Poemas de Rodrigo Flores Sánchez
El parque de las dendritas
Eran piedritas las dendritas
Apresado por dendritas
Quiero recordar
Se me borran hundiéndome en
Presa salinillas en presa palmito
Es culpa del crepúsculo engañoso
Tianguis donde papá compra hígado encebollado
Apestan a drenaje las piedritas
Me sumerjo en las dendritas el parque
Es tina con burbujas y barajas
Los cines ariel y polanco
La farmacia vyr y sus tortas y los grillos bajo mi lengua
En la azotea juanita canta la del noa noa
Son los huevos pudriéndose en la colonia hidráulica
Escapan mis abuelos se me irrigan
Se van cadáveres los vi cadáveres
Los borro con la pelota contra el muro
Mi familia se desvanece
En el trescientosnoventa
Nos toman una foto como a chano y chon
Publicado en La ciudad de frente núm. 151 (2015).
Balada de Hamburgo 69
¡Pobre de mí! ¿Quién me
librará de este cuerpo
que me lleva a la muerte?
Pablo

No hay agua metafísica que cure
Que de esta sed me alivie
Que de esta sed me sane en esta roca
Que es agua sin metafísica
Que canjea coronas reales por envoltorios de sándwiches
Entonces bebo de esta sed en este
Espejo que es una foto
Del agua inverosímil de la roca
Y de la sed
Que canjea coronas reales por envoltorios de sándwiches
Esta sed metafísica
Es la sed metafísica asignada
Por palabras de la sed o por imágenes del agua
Caracol o remolino
Que canjea coronas reales por envoltorios de sándwiches
Está asignada el agua metafísica
Como ausencia en esta foto sepia de la red
Alguien vivo no existe en esta foto
Sepia mi abuela habita en una red
Que canjea coronas reales por envoltorios de sándwiches
Es la nena más niña de la foto
Con vestido de holanes la nena de la foto
Mi abuela la del asilo sale movida mi abuela
Medio vive en un asilo mi abuela
Que canjea coronas reales por envoltorios de sándwiches
Está la nena y su hermana
Otra nena mayor
Desde la foto sonríe la hermana de mi abuela
Tras su muerte la vi muerta sosteniendo un rosario
Que canjea coronas reales por envoltorios de sándwiches
Si hubiera agua y no roca
Habría otra red si hubiera agua un sonido de agua
En esta roca en esta sed donde no hay agua
Y hay sed y no hay red y hay un no saber de los censores
Que canjean coronas reales por envoltorios de sándwiches
Dice mamá que la primera persona no se sabe quién es
Dice la red que la segunda es su tía Ema hermana de su abuelita
Dice mamá que la tercera es su tía Esperanza hermana de su abuelita
Dice la red que la cuarta no sabe quién es pero no dice que su no saber es un saber
Que canjea coronas reales por envoltorios de sándwiches
La quinta es mi tía Felisa
Que se casó con mi tío Gorgonio
Hermano de mi abuelito
Dice la red que por la tía Felisa se conocieron mis bisabuelos
Que canjean coronas reales por envoltorios de sándwiches
Y quién más sale en la foto interroga
La primera persona a la red está abajo
Mi madrina arriba mi abuelito Antelmo luego
Mi tía Quiquis luego el profe Gabino esposo de Quiquis y el niño no se sabe se sabe
Que canjean coronas reales por envoltorios de sándwiches
Es una foto de boda
Horror vacui es el topos
Cantad Himeneo! Himeneo!
