Poemas de Soledad Aráoz Cartagena
Canela Espinosa
(Esquina de Amargura y Saphi, S/N)
Ruda, Retama, Romero,
Pimpinela, Pensamiento, Valeriana
Toronjil, Hierba Buena.
Voz anciana teje manos de hierba,
escucha con el pecho abierto:
Flor de arena limpia corazones,
al bosque lluvioso a beber de sus aguas.
Barrer nervosos enojos con Lluvias Sacras.
Coca y Chamira silenciosas savias
Dicen lo que nuestro cuerpo pide.
Corrías descalza por una hihuaya negra
muña con viento te llevan a casa
Huamanripa, Pupusa, Mullaka
Huallatas entrelazan caminos.
Por ellos visitas oquedades.
Más abajo, cuando llueve caliente
begonias, bambúes, pasifloras
han trenzado tus cabellos
y andas de aquí para allá.
Pasas delante de mí
llena de arcilla verde.
Recetas con pies y zapatos
recorrían calles, plazas, mercados,
casonas, cuartos,
Manzanillas, Marku, Molle,
Alqo kiska, Matico
subían, bajaban escaleras.
Otra vez,
son tus várices.
Toma abundante jugo de limón,
y garúa fresca en la noche.
Tu corazón late entre mi pecho
y el mundo.
Somos Musgo y Kikullo.
Fuimos hormiga,
vimos babosas sorbo a sorbo
gota a gota, gotean.
¿Cómo colarme por los rincones?
¿Cómo conseguirlo?
Kuti, Kuti macho, para la Diabetes
tiene florecitas bañadas de luna
haz estado rondado
por acá y allá;
espinosa, espinosa, Canela decías
inscritas en cavidades memoriales
haciéndose cuencos macerados.
Te has colado a mis cabellos.
Parecemos luciérnagas,
¿Cómo lo hiciste?
Tú lo hiciste.
Manojo de hierbas.
Vocabulario: KUTI KUTI; KIKULLO; ALPACAS, ALKAMARIS, HUALLATAS,
PUPUSA, MULLAKAS, HUMANRIPA; HIHUAYA,
MATICO, MOLLE, MARKU, MOLLE, ALQO KISKA, MUÑA.
Vocabulario: MASTUERZO, CANELA, LIMÓN, FRESAS SILVESTRES,
BEGONIAS, PASSIFLORAS, BAMBÚES, CALÉNDULAS, RUDA,
RETAMA, ROMERO, PENSAMIENTO, VALERIANA, PIMPINELA.
Tiemblo
como la luna
he dejado de ser palabras
hay un despertar desconcertado
beber del rocío
fortalece voluntades
sonrisa hecha lágrima
ten el corazón dispuesto
peregrina escucha al viento
Soledad comprende, agradece.
Escondiéndose de sí misma, la tejedora va desprendiéndose. Ese rumoreo
no ataja y el hilo se tiende desvelado. Yo dormitaba en mi paraguas. Lo olvidé
en algún lado, quise prestárselo al poeta que dormía abrazado a la garúa.
Quise llevarme al poeta a otro lado. No pude. Al final dormimos los tres
abrigados en una telaraña.
Tú y la lluvia
tienen la misma voz
húmedas parlotean, dicen mojándose
hemos dejado a un longevo escalón trepar
y sin vacilar acudimos desnudas
escudándonos a tu lado
se burla de sí
es más sencillo reírse
vieja polilla del zaguán
niebla viene dudosa
traes la cuenta.
Cuando le silben a tus oídos
voy a brotar en tu memoria.
Descansaré con las semillas.
29 setiembre
Algún día vamos a morir.
Sería tonto morir antes.
Sazón y caldero se han impregnado en el aire. Brasean chapas de orgullo, letras
sanguíneas funden ironías. Rojo vivo arde en un papel arrugado. Crepitan desde el
fogón toscos agüeros. Arrincono mohín en una sonrisa ausente. Toco tus manos
mullidas y me voy.
Legalizo Corazones Libres
La cucharita va revolviendo miel de naranjo, hay un vacío endulzado en mi corazón.
