Poemas de Margot Bravo
Amo la literatura
así como amo
los placeres de la carne
De mi carne
tendida en los cordeles
Si me amaras
más allá de la sola palabra
Mi cuerpo gozaría
más allá de tu sola caricia.
Y me estrecho en tu mano
Cuando
la luz se apaga
Sin que nadie nos vea
Espero
sin oportunidad
alcanzar el paraíso
Ni en esta vida
Ni en la otra
Extensa
como mis manos
en una sola posición
Mientras rezo
Me atas
al sonido
a la espera
A la repetición de tu voz
en mis manos
en mi nombre
En la nueva forma mi cuerpo responde
Soy eco
voz
borde
Palabra entre
palabra.
Solo me expulsas
de tus lados
dejándome
semidesnuda
En casa
nunca sale el sol
Los que habitan en ella
Conviven
con la infinita noche.
Te sentí crecer
hacerte gigante
Eras una enorme roca
que encorvaba mi espalda
y me restaba estabilidad
Perdí las formas
Todas
perdí
en vida
Tu nombre
ese extraño sabor a sal
sobrecargando mis días
interrumpiendo mis pasos
Quise ocultarte
debajo de mi cama
cubrirte con todas las almohadas
Que no se te escuchara
Que nadie supiera como te llamabas
Que nadie preguntara
Cerrar las puertas de casa
y esconder todas las llaves
Perderme con el sonido de tus primeras palabras
¿Es que tan solo sabes criticar
y culparme
por cada espacio demás en el que te mueves?
Me encerraste
justo a la mitad
de este laberinto
Estaba hecho para mí
Hui del silencio
Busqué comida
Traté de encontrarte
No hallé una salida
Aún así no puedo evitar dudar
Dudar
que nuestra voz se encuentra incompleta
a partir de ahora
El sol amanece
donde el índice señala
El corte en mi dedo
se desangra
A mitad
de la palabra amor
el silencio abre caminos
y crea otros lenguajes.
Se abren mis costados
mientras mi mano
yace abierta
y espera
una respuesta.
Ante la injusticia
la mano vacía
engrandece.
En el tiempo
que me queda de vida
pretendo dibujarme
Evidenciaré mi torso desnudo
frente al espejo,
que no me juzga
y muestra
el mejor de mis ángulos
Me pintaré de negro
y cuidaré mis formas
para no equivocarme.
La otrora belleza
del pasado
Se ha marchado
Ya no es
No será
El tiempo suavemente
la ha borrado
quitándomela de las manos
Mi rostro callado
una vez más enmudece.
Cada vez que tropiezas
con mi espalda
yo pierdo el derecho
a ser palabra
No me digo
de ninguna forma
Vuelvo a ser
la extraña repetición
de tu nombre.
Tus labios
ese tibio lugar
donde me haces palabra.
Conjugación perfecta
en todos los tiempos
que aún nos queda
por vivir.
Como cada día
tu breve boca
hace una pausa
sobre la mía.
Judith Margot Bravo Asenjo, estudió Literatura en la Universidad Nacional Federico Villarreal. Estudió Diplomado de filosofía con mención en ética y política en la Universidad Antonio Ruiz de Montoya. Mención Honrosa en el concurso nacional de poesía femenina scriptura 2011, con el poemario Goces. Mención Honrosa en el concurso nacional de poesía femenina scriptura 2013, con el poemario Retrato de familia. Ha trabajado en el área de diseño gráfico, diseño y ha diagramado libros. Actualmente trabaja en colegios particulares en la elaboración de textos educativos en las áreas de lengua y literatura, específicamente en comprensión lectora.