Poemas de Sabrina Usach
de nazca, inédito (2020)
caza
el viento me ofreció
más de un pájaro mudo para comer
pienso en el alimento –sacrificio hambre sed
hay quienes lo niegan
pero en el paredón silvestre de las noches
éramos varias las hijas que raptamos
cada ráfaga -sus aullidos-
y las dejamos orilleras en ríos altos
-ofrendas sonámbulas-
junto al último jirón de aliento
para que en el amanecer
un balín diera como resultado
un pucherito implume
hervía mientras una niña tirada en el piso
con un lápiz hurgaba el desgarro
con la misma intención de búsqueda
de los nidos vacíos hasta que la voz
filtrada por lejanas masas de aire
ofreciera el plato del día entonces
era entendible el rito era lícito
anular el tormento:
entiendo que el caldo de esos seres
hizo crecer en mí el acecho por todo aquello
que no tiene la capacidad de nombrarse
árbol
intentamos dejar a salvo
la enramada de los vínculos
yo preferí hijar un poema a la sombra
en el cobijo de corrientes llanas
después de velar los álamos que fui perdiendo
en tardes desprevenidas -de a poco-
aprendí a la muerte todo lo crecido
pronto era pérdida elegimos
texturas distintas de comprender
el tiempo acumulado como la yesca
venida por una brisa suave esto es
al fin de cuentas lo que nos va quedando
en los ojos a quienes permanecemos acá
el viento nos acumuló al tun tun
brotamos salvajes miramos al sol
como estacas a medio enraizar
no me pregunten por qué eché mis manos
en otras aguas por qué vertí mi lengua
en estos humedales buscando el gusano
que alimente la inicial de mi sintaxis
¿no ven que aquel chañar germinó así
y crece así y se colora así
porque no ha sabido tomar decisiones?
hiedra
un gajo desprendido de la planta madre
bastó para saber que desde mi ventana
colgaría una pequeña selva con el golpe
de frescura necesario para mi cabeza
en los últimos días del verano
de dos mil diecinueve olí el follaje
un mediodía y desperté en mi cuerpo
fui trepando por sitios desconocidos
coros de vocecitas acompañaban el vértigo
de enredarme nervadura a nervadura
fue cierto lo que dijeron las magas
patología diagnóstico extirpar
son palabras que deberías deglutir
hacia el fin de la estación
no voy a contar lo duro que fue ver partir
río abajo a las serpientes luminosas
-ellas me protegieron del intruso
hasta asfixiarlo con otras palabras
como tejido anticuerpos obstrucción-
en su lugar eché raíces tiernas
como esas hilachas rojizas
que nos raspan los pies al andar
por zanjones agrestes y sirven de nido
a microanimales que quieren desovar
ya no puedo salir de mí habito
el sistema natural que me une al mundo
y crezco de acuerdo a la luz
profanación
a S.M.
al sur una bandada de águilas
desprotegió tu nombre
desnudo de muerte
con la garganta muda
abrazaste qué grito
el silencio nos arañó tu memoria
-aliado de cóndor-
construyeron un osario de mentiras
sin dejarnos un rastro del secreto
entre tu palma y la raíz de los sauces
cierto mensaje en esos ojos calmos
desmayando el agua que murió a tu lado
los guerreros salimos de las cuevas
a soñar tu vida de brujo
¿alcanzaste a tatuarla en las pezuñas
felinas que recorren la mapu?
¿será posible encontrar tu rostro
en algún alma anarquista?
hicimos ritos multitudinarios
pero ni la más hermosa tormenta
consiguió limpiar las huellas
salpicadas de sangre
te aparecieron estos magos ebrios:
¿qué valiente pronunció ante tu madre
son sus manos las tiesas aferradas a las piedras?
¿qué sintió cuando supo que fue la noche
con su aullido de loba quien acunó tu ida
-pájaro o hijo-?
lithops
te recuerdo niña:
desde que nos engendraron
como peñascos cincelados por la fuerza
monstruosa de la vida tirábamos roquitas
al agua les dábamos un nombre
porque nos parecía cruel desprenderlas
del suelo y cambiar sus destinos
seguramente ahora que sólo te importa
hablar con tus plantas a media mañana
o pasarte días urdiendo el i ching para hallarte
te olvidaste de la intuición por la que elegiste
aquella piedra ovalada color azulado
entre las sombras de una noche extraña
la acunaste jugando a la mamá y dijiste
no sé si llamarla raíz o sangre
¿tu necesidad de nombrarla habrá sido
quizá la urgencia por encontrar
el origen de la especie escrita?
