Poemas de Ana María García
[De Hormas & averías]
CRIOLARIO
Amo a mi sombra. Incesto.
La cabeza se desliza por el ducto.
El río funge colátero en líneas pentas.
Fluyeagua. He de yo.
Escurrídome del agua como también
de sus líquenes
de sus flosales
de sus livinos.
Cordio que de sí mana
La cabeza purga el vientre que es de
mimbre. Mamo.
Mamo carne. De la misma sed mamo.
Cruzo el horizonte. Bajo el fuego rojo
de la fragua el
hierro débil bajo el fuego goloso.
Caerá la lluvia como una columna gris
en el desierto y yo
me aferraré a ella como un vínculo
largos lagos negros
la pálida memoria
la memoria de hule
hipos legañas cordón de voz
la proporción de un pecho ludinal
césvico
nánavo
el lengüetazo verbo lúbrico
el ese por el cual doblo y duplico. Oso el calco. Miembro al afín.
Redundo en la pulsión. Estaco en óseo. Forjo.
Yo forjo.
Soplos hubo. Pasmos. Aceleraciones.
Flotante machohembra
muchedumbre
sobre un dios deserto. Sobre un río.
Sobre un cesto escuálido.
En aridez explayo los capilares. Armo
entre las manos
entre las extremidades
me parodio
hablo del mimbre y no hablo de las aguas bajadas
por el lado por el cual se es y se sostiene
aunque sea yo quien las aboque
quien las cubra
quien las escurra
Cráter, mal cráter que ha sido palabra en el remedo
apacíguame lengua
voceo
la primera piedra contra la sustancia
la ovada maridez de vientre en panza
grano gasa
el mismo tufo lácteo
alrededor del claustro
para que al final escupa el mismo barro.
DE CIERTO
Corazones vuestros
tras sus dioses
dioses
tras sus patas
tras el barro de
sus patas
entraron en aglomerados chorros y el mío
quedó colgado
del suyo
De los dos, uno era yo
cupo el doblaje
como las dobles palmas de las aves
benevolentes
el eco pardo
los logos redondos del uranus
y los ojos ecuánimes de los rumiantes
y de los abejorros
como el lerdo flujo de miel entre costados
plástome en el amor bilátero
inmortal
rocuno
sus racimos escupo tropa esquivo (pero el racimo es poderoso y
hasta en los enfardados muertos crecen
el mar y los cabellos)
aunque parezca mentira yo obtuve la visión
de aquel incidente
como el pertinaz fotógrafo logra al fin
el codiciado desnudo:
por casualidad
la casualidad no restó espanto
la comprobación de esta causalidad a través de
infinitos espantos reafirmó la huella original
una drástica e inmóvil revelación:
todo motivo era producto de un movimiento anterior el
movimiento que había producido el chorro
por puro gusto
era yo
integro en su rama
porte
proa y popa del vaivén
los pies descalzos daban pasos prudentes sobre la cubierta bañada por la brisa y
el huracán
de las brisas
galas y galeras
dobles cabos en el orden de la mar
y en el orden del escudo binombre
plagio
diluvio
la ingestión minúscula y el grueso chorro
no eran acaso innobles
o más
puesto que su naturaleza (por decirlo de alguna manera)
carecía de propósito
sus causas desestimadas corrían como escombros
caí
entraron en aglomerados chorros y el mío
quedó colgado
del suyo
diluvió
no hubo manera de arroparse
la cizalla segmentó el huevo en rodajas pares palmas y logos
cayeron los gemelos inorgánicos
el viento trajo pálidos pétalos
el hombre suplirá su origen y lo llenará de mentiras.
ORACIÓN
Padre, ¡Oh Padre!
¿quién repone a tus hijos?
sus carnes coloradas se nos caen
plaga lluvia sobre la arena.
(en el arenal es difícil toparse con alguna huella
las madres son gordas y apestan a hijo
revientan las caderas en las faldas de lustre
no hay deseo
y el hombre
se vuelve
un mar agreste de vísceras negras
por el hambre
quizá
por el hambre)
Padre, ¿Oh Padre!
coplo
y pendo en rama ajena
¿quién repone a tus hijos que son bípedos?
