujoso, con un cuerno en medio de los ojos

Imitación de unicornio huachafo

como el zarandea las caderas de una mujer

Yo pienso que esa mujer nos pertenece a todos

Quiénes somos los dueños

El alacrán encebado

La chancha marina

El afilador de navajas en la peluquería

La vendedora de huabas

Los choferes de mototaxis

La que tuesta café en el techo

Y yo

Los dueños de una ciudad de fantasmas.


La estirpe de estirados enanos

No se hizo mejor porque la cuñada

Viniera a lavar lágrimas nuestras de sal, yo continué

Siendo una mancha amarillenta en el piso

mi hermano se encaramó en el cacho de su caballo de tres patas

se hirió las nalgas y todo el trasero

Todo el pueblo maldito que se creía dueño

De la lavandera

Fue enterrado bajo la arena sucia del cerro de Chepén

Allí yacemos macabros los dueños de mi cuñada.











Vuelo nocturno del oso panda brasilero

(porque no hay pandas en Brasil)


Sueño con osos.

La última y la única vez que vi a un oso, era un panda de verdad.

Esa manía de asociar a los pandas con China y el Bambú,

este oso estaba loco.

Lo tenían resguardado en ese zoológico de Alemania

No lo vi tierno, ni me provocó gracia, ni pena

El zoológico no sólo es una jaula horripilante

Sino un lugar de masturbación silenciosa para niños.

¿Por qué los padres llevan a sus niños a ver seres imposibles?

Debe ser terrible ser animal, pensar como humano

Los espectadores ni siquiera intuyen el drama de los osos,

Creen que los pandas, los camellos y los elefantes

son vertebrados redondos

disfrutando un espacio reducido

mientras caritas felices les tiran maíz envenenado.

Ese oso panda estaba enloquecido.

Había roto una puerta, no masticaba el bambú, lo miraba con rabia

Sin un vidrio protector, se hubiera tirado encima de los niños curiosos.

Ese mismo año en que vi al oso muy enojado empujar la puerta

Y destruir todo lo que había en su corral

Tomé un vuelo a nueva york

te vi encerrado en una ciudad vibrante como trasbordador espacial

La gente de nueva york es oxígeno al cubo (O***)

Tú estabas allí sentado en una veredita…

Verte allí comiéndote las uñas me dio una sensación parecida

cuando vi al oso panda gruñir enfurecido.












Julia Margarita Wong Kcomt. Chepén, La Libertad, Perú. (1965). Es hija de padre migrante chino y madre tusán. Estudio varios años Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad de Lima. Cursó estudios de Literatura y humanidades en diferentes periodos en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ganó los Juegos Florales de la Universidad de Lima, con el conjunto de poemas, Confesiones de mi tierra caliente. En 2004 se mudó a Buenos Aires Argentina y tuvo una latente producción con editoriales independientes y pequeñas. A partir de 2006 junto a un grupo de peruanos inquietos coorganizaron el Perú Ba, Festival de artes y expresiones culturales peruana en la Capital argentina. Desde el 2010 hasta el 2019, coorganizó el Festival de Poesía en Chepén Chepén.

Publicaciones

Historia de una gorda. Editorial Libertad. Trujillo-Perú. 1992

Los últimos blues de Buddha. Noevas editoras. Lima Perú.2002.

Iguazú. Editorial Atril. Buenos Aires Argentina.2005

Ladrón de codornices. Editorial Patagonia.2007

Bi-rey-nato- Ed. El suri porfiado. Bs As Argentina.2009.

Un salmón ciego. Borrador editores. Lima Perú.

Bocetos para un cuadro de Familia. (Novela corta) Borrador Editores.

Margarita no quiere crecer. (Cuentos) Borrador editores.

Lectura de manos en Lisboa. Melón editor. Argentina

Lectura de manos en Lisboa. Edita Tu. Lima Perú-.

Doble Felicidad. Edita Tu. Lima Perú.

Un pequeño bordado sobre la vergüenza. Matalamanga editores.

La desmineralización de los árboles. Paracaídas Editores.2013

Los papeles rotos. Textos extraños- Editora El viaje. Guadalajara México.2014

Un vaso de leche fría para el rapsoda. Celacanto. Lima Perú. 2014

Mongolia. (Novela) Animal de invierno. Lima Perú-2015

Tequilaprayers. Paracaídas Editores.2015

Pessoa por Wong. Hannan Harawi. Lima- Perú.2017

Aquello que perdimos en la Arena, Peisa. Lima- Perú.2019

Sopor. (Ensayo sobre el adulterio) Edita Tu. 2020. Lima.


Escrito por

Willy Gómez Migliaro

Willy Gómez Migliaro (Lima, 1968) Poeta, profesor de literatura y escritura creativa, asesor literario y corrector de estilo.


Publicado en

Poesía

Poesía en lengua española