Sin al rapsoda remedar
Que canjea coronas reales por envoltorios de sándwiches
Luego sigue la madrina de mi madrina
Luego su padrino Paulino el español
Y luego hay dos mujeres y un hombre de sonrisa peregrina
Luego mi abuelita Luz
Que canjea coronas reales por envoltorios de sándwiches
La conocí mi bisabuela tejía
El bisabuelo prefirió las barajas
Recuerdo muy poco la pizca de aflicción de Enriqueta
Dice la nota un millón de kilos de anchoas enredadas por pescadores mortajas
Que canjean coronas reales por envoltorios de sándwiches
No conozco a los demás dice mi madre
Dice la sed que dice mi madre que
Digo yo que dice la red que dice la roca
Con elegancia visten todos de quien no sabe
Que canjea coronas reales por envoltorios de sándwiches
Publicado en México 20. La nouvelle poésie mexicaine (2016)
***
contrabiográfico
ARENAL
Acabo de ver el letrero que dice:
Se saca cascajo.
Las letras en la puerta de la camioneta.
Las letras rojas titilan y clavan.
Y yo voy dando vueltas.
Doy vueltas a las palabras.
Se saca cascajo de mi boca,
podría decir.
Se saca cascajo
¿De dónde se saca?,
me pregunto.
La camioneta sale
de la casa.
Avanza.
Creo que sacó cascajo de la casa.
Y yo repito.
La camioneta
con letras rojas
en la portezuela
saca cascajo.
Eso hace porque eso dice.
Presente del indicativo.
Me saca de mí,
me sacó de mí el letrero,
más que nada el sonido reiterándose.
El sonido del letrero
me sacó de mí
para escucharme decir:
se saca cascajo.
Me sacó a mí para decirme
que de cascajo en la cabeza
voy lleno,
vengo lleno
de cascajo.
Quieren sacarme el cascajo
pero yo no quiero.
Estoy bien.
No quiero que me saquen de mí.
Que mejor
venga
la camioneta.
contrabiográfico
SAN JACINTO/5 DICIEMBRE 2005
Se estilan
compartimentos, ventanas.
Se estilan
ubres mordidas sobre ubres rojas sangrantes,
automóviles detenidos, se estilan
frente a compartimentos azules, naranjas,
naranjas algunos con faroles, rejas ,ventanas,
algunos con emblemas frente a automóviles blancos compactos,
rojos, verdes, frente a una plaza de piedra,
de ubres sonoras sangrantes. Juegan,
corren los niños, la plaza. Se estilan
frente a compartimentos ubicuos,
automóviles junto al balón, corren los niños,
las ubres compactas, móviles.
Detenidos, la iglesia, la noche, los árboles,
las piedras frente a algunos
balones. Suenan, botan los niños,
compartimentos, algunos brotan
con pintura, desprendiéndose azul,
naranjas, las calles de piedra, de niños,
las ubres sangrantes,
se estila la noche y el árbol.
contrabiográfico
CHEDRAUI/2006
Escuché tu rostro alargándose escuché
la tarde que encogíase la tarde
tu cuerpo en la tarde tu rostro
en el cuerpo de la tarde escuchaba
eli eli lema sabactani el rumor encogiéndose
de lo que yo decía y lo que yo encogía
escuchaba y balbucía tu rostro escuchaba
y enceguecía descendiendo uncido de rumor
a sonoras imágenes crujiendo imágenes eli
eli lema sabactani balbucía lo que
digo me envilece tu rostro escuchaba
la culata tu cuerpo imágenes balbucía uncido
de aporías en trance de envilecido
aporías transitando tentado
envilecido eli eli lema sabactani
conozco una nueva forma de
aprender conozco una nueva forma
de descender a la plaza del vinagre
y la ausencia a la plaza negra te
amo cállate imbécil te amo tentado
sin manos y música eli eli
lema sabactani cállate el rostro
liado a la culata y al alambre te
amo en la parvada de palabras
más palabras menos cuando
me has abandonado en la culata
alambre uncido: alto total ¿alto total? alto
total
Doppelgänger
LA DOLOROSA

Compraste un libro que en la página 57 manifiesta: (escúchame bien, tu cara retrocede): quien te haya entregado eso morirá. Es un día soleado. Digo sol y pienso en caligrafía sin ripios. Escribir es un sistema de captura de días soleados y soledades. Pío, pío, ¿quién salía del auto llorando, violenta, bendita?, ¿son posibles los allegrettos furiosos?, ¿es posible entregar docenas de rosas rojas en Via Matris? Luego regresas a casa, pero el maquillaje corrido evidencia el llanto, ¿es el llanto un sistema de captura de tus lágrimas?, ¿la secreción glandular es un sistema de captura de La Dolorosa? Pensemos en el rostro, tal vez el rostro es un sistema de captura, de la edad por ejemplo, del duelo, ¿es posible la coexistencia de capturas y fugas en el mismo signo? acabó el domingo: el bebé sonríe, le duelen las encías, creemos que es motivo del llanto. El cáliz que los apóstoles llevaron de la casa de Verónica es un vaso maravilloso y misterioso.