La sombra de una giba en el tardío horizonte de la historia
y cae la rama
venir desde los antes
las clavas cabezas, la espina desencorvada
la pezuña
las dobles secretantes. El panal entre nudos.
Padre, ¡Oh Padre!
Encarna y asunta es la huella de la gran pezuña
lanza
corre
criba
oscuros son son oscuros tus recintos y
tus untos agrios
¿quién repone a tus hijos cuaternarios?
Almita pujadora
en el rincón cuna
a quién orar en las malas y nocturnas noches
incorpóreas?
Secos y putrefactos
los lunares lunas
la ósea carne
sobre el pavimento
no ha fuentes
no ha luces
y nada bueno habrá en tanto quiebre el gancho
sólo el hombre montante. Un cuerno alfil encabezado. Un cuenco
vegetal
la fusible labialidad del eslabón
que puede ser no tan clara (y sin embargo ser su forma bocal.
Más manual que terca. Aquello que a la vez lo abre y a la vez lo cierra y también
Lo aprisiona. Y no su propio dedo).
Un martillo atraviesa el vidrio de la pequeña urna
La imagen desprotegida se cobija a morir en la madera
La uña del uro se ensaña con el animal blando
lanza corre criba
ira rabia
ira pena
lanza
corre
criba
degüella a los degollados
ESTIGIA (Alegoría del agua)
El río solo es la corredosa aridez
de la sombra
alargada y oscura del agua residida
y no como se cree el agua misma
ni yo misma
yo misma
en el pequeño pasto entre los juncos
incuenca
niego el continente
la sombra de la que hablo
el eco
la pantalla
el cuerpo y el propósito del cuerpo que se me es oculto
una especie de razonable armonía
entre el pez y la piedra el agua
así como expía también impide
la laxitud irremediable mente unida
uniéndose a la muerte,
porque no ha podido nunca concebirse el
reverso del origen
los más antiguos propiciaron esta partida húmeda
esta gota reidora gota riego
amachada criatura en creador que en semejante crea
por el desprendimiento o por la idea infinitesimal
los más antiguos propiciaron esta partida húmeda
nosotros heredamos sus dioses y sus juramentos
bellas ondas en el seno rancio
ellos juraron por el agua
más allá de su nombre.
EL MURO (EXPLICACIÓN DEL PARAÍSO o más exactamente, del primer pecado)
En ese final que se perdió había un muro al que algunos llamaron murallón,
pero cuyo nombre permaneció
inalcanzable
porque debía ser tocado y traspasado
su ultimidad y tendencia: poner en él las manos.
La materia, desconocida ahora, fue elemental entonces
una especie de carnebarro-polvo (digo yo)
en la que las huellas del acercamiento podían integrarse por presión
inmediata y construir
la misma materia
inserta nueva lúcida y el hombre (lo que quiero decir es)
uno. Lúdico y paraíso. La gracia solo arborecía en el jardín espontáneo; esto era más. El ardid preciso estaba en el límite. Pero…
el cuerpo
sus orificios plásticos se ofrecían
como cualquier pitillo o jeringuilla o aguijón circuncéfalo
tentado por una forma paralela: a cilindro, cilindro.
La verticalidad, la horizontalidad en destino
fácilmente sustraída por la hembra y el varón
hicieron
hasta hoy, invisible el muro.
NATURALEZA MUERTA
Toda mesa comprende al hombre y lo anima en el binomio
converso
a solo, a congregado, a solo.
Toda mesa está comprendida en el nombre de la cruz
y en los cruzamientos
sin embargo
alguna vez sufre (o ha sufrido) la tal profesa herida
de la bagatela
alguna vez en ella escatimados.
Inesperadamente llega la noche sobre la mía
las moribundas partículas de la imagen directriz hacen
malabáricas figuras.
Queda la arcilla
las manos pardas
el oscuro musgo en las comisuras
las candelas encendidas
el vino opaco.
ENCÁRGASE LA VIDA
Encárgase la vida. La vida, que es una masa triste que se pega a los dedos. La
vida, a la que hay que sacudir cada noche o cada día con voz nocturna. La vida,
que a todos nos afilia
para nada.
Pero hay un día que se nos da sin previo aviso, tan solo para acompañarnos.