sin querer remordíamos antepasados
para modular por primera vez el sentido
de estar juntas con los pies desnudos
mojados a la orilla de aquel lago
ocupadas en ablandar con una sola palabra
lo que otros llamaron lava mineral tierra
memoria niña:
de pronto te nacerán huesos
y deberás tallar las cuerdas vocales
para definir las manos que te arrojarán
al embalse de tus vibraciones ocultas
de magnética, Ediciones culturales de Mendoza, Premio Provincial Vendimia, 2018
guachas
me estás mirando ha dicho
la voz del daguerrotipo
quién habla si no es un espejo
—esa voz viene de años—
encontré la imagen
en un cajón de madera
y cuando la toco dice
me estás mirando no sé
de quién es esa voz de mujer
pero creo escucharla desde
algún pueblo abandonado para venir:
la siento llorar en un barco
hacinada entre hombres y paquetes
veo que se acerca al campo
a trabajar la tierra a ser sirvienta
siento que avanza parto tras parto:
me llegan los gritos
de los hombres que parió
susurra perdones
viaja a la ciudad
alguien le dio poder:
ahora vota y elige
estudia y enseña
se rebela se divorcia
teje: me cuenta su historia
me acuesto a su lado duermo
me estás mirando
vuelve a decir y despierto
los ojos o la voz que tengo
en las manos se silencian:
me miro al espejo
miro la foto en sepia:
tengo sus ojos
tengo su sexo y su voz
16 álamos
cuando hablo de otoño quiero decir
troncos que me cuidaron hojas movibles
ramas atolondradas protectoras de nidos
y de la casa grande donde crecí
eran fuertes pero lo fue más
el avance civilizador que los hachó
hay que poner lindo el barrio
vamos a pavimentar el zanjón
ninguno de esos cegatos sabía
la envoltura de la sombra ni la desnudez
del sol de la orquesta pajarera
o la respiración de las tardes de zonda
por eso cuando pienso en otoño
siento el pellizco del viento porque
me carcome la ausencia de esas
almas taladas y la montaña
de hojas que no volveré a barrer
concepto de sopa
la sopa que la lengua tibiamente se traga
es la casona renegrida de años
son los restos de apio papa cebolla
y zanahoria disecados en las orillas
de azulejos zócalos tenedores
o de esos platos de porcelana
con dibujos perfectos
son los centavos juntados con suerte
es el fiado el después se lo pago
es la olla gigante revuelta con ansias
con amor con ganas es esperar
el llamado a la mesa y dejar la payana
es lavarse las manos
el cuidado con el cólera
es mirar a la hermana
y seguir jugando
es agradecer
saborear la verdura
sacar la hilacha de apio
porque no me gusta
es meter la cuchara
en el medio de la vida y saber
que este vapor dulzón
que me calienta la ñata
se va se diluye
en formas raras
y no vuelve
de Muecas de una voz pájara, Baldíos en la lengua, 2015
12.
una nota huye locamente
de la trompa metálica:
intenta suicidarse:
cae en un papel:
ese papel la escribe:
la nota dice: grito en mi
20.
escuchando kind of blue intuye
que también alguien en su infancia
se sumergía en el agua de improviso
para aullar deseos y escuchar
decir bop a las burbujas
multiazules que se iban ahogando
Sabrina Usach (Mendoza, Argentina, 1985). Profesora Especialista en Escritura y Literatura. Coordinó en el período 2017-2018 La Juntada- Festival Internacional de Poesía Joven, las Olimpíadas Colegiales de Poesía y el Café Literario Último Infierno, eventos organizado por la Asociación de Poetas Argentinos. Becaria del Taller de Capacitación en Poesía dependiente del Fondo Nacional de las Artes de la República Argentina dictado por la escritora Tamara Kamenszain (Mendoza, 2013). Participó como poeta invitada al IV Festival Internacional de Poesía de la Ciudad de México (2015); al XI Festival Latinoamericano de Poesía “Tinta nueva” (México 2015); al VI Festival de Poesía Contemporánea Sumergible (Jujuy, Argentina, 2017); al I Festival Internacional de Poesía Joven “Jauría de palabras” (Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, 2019); y al XIV FIP- Festival Internacional de Poesía de Buenos Aires (CABA, Argentina); entre otros. Fue invitada por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) a la XXVII Feria Internacional del Libro de la Provincia de Las Tunas en la que asistió como Poeta y Conferencista (Cuba, 2018). En poesía publicó Muecas de una voz pájara (Baldíos en la Lengua, 2015) y magnética (Ediciones Culturales de Mendoza, 2018), obra con la que obtuvo el Premio Provincial Vendimia de Poesía. A fines de 2020 la editorial Caleta Olivia editará su último libro nazca. Actualmente, es correctora de la editorial independiente Baldíos en la Lengua y co-coordina Cordillera, ciclo de poesía y Cordillera, podcast de poesía latinoamericana.