Docenas de botellas capturadas en un refrigerador en donde leemos: CORONA. Escucharte me serena, escucharte es decir, es decirte. Digo: rosa, roja. Millones de habitantes capturados detenidos depositados en una corona calcinante (en lo opaco, en lo pleno, en lo plano). ¿Quieres ser mi amigo, urna? En la página 89 del mismo libro Arturo Carrera dijo: LA INFANCIA HIRVIENDO:/ CAL Y AGUA. El parpadeo es vehículo del olvido,

vida.
Dame de beber, vela, vínculo.
Gime
¿OP. 110, OP. 133?

Una copita de vino, violenta y disonante, durante altas horas de la noche. Ya dieron las 0:14. Ni tan altas, apenas las 23:25. ¿De 1960? Escucho a Дмитрий Дмитриевич Шостакович y me dan ganas de otra más, sólo una, no abusemos de la afirmación testimonial. Poliomelitis o integración al Partido Comunista. ¿Puedes leer cirílico o por qué utilizas esos caracteres? El sonido incide en tu pulso. La cobardía y la culpa fecundan tu carne. En Dresden: combustión y crisis personal. Cruzas la pierna, te rascas la rodilla. ¿Serán las fibras dolientes? Seguramente es comezón por escribir propaganda. Comienzas con un Largo vaporoso, pero intempestivamente te sacudes con el Allegro molto. Rabiosa me pegaba. Rabiosa mentía. Planea suicidarse por esas fechas. Deseo que me insultes para creerte. Ensamblas ambos pulgares. Es una cita de Große Fuge. Resulta tan escasamente popular que desean un final legible. Diversos códigos y citas, plagiario hijo de puta. Llevas las manos cruzadas detrás de la nuca y subes los pies al escritorio. Un comienzo impetuoso que se desdibuja. Se disuelve el amor en las ausencias, en tu escritorio, en los insultos. Te disuelves en mis pulgares. Todas mis acciones se reducen a ver para mentirme, a mojarte los pies en mi copa de vino. Todas mis manos creen en el suicidio. Para mentirme en la disolución. Se reducen los códigos. Se sacude lo legible. Llevas tus puños a los ojos. Ensamblas cirílico para insultarme. Abusemos de mí, rabiosa disonante. Exige una alta destreza técnica y una particular dosis de ira. Daniel Gregory Mason lo llamó “repelente”. La compusiste completamente sordo. Suponemos que la vida es intensa y contamos con información tan núbil. Louis Spohr la calificó como “incorrecta”. Pravda te acusó de “formalista pequeño burgués”. Aunque gritas, después te serenas. Sin indicio alguno las secciones se quiebran y aparecen texturas desconcertantes. Aparecen mutilaciones a domicilio. Rompieron aquel diario y tiraron cada una de sus hojas por la ventana. Eso le pasa por gorda. Por escuchar el sonido de mi poliomelitis. Encerrados en el salón hasta que ejecuten al culpable. Busquemos a quien la humilló, a quien la besó. El merlot es barato pero sabroso. El inicio es deficiente.
