Poemas de Ricardo Cázares
Dos fragmentos de (Palas)
Nangaku, for instance, spent eight years on the problem, “Who is it who is
walking towards me?” At last he understood. His words were: “Even when one
affirms that there is something here, one omits the whole.”
Ruth Benedict, The Chrysanthemum and the Sword
CASI NADA
un brote
un bracito endeble
que se tiende
ilegible
extraviado
eso
un brote
(pero ahora, en plural
uno pretende amplificar
algún apunte atropellado
describiendo lo que ve
y no comprende, lo que nace
retraído, disociado
no “rabo” ni
“rama”
un apéndice
de nada o casi
nada todavía
(uno infiere
cuando mucho
“garabatos”
(todavía no bulbos tiernos sino
ganchos
torpes puntas
incompletas
y detrás
negro total
viscosidad de una latencia más
allá
(donde quiera que eso sea)
aunque allá
no bata el ala todavía
ni la aleta
no apunta aún la yema
de un dedo potencial
acariciando el plasma sordo
del comienzo
(“casi nada”
es un rodeo
un mero accidente deductivo
que condensa y dilata hasta agrietar
el cascarón
del cielo negro
(todavía ni un asomo
de ser cielo
pulso solo
de una fibra hecha teorema
anudada
reanudada a un nervio ciego, sin edad
sin voluntad
sin ascendencia
que apresure la sinapsis disipada
en la curva de un espacio sin cerebro
cavus
occare
con la pala o el rastrillo, como sea
hacer óss
boca desierta para el roce
de una seda pre-verbal
que al contacto precipita
el apremio
pura prisa sin porqué
“la rosa es sin porqué”
carga sin cuerpo
ni preñez
presagio solo
sin sujeto
ni objeto
mucho antes del momento
—no hay
momento
no hay concepto que prevenga
el paso incierto
incesante, el ritmo
real
y relativo
del pasar—
(antes de eso
mucho antes
morirás
morirán los dioses viejos, concebidos
mucho antes del momento
de pensar
(después de qué
se cree capaz un
punto solo en el
espacio de decir
sin vanidad
“aquí
aquí
κάρυον
procariotas—eucariotas
//
protozoarios
//
radiolarios
//
pikaiidae—peces
pez
un pez?
después de qué, bastardo
la tilapia diminuta, el bicho
insípido emergiendo
de la escoria
de la historia
de los sótanos del sueño?
no
el solo espasmo sin porqué antes
del cuerpo del agua de la piedra
abatiéndose sin sangre
la sola red
que atraviesa una onda que no es aún
estela
no marea aún la barca
el tributario de elementos
y conceptos y complejos
que ahora corre, removiendo
los estratos más superficiales
del subsuelo
las raíces sin raíz
el tronco hueco
bifurcándose en el aire, expandiendo
una cesura entre
nada y
“la nada”
nada tú, bastardo
remonta de nuevo
el agujero
Y DE NUEVO BAJÉ AL AGUA Y RECORDÉ
que lo mejor es no saber
lo que uno dice o no dice
hasta rajar
y extender la gravidez
la sensación casi agradable
de temor
un gusto a cobre una
caricia tartamuda que se encarna
y taladra el paladar, las partes
blandas, la corteza cerebral
se reblandece, cala húmeda
en los pies
como si uno acabara de pisar
tierra llovida
y tropezar
y reafirmarse en la torpeza
de su lengua resultara confortante
porque el día se acepta
como una orden dada y
cumplida de antemano, nada más
por elongar la onda tenue
que se ensancha
y la mañana y la tos y el té
de menta
y la hebra que se corre
en las medias y esta luz
casi esquinada
y la voz en el teléfono y el rastro
de algún remordimiento irremediable son
apenas
un subordinar de las señales de
las sílabas, de
pausas
que sondean la saliva
la tensión superficial
de la conciencia incapaz
de imponer otro producto que
aquí
aquí
palabras
cuanto más una inscripción
que dice gira
ahora vas
a remontar una lomita
porque digo, porque
quiero, que sé yo
por el purísimo capricho de estirar
las cervicales un poquito más allá
de lo debido
para hacer tronar el cuello
y el cráneo
y el cerebro y uno va
no a interpretar las ceremonias
ni el amor que ha racionado
sino el hipo
la cesura en el diafragma
de un niño que las vísceras registran
como propio
un apéndice del cuerpo
que no puede reparar
sus destrucciones
la estrechez
de su pasado porque nunca fue
pragmático
ni claro
ni capaz
sólo
suficientemente funcional
para poner una palabra y luego
otra
y asombrarse
de la sombra asimétrica
del cuerpo
de su cuerpo
reintegrado a su estado original
un principiante
que no puede recordar, como su padre
la mañana en la que el pez
comenzó a remontar el agua brava
y recordó el pan de casa
y el perfume amarillo
del aromo hacia el final
de un invierno parecido
a la fusión libre del helio
a cien millones de años
de este pobre azul revuelto
de los sábados de fango
y aguacero, de los perros
olfateando el lugar
donde la lluvia borró el rumbo
de las perras
y hubo plastas y remedios
y la fiebre afiló
cada relieve de los cerros
de las siestas de las tres, cuando los sauces
arrastraron sus raíces hasta el lecho
y bebieron del remojo
que se asienta cuando el agua y la tierra
se aparean
y los ríos permutaron sin aval
sus sedimentos y semillas
sus olitas, horadando de caricias
las caletas y las lenguas
nada más para chascar
al animal que fue un pez
y fue al agua
y no regresa
Ricardo Cázares (Ciudad de México, 1978) es autor de los libros (Palas vol. 2), (Palas vol. 1) (Premio de Poesía Joaquín Xirau Icaza), Es un decir (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2013) y Drivethru (Editorial Compañía, 2008).
Dentro de su trabajo como traductor destacan la primera traducción completa al español de Los poemas de Maximus y Poemas de Maximus IV, V, VI, de Charles Olson, así como la antología de poesía experimental Renacimiento de la Poesía Inglesa, los libros Estar con de Forrest Gander, Paz en la Tierra de John Taggart, Maleza de luz de Ronald Johnson, Recordando a William Carlos Williams de James Laughlin, Pedazos de Robert Creeley y Polvo y conciencia de Truong Tran. Es editor y miembro fundador de la editorial Mangos de Hacha. Actualmente es miembro del SNCA.