Tu mirada me dice tantas cosas, dejo al silencio como traductor.
Si pudiera llenar de miel cada una de las constelaciones, en una simple
extravagancia
del deseo.
Bajo la sombra espinosa echo mi ser a tierra tibia.
Sin saberme perdida hasta un lugar íntimo, tocaría tus labios con la punta de mi
lengua extraviándome. Mi ombligo coquetea con tu índice. Lenguas enroscadas
dejan caer una lágrima. El vórtice cervical en sinapsis con algún recuerdo,
desciende como un escalofrío que arde en brasas. Piedras arden con la luna y
roncan árboles crispados. Desde lo alto juegan a mirarse. Presumiéndose
huracanados han tramado cernícalos.
En aquel vuelo me pierdo. Regreso cuando siento tu dedo en mis labios
y miel en tu ombligo.
La punta de mi lengua toca el firmamento.
Resistiendo
Al cansancio
vocales hechas de arena
hacen piruetas bajo la luna
caracolas murmuran
llaves y clavijas
llaves y clavijas
mientras ríe despacito
miran de reojo
cerrojo
abrió el ojo.
El gran espíritu del bosque estaba esa tarde nublado en sus convicciones,
pensando al borde de todos los ríos. Sus ojos lucían desconsolados, extraviados
en penosos peñascos. Llorados hasta la oquedad de todo su entendimiento, ahí
donde las piedras habían terminado de agujerear sus zapatos y los pasos
silenciados por hilos de nube se vestían presurosos encandilados al velo argenta.
Él había llegado cavilando en silencio ensimismado en su aniquilado corazón. Se
pronuncia un charco y hay eco. Quien quiera escucharme respire. Tu aliento lo veo
acomodarse bruscamente. Lágrimas grises turban, hay en el reflejo quienes no
miran, porque su voz les habla y no le creen.
Y llora un pájaro despellejado. Un arco de flecha en el aire.
Un remolino. Un mareo mítico desprovisto en la noche, procura librarse.
Si hay aliento. Hay del aire y sus evocaciones silbando se rizan ante las yemas
finas de un hilo inocente. Y así un prismático rayo se abre. Los ojos son llama.
Arden.
De las aguas acercándose hasta la rodilla y costilla aquel hocico puntiagudo denso
de mercurio. Las certezas de su corazón se habían roto. En sus hojas plagadas se
saborean dolor y necedad. Se regocijan y se disponen las hachas del olvido.
Entre el concilio de árboles maestros enraizados en sus verdades ciegas,
enceguecedoras y nocturnas se habían pegado las voces no dichas. Las palabras
no pronunciadas y las verdades negadas al cruel exilio del desentierro. Estaban
infestadas hasta sus cogollos. Adentro se cosían las fibras propulsoras del viento
más frío que llegaba al sur. Alisios patagónicos rumoreaban.
El Dios que me habita
tiene memoria estrangulándose lentamente,
ha sido talado del bosque
la locura que me habita,
late en la cruz del sur
vasto horizonte titila
aprendo a caminar de la mano de mi madre
tierra y cielo se nos abren
Yacumama regurgita
el Dios que me habita ha despertado
Soledad Aráoz Cartagena (Cusco -1976) estudió Turismo y se dedicó a caminar por montañas y región de selva en Cusco. Poeta, publicó “Detrás de cada hoja” con la Editorial Independiente Pilpinta el 2008 y “Temporada de lluvia” con la Editorial Cartonera Huella Impresa 2016. Participa activamente en recitales y coloquios de letras cusqueñas. Parte de su trabajo figura en las antologías poéticas El vértigo de los aires: poesía Latinoamérica 1974-1985 (2007) México, Enero en la palabra (2014), Enero en la palabra (2015), Enero en la palabra (2018) y Mixtura de poesía en el ensarte de las artes (2018) por los 25 años del Festival del Arco Iris en Ukukus-Bar Pub. El 2015 fue organizadora de Enero en la palabra, y actualmente viene trabajando en su tercer libro de poemas Arcana de los vientos a publicarse próximamente.