CAÍN
El sitio de Caín espera al que nos quitó la vida. Piroxilina sobre madera. Es una locura sórdida. Cuando dices locura sórdida adjetivas innecesariamente. Tergiversas y edulcoras la verdad. ¿Cierto? Me ha impresionado. No sé cuándo lo vi por primera vez. Atisbas variaciones, pulimentos en las muecas, la desaparición paulatina de su rostro. Ella reía y tergiversaba. Pero cuando me la mostraste nuevamente la reacción fue de no, no, no pasa. Luego de morir, pollos y palomas dejan de bailar. Serán cuerpos eternamente en reposo. Ya nunca danzarán al ritmo de La Folía. Tres grupos multitudinarios le rinden tributo. Y en la parte inferior aparecen algunas plañideras contorsionándose. La ausencia es una construcción hipotética sin aplicación en la vida real. En 1947, en el Palacio de Bellas Artes, golpeó a sus hermanos con fustes de quijada. Presenciamos a su pie fraterno sobre los cuellos, y al fondo, una escalera de madera. Los volvió ausencia, edificios conceptuales. El simbolismo es puramente personal. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?, se pregunta el asesino. Hacemos mutis. Sólo en los cerros pelones las hordas militantes preparan funerales para pollos sacrificados. Con banderas de huelga y los brazos en alto. Le gustan las partes que puede imaginar leídas o dichas con acento de miraflorina. Le gustan sus partes nobles: pechugas y muslos. Me gusta rostizarme frente a la obra mientras hablas de nuevas formas barrocas. Adoro las variaciones instrumentales de gran virtuosismo. Se trata de canciones bailables de origen popular. He aquí que hoy me echas de la tierra, y de tu presencia me esconderé, y seré errante y extranjero en la tierra. Sucederá que cualquiera que me halle me matará. ¿Eso lo puedo poner en mi poema? Caín y el pollo se parecen en su muerte. No soporto ver su rostro y evocar tus gestos. La piel de los muertos es pálida y verdusca. Tuve ganas de llorar. Háblame de la secuencia de su muerte, cuando dejaron de identificar su pulso y voltearon su cuerpo para saber si respiraba. En su pecho: un rosario sostenido con ambas manos. La familia está triste. Yo estuve en esa habitación cuando ella acarició su frente helada. Caín mató a su hermano y dicen que los gitanos somos hijos de Caín. Le respondió Jehová: con seguridad, cualquiera que mate a Caín, será siete veces castigado. Ya era muy tarde. Ya era demasiado sufrimiento.
VAN DER WEYDEN
Exterioridad. Te pidió autorización para retirar mi cuerpo. Reminiscencia. Le abrieron el costado y brotó sangre y agua. No estás cohesionado. Imposibilidad: esquirlas, astillas. Ella se quema en el escenario ante un auditorio impávido. Tal vez si dices esquirla, astilla piensas en su poca cohesión, en la emboscada, aquel lienzo nos hiere. Pensemos en lo esquivo, lo marrón, el papelito ocre rugoso. Sobreviene la carcajada. Sonreímos en el por mi culpa y, simultáneamente, colocamos una mano en el pecho, en el catecismo, en la casa de la abuela. Salió de entre las butacas y la arropó con el telón, sólo así desapareció el fuego. Sobreviene la astilla, imagen de la imagen. Te inculpas cuando escuchas la gavota. Algo perdura y se antepone a su sentido. Se trata de humo, esquirlas, articulaciones del fuego. Fue un acto heroico, nunca lo pensé de ése ni de ningún otro modo. Concibe y procura una condición de imagen, dentadura, nebulosa. Los hijos en el origen de las lágrimas. El rostro es pálido y a pesar de que los ojos están abiertos, aparecen privados de toda visión. Lo nebuloso es resistencia en sí mismo. Claudicar, escindirse es resistir. Borrarse es resistir. Nos abatimos para no ser derribados. En la cocina eres tu madre, se extinguía. No quiero pensarlo pero lo pensé. Verla desmayada le causó una fuerte impresión. Pintor flamenco primitivo. Nunca se habló del asunto y se prohibió que se hablara de él. Viste tus garabatos en su oficina importante y el hecho te hace sentir importante. Se hunde como si estuviera muerta y forma una diagonal, ambos cuerpos forman líneas paralelas: ella y su hijo, o el cuerpo de su hijo, al centro de la composición. Jugaron basta. Podría tocar los pliegues de su vestido azul, madre. Te chuparé la herida, hijo. La emotividad me provoca repulsión. Al romperse las ramas de bambú se produce un sonido hueco, óseo. Es difícil recordar la flor y el fruto. A él lo cargan y llevan hacia la parte derecha del cuadro, mientras ella se desliza hacia la izquierda. Se mueven en sentidos opuestos y el efecto es armónico.
