Poemas de Eugenia Straccali
[ De Para escuchar la música del poema ]
(Buenos Aires Poetry, 2019)
I. LA MÚSICA DEL POEMA
Quien no escribe ni está enamorado ni se psicoanaliza,
está muerto. (Julia Kristeva)
Para escuchar la música de un poema hay que abandonarse
se precisa la lejanía
la interrupción del continuo humano
y su cansancio prosaico ritmo de voces y pájaros contrasentido del mundo
que nos permite aullar porque sabemos del terror de estar en la superficie.
Oda al ruiseñor
siento en mi garganta
un lenguaje agitándose
poesía y dolor
estado de vigilia
en la apertura de la noche cesura de un verso
migra el sonido pardo de sus alas herida de la lengua
el poema peligra en la escritura
el silencio habita el lenguaje
y al mismo tiempo en sus fronteras.
Qué callado debió estar aquel mar para el milagro de la palabra.
Desde lo más profundo de la arboleda, un ruiseñor sacia con su melodía la
obscuridad deseada (P. B. Shelley)
[De Soy Bruja]
Inédito, próximamente en Ediciones en Danza
I. Yo quiero no ser
De niña, de noche, mis lágrimas inundaban
el mundo. Mis padres ajenos a mí,
morían en el vacío de sus entrañas.
I.
No es una palabra amor
no hay muerte aquí tampoco
para oír primero hay que callar
de dónde proviene el perfume a rosas
de la entrada a lo salvaje
no es de la Virgen
la santidad se pierde tempranamente
nadie lo advierte
todo cuento de hadas está escrito para adultos
verdaderos monstruos de hierro.
Al pasar la frontera
voy hacia el animal
me rindo ante él
el animal está comiendo de mi carne.
II
Es peligroso el silencio de una bruja
más que sus invocaciones a los demonios
cuando el llanto se esconde para no molestar al padre
estallan los párpados
los ojos se derraman
la boca muda es cráter en su encierro
en la casa de la que vengo
hay una alfombra de cenizas
andando sin patria
andando con la tristeza de una loba.
El animal observa mi desnudez
insistente y sin piedad
sos el animal en mí
vidente ciega lúcida
Oscura casa: otra vez regreso a tu lado,
a esta larga calle inhóspita,
puertas donde mi corazón se habituó
a temblar esperando una mano.
(H. Tennyson)
III.
La infancia de uno tiene una forma monumental
y se desplaza igual que un animal salvaje
esquivando las trampas, camuflada en la maleza
elusiva, incuba, esconde algo que no desaparecerá jamás.
Extirpé el María de mi nombre, cuerpo, cama, crucifijo, mis ovarios completos mis
botitas ortopédicas, mis vestidos de broderie, mis dientes de leche, mis muñecas
rígidas, de mi vulva, de las estampitas,de los gusanitos de seda en las hojas del
naranjo.
Estoy caída de la lengua
puedo vocalizar letras y sílabas
es otro mi nombre ahora.
Quedé huérfana al no ser (28-11-1970)
si el infierno está completo hay que quedarse parada y aguardar.
Abierta a los sentidos
no es mía la garganta
me arrancaron las amígdalas (8-12-1979)
encallada
ya la piel no trasparenta las venas
me perforaron el tímpano (28-7-1974)
esa madrugada los demonios entraron a mi oído medio
pasaje al otro lado ¿trastorno disociativo de trance?
no
emergencia espiritual
habitar la voz del diablo
es una experiencia coral
hice un pacto autobiográfico con el demonio
escribo veloz
ya soy parte de la infinitud
de la gran fuerza de todo
dentro de millones de mundos
hay una estrella de gran magnitud
es la última en extinguirse
triunfo de sentir el tiempo del hielo
escucho la música oscura del río.
Ahora soy una simiente
un peñasco en medio del mar
aléjate de mí
tengo un mensaje de muerte para vos
existen las escrituras apócrifas
ninguna bendita ola empuja tus velas
alguna vez tu sangre fluyó tibia
ahora todo es grave y milagroso.
[De ¿Por qué no hablan las sirenas?]
(Prueba de Galera editoras, 2019)
Estuvimos ahí
desde la génesis
de todas las cosas,
la tierra se fermentó
y aparecieron membranas
una neblina ocupó el aire adentro
la luz
alimentó la noche.
Nacimos como seres híbridos directamente del suelo.
Brotaron primero:
ojos sin cabeza
cabezas sin cuernos
luego plumas y escamas
diseminadas entre el musgo
mujer arriba
pez abajo.
Las sirenas no hablamos cabalgamos en la superficie del mar somos yeguas
ensimismadas con el horizonte y la frontera imposible
(no te asustes, ya me alejé del todo como me pediste)
es tan difícil exiliarse de vos tan difícil ahora habitamos lo intemporal
de los muertos
lanzados a vivir lo cotidiano, las herrumbres de sus cadenas.
nuestro amor tiene que atravesar el derrumbamiento para no quedar inerte
No te escondas en el fondo del navío
ni te alarmes por lo que pueda sucederte claro que no hay garantías
es pathós primitivo
fuerza abisal:
sirena-caballo.
En la “noche de los tiempos” mujeres que caen
caídas
en caída
porque lo femenino
es singular.
El amor
es suplencia a ese otro goce que ella puede evocar
se encuentra más allá del hombre, más allá del mar.
Goce femenino, de sirena blanca,
se lee la frecuencia de su voz en el poema.
Un hombre como Ulises
no pudo hablar de lo indecible de las mujeres acuáticas.
Butes
Hagamos callar al rapsoda
pobre Orfeo, ilusionado (siempre un iluso) con la armonía
y el control de las esferas
¿es dueño del artificio?
¿es realmente el intérprete?
Voz disonante
sirena desquiciada
amor disuelto.
Las sirenas cantan con las entrañas anudadas y los huecos interiores
que retumban entre sus órganos,
A Julián Axat
son ondinas de cabellos eternos víctimas de las épicas
peripecias cumplidas de los héroes guerreros que no quieren enterarse de nada
a no ser
de sus hazañas
y sus miembros erectos.
Rostro estatuario que me mira desprotegido de mí
impotente
sólo Butes conoce el elixir sonoro: el agua venérea
lo inundó para siempre,
saltó
y conoció las sinfonías de la muerte el dolor del amor
que implica
compenetrarse
con una ninfa de agua
y sus placeres acuáticos.
Somos la corteza de un árbol
que habla del árbol mismo
y éste de sus raíces
y también de todo el bosque y su extrañeza.
Eugenia Straccali (La Plata-Argentina, 28 de noviembre de 1970). Poeta, actriz, dramaturga y crítica de poesía. Docente e investigadora de UNLP (Argentina). Ha publicado Ninfas (no musas) (Buenos Aires Poetry, 2017); El alfabeto de los árboles (Ediciones en Danza, 2018); ¿Por qué no hablan las sirenas?, (Prueba de Galera editoras 2019); Para escuchar la música del poema (Buenos Aires Poetry, 2019). Es coordinadora del Atlas de la poesía argentina I (EdULP, 2017) y del Atlas de la poesía argentina II (EdULP, 2019). Coordinadora de la Antología de la Poesía Federal de la Pcia de Buenos Aires (2019)