Nos toca con su sedosa cinta colorida y grita un nombre. Tiemblan los colores. Se
musican. Se anidan. Y se abren como pierna o mantos o dóciles pezones. El
nombre queda dado. dado y azul.
Dícese que la vida se encarga y en efecto: el nombre queda dado. Puede colocar las
puntas de los pies en el espacio y girar alrededor del mundo hasta arribar al canto.
Pero nada es otra cosa que el presagio introito de largas avenidas de hielo helados
ríos solos
que de hielo te untan
el nombre que de vientre prosa y en vientre
castra es el punto capital de estrella a entraña.
Recoge de frentes fronteros interceptus
hitos por donde se corre y corre todo
el vértigo del verbo que es ya y desde ahora
carne
una carne dolorosa pero prometida
para rebasar la huesuda cuenca ósea
pálida insulsa mortal por el vacío
la huesuda cuenca sede palaciega donde muere siempre
la naturaleza tuya
excepto hoy
el día como digo en el que se da el nombre apropiado
a ese todo canto que tirabuza de espasmos
alarir el nombre es alarir
y apropiado es hacerlo con el tacto abierto
por si la voz sucumbe
mientras tanto la vida toma tiempo y sale
no le oímos cantar
se recoge la falda
afila la hoja hasta el borde
hasta la raíz
ríe
ARTE POÉTICA
(Y no tanto del cómo cuanto de la causa; causa ajena)
¿De qué vale herrarte
de que valió
la alforja y la faja
y la acción
de halar y de parir?
empederniste los muslos
fieros-bravos y estancos
a rabiar
a trajinar por vías-propias y ajenas- con espanto o sin él
en todo caso en el trajín habían puesto el dicho el puesto
sólo que no así –o no tanto-
“puede afectar su condición”
“puede no ser grato”
por toda carne un músculo
por todo espejo una casa
un umbral
un cuerno
por todo desaforo tres segundos de tumba
sobre la flor
húmeda
por toda resaca una sola tumba
húyete antes de que vuelva
-el peligro está en el cumplimiento del ciclo
no en el cielo-
huye que las rozas son erizos blandos y labios
muertos las escamas de los peces huye
de los bultos y de los fragmentos
huye también de la casa en la que duermes
y duerme el celo
en celo
prepara los cuchillos.
NA CASA*
una casa de piedra y no hay más casa que aquella
una casa de exilio
ni siquiera fui un niño en esa casa
yo ya era el exilio
desde entonces lleno de piedras blancas mis bolsillos
por si alguna noche vuelvo
las piedras envejecen.
*(En idioma gallego, en castellano: “en casa” o “en la casa”)
[De Juegos de mano]
EXPRESA LA ELECCIÓN DE PARTES Y DISTANCIAS
(No confundir con la seducción del abismo. Se trata, más bien, de una quiebra de
lo absoluto aunque parezca su versión opuesta).
Lo que tú haces. Tus movimientos. Las palabras que salen de ti antes de decirlas.
A todo lo que te aproximas. Lo que nombras. Lo que tocas. Lo que infieres- Todo
me incube. A todo le he puesto el nombre de mi mundo. Su sombra implica mi
germen.
El rumbo de lo que llamo distancia viene de ti.
Acción no pacífica ni mística.
Dictamen.
Acto de consagración. Atención de lupa. De incandescencia.
Más allá de ti ni siquiera tú. Sólo de ti lo que tú generas. La más ligera savia. La
más transparente. La más blanca. Pero toda simiente…con ella siembro.
No en el hundimiento mortal de una semilla fémina aterrada en su mimetismo. No
el grano que ha aceptado y se conforma. Con ella siembro en el gesto de tu mano
desganada en el que yo no ocupo lugar. De ese gesto invisible proviene mi
siembra.
Venero cuanto tientan los ojos que aproximas. Tus pupilas islas. La extensión
vacía de tus índices. No me alcanza el celo de lo que ves y posees. Las cosas que
cada día te desfiguran. Las apetencias a las que respondes. Dejo que ocurra…
Dejo que ocurra alguna vez.
ARS AMATORIA
“Ay ese amor que hemos llorado tanto se
Largan largan los ríos que se aman partiendo”
Raúl Zurita
No vengas
No aproximes a mí lo que de ti y a tu pesar verace
Se en cambio la mentira grande de tu cuerpo.