Carta
(…) Desde hace unas semanas vengo pensando en algo. Sé que es prematuro, pero no sé qué me da por contártelo. Tal vez ya te lo conté alguna vez, no lo sé. La otra vez vi en el Museo Tamayo una retrospectiva de Artur Barrio. Hoy volví a ver algo de él en otro museo. Trabaja con carne o trabajaba con carne, carne de vaca. Lo que se me ocurre es que en una lectura, podría ser una lectura, una presentación, un evento patrocinado por un festival de poesía; lo que se me ocurre es que mientras tiene lugar la lectura alguien reparta paquetitos sanguinolientos de carne a los asistentes. La carne fresca se compraría en un matadero. Se trataría de paquetitos de carne de matadero como los de la imagen que adjunto pero de menos peso. Si vamos cinco personas no serviría de nada, pero si se trata de una lectura con diez o veinte personas serviría de algo, no sé para qué serviría, pero de algo serviría. Serviría de algo. Serviría que los asistentes escuchen la lectura tras su paquetito sanguinoliento de carne. Sería útil, legítimo, adecuado. Bueno, el contexto, ya todos lo conocemos, el gobierno es sanguinario, los muchachos de los cárteles son sanguinarios, la pobreza es sanguinaria, los chicos de los partidos políticos son sanguinarios, la iglesia es sanguinaria, muchos son unos cabrones sanguinarios. La poesía lo es y no lo es. La mayoría de las veces no lo es y es tramposo que no lo sea. Creo que una lectura de poesía no puede o no debe evadirse de su contexto. Por eso pienso que sería útil, legítimo, adecuado. Los asistentes y los lectores deben leer y escuchar detrás de paquetes sanguinolientos porque es su contexto, un ecosistema sanguinario que pasa desapercibido. Siempre lo hacemos, siempre escuchamos detrás de la muerte; sólo se trata de hacerlo visible, grotescamente visible, se trata de llevar a cabo una actividad didáctica grotescamente visible. De hacer visibles los cuerpos, los cuerpos reventados, los cuerpos intervenidos por la muerte y la violencia. Barrio protestaba contra la dictadura militar. Yo sé y no sé contra qué o contra quién protestaría; incluso sé y no sé si se trataría una protesta. Un amigo me dijo que le parecía “gratuitamente escandaloso”. Tal vez. Me gustaría conocer tu opinión. ¿Cómo has estado? (…)
Publicados en Tianguis (2013).
Rodrigo Flores Sánchez (ciudad de México, 1977) es autor de los libros de poesía Tianguis (Almadía, México, 2013), Zalagarda (Mano Santa, México, 2011), estimado cliente (Lapsus, Uruguay, 2005 y Bonobos/Setenta, México 2007) y baterías (Invisible, México, 2006). Escribió con Dolores Dorantes el libro colaborativo de poesía Intervenir (Ugly Duckling Presse, Estados Unidos, 2015) Su obra ha sido recogida en diversas antologías nacionales e internacionales. Textos suyos han sido traducidos al inglés, francés, portugués, catalán y sueco.