Poemas de Alan Vargas
las 10 a. m.
nirvana a todo volumen
el rape me de todos los días musicaliza la mañana
mi generación tomó prestada la leyenda
de kurt cobain
del unplugged en mtv
pero lo hicimos mal
es que éramos niños cuando el 11 de septiembre
estoy parado en el centro de un cilindro negro
su borde es permeable
su densidad infinita
fumar metanfetamina y pilotear un B-2
desierto de mí
prófugo en mi epidermis
suspendido en el centro comercial
esperando los medicamentos para la gripa
subir al avión significa no volver a casa
lo cual es extraño
porque en sentido estricto significa
volver a casa
la casa de un hombre es su santuario
suavidad
acariciar el cielo a velocidades súper sónicas
planear sobre esa línea donde el horizonte se confunde
con las nubes de metanfetamina revoloteando
muro
bruxismo taladra la cabeza
si mahoma no va a la montaña
mi nariz va a la carretera
caerse solo
ir por la calle una mañana
mirar el reloj
saludar
sentir la gravedad
y desplomarse
mirar el cielo
elipsis
topé con el concierto de jerry lee lewis en glasgow 2015
se le observa encorvado, casi una hoz
pálido, le llevan del brazo hasta el piano
se sienta con dificultad, se acomoda el micrófono
says hello con un saludo militar
articula un rift
hace una broma
it’s a joke, dice, con esa picardía
que tienen los viejos cuando hacen un chiste tonto
abre el concierto con down the line
a sus manos les cuesta emprender el vuelo
unos días después
un video de jerry lee lewis
interpreta whole lotta shakin’ goin’on
en un programa de televisión 1964
el tipo es una fiera
la situación es la siguiente:
jerry lee lewis se observa en you tube
repasa secuencias de la misma escena
vistas en primera persona
princesa
la nariz se me ha entumecido de tanto amar
en el goce del pantalón
tus caricias son la bocanada que observo elevarse
respiro tus besos en el foco encendido
eso es lo que me encanta de ti
tus ganas de enterrar las uñas en el hígado
tú amor por la aspereza
aunque, no nos hagamos tontos
vivimos enganchados a la suavidad
apenas sentí tus manos cerca
la piel se me hizo agua
el sabor a metanfetamina de tus labios
me recuerda la cereza encendida que introduje en tu cuerpo
una tarde calurosa de ribera
éramos unos niños descubriendo el mundo
y para nuestra buena suerte
el mundo nos descubrió a nosotros
escuchando a caifanes en un pavoroso anacronismo
llegaste una tarde y apenas verme
comenzaste la carrera
justo antes del contacto un brinquito para alunizar en mis brazos
me susurraste al oído que lo habías conseguido
que haríamos el amor y fumaríamos todo el día y toda la noche
escuchamos bocanada repetirse
princesa
hemos perdido los dientes de tanto amar
somos tan hermosos
no me mientas
dime
dónde dormiste anoche
conozco tu aroma y tu acidez
mi cuerpo abrió tu cuerpo
como la primavera las flores
el reactivo de tu piel
ahogado en químicos de mi saliva
revela movimientos calculados
fluidos fluorescentes bajo la luz uv de esta habitación
no me mientas
por favor no me mientas
sucede algo extraño en tus muecas
conozco la agitación en tus silencios
tu pecho respira mis cabellos
no estoy enojado
es que quiero arrastrar las anginas en la madera
por favor no me mientas
*Del libro Vías respiratorias, de próxima aparición.
Alan Vargas Mariscal (Oaxaca, 1992). Editor y escritor. Ha publicado Rorschach (Cuatro triángulos, 2018), Código fiscal (Edición de autor, 2016), Poesía mexicana (Elefanta ediciones, 2015, II Premio Nacional de Poesía Joven Alejandro Aura-Secretaría de Cultura de la CDMX) y Migrar a unomismo (edición de autor, 2014, primera edición, luz & sonido/FONCA, 2017, segunda edición; mención honorífica en el I Premio Nacional de Poesía en Voz Alta-Casa del Lago, UNAM, 2015).