No vengas;
Evocado se
Apenas madrugada esgrime.
El amor hace su bien de la poca verdad.
“Hasta entonces se concebía, en efecto
Y se esparcía la semilla, no uno en otro,
sino en tierra como las cigarras”
(Formas que requiere el ansía)
yace apenas con las manos abiertas
no pronuncies ni sepas
se postizo
¿Qué iba a ser más que tú
acaso tus sumandos
o tus ojos
acaso
tus segmentos... cuando desayunas…?
COROLARIO DEL POEMA ARS AMATORIA
Pedir verdad confunde al amado
no comprendemos suficiente al destino cuando se nos viene en
paralelo y nos armamos contra pretendiendo contra
sin saberle sabio
cogido el amor escapa a sus esencias y en su huida deja
apenas sus escamas
la fábula tiene el propósito de explicar
que línea paralela
es jamás
tocarse.
POIEESSIS
Todo intento de poema es un flujo quebrado. Quiébrase en sí.
Accede y se asemeja. Vuelve siempre. Hita y rescinde pero
vuelve. Limpio y en despeje; sin traición.
Parece que no fuera pero es. Parece que no fuera pero va.
Qué cabe entonces…cabe, en lugar primero, la paciencia.
Presumir el tiempo como sangre. Presumirlo. Afinarse en él
hasta papel y luego viento.
Este ingreso puede darse de dos formas. La primera es por gracia. La
segunda recibe de la gracia lo gratuito y después lo adquiere. Es el poeta.
ESCRITO A CAUSA DE LA NECESIDAD DE USAR UN PRONOMBRE
Uno es así:
Obtiene de la pluma el desliz; el uso narrativo, el discurrir, y hay quien se vuelve al
ojo e inquiere que, cómo así verte vestida de mucha magnitud y después
comprobar en la obranza lo insulso de tu peso al enhebrar. Y a quién habría que
instar a la chanza es a ellos. A los que acuerdan en la desesperanza cotidiana.
Uno es así:
Pone ardor en los dedos y salen las palabras. De quién es entonces la culpa si no
hay intentos de acceso. La lesión por fuego es la más dulce. Porque lleva a la
consumación: la vivificación del sacramento que no es otra cosa que el acto más
de carne.
Los contrarios que aparecen como manchas sobre algo y de cuya existencia no
podemos maldecir, acusan. Cuando así los veo con sus rodillas asentadas sobre
la columna, su actitud me provoca. Lo que me apetecería en ese instante es ceder
y obtener de esa cesión la única verdad. Pero no se trata de verdad sino de
verosimilitud, que no es lo mismo. La una califica, la otra solo sirve para la
distensión.
Pero uno es así y por eso escribe.
Ana María García Silva (Lima, 26 de abril de 1948)
Estudios:
Pontificia Universidad Católica del Perú (Educación, Filosofía)
Universidad Pontificia de Salamanca, España (Teología y Humanidades)
Universidad Autónoma de Barcelona (Terapia Sistémica)
Universidad de Valencia, España (Psicología educativa)
Autodidacta: Literatura
Publicaciones:
Libros: Hormas & Averías, Lima, Editorial Caballo Rojo, 1995
Lima, Editorial Caballo Rojo Segunda edición, 1999
En antologías:
Mujer y poesía, Carpe Diem, Lima, 1997
Poesía Peruana Siglo XX, Ricardo González Vigil, Ediciones Copé, Lima, 1999.
La poeta y el erotismo: estudio y antología. José Beltrán Peña, Editorial San
Marcos, Lima, 2001
Entre fuegos y pétalos, Universidad Ricardo Palma, Lima, 2008
Premio Orola, Madrid, Ediciones Orola, 2009
Poetas peruanas de antología, Ricardo González Vigil, Mascapaycha Editores,
Lima, 2009
Hablan las poetas, Roland Forgues, Lima Editorial San Marcos, 2011
En colaboración:
Basta, 100 mujeres contra la violencia de género, Lima, Estruendo mudo, 2012
Cuatro mujeres: cuatro pasiones, Compiladora Cristina Jarque, Madrid, Editorial
Letoria, 2013.
Coautoría:
Las alas del amor, poetas peruanos. Francisco García, Ana María García,
Edición Delta Air Lines, Lima, 2000