#ElPerúQueQueremos

Poemas de Rodrigo Flores Sánchez

Publicado: 2019-10-17



El parque de las dendritas


Eran piedritas las dendritas

Apresado por dendritas

Quiero recordar

Se me borran hundiéndome en

Presa salinillas en presa palmito

Es culpa del crepúsculo engañoso

Tianguis donde papá compra hígado encebollado

Apestan a drenaje las piedritas

Me sumerjo en las dendritas el parque

Es tina con burbujas y barajas

Los cines ariel y polanco

La farmacia vyr y sus tortas y los grillos bajo mi lengua

En la azotea juanita canta la del noa noa

Son los huevos pudriéndose en la colonia hidráulica

Escapan mis abuelos se me irrigan

Se van cadáveres los vi cadáveres

Los borro con la pelota contra el muro

Mi familia se desvanece

En el trescientosnoventa

Nos toman una foto como a chano y chon


                                                 Publicado en La ciudad de frente núm. 151 (2015).







Balada de Hamburgo 69


                                                                     ¡Pobre de mí! ¿Quién me 

                                                                    librará de este cuerpo 

                                                                   que me lleva a la muerte?

                                                                                      Pablo



No hay agua metafísica que cure 

Que de esta sed me alivie

Que de esta sed me sane en esta roca

Que es agua sin metafísica

Que canjea coronas reales por envoltorios de sándwiches


Entonces bebo de esta sed en este

Espejo que es una foto

Del agua inverosímil de la roca

Y de la sed

Que canjea coronas reales por envoltorios de sándwiches


Esta sed metafísica

Es la sed metafísica asignada

Por palabras de la sed o por imágenes del agua

Caracol o remolino

Que canjea coronas reales por envoltorios de sándwiches


Está asignada el agua metafísica

Como ausencia en esta foto sepia de la red

Alguien vivo no existe en esta foto

Sepia mi abuela habita en una red

Que canjea coronas reales por envoltorios de sándwiches


Es la nena más niña de la foto

Con vestido de holanes la nena de la foto

Mi abuela la del asilo sale movida mi abuela

Medio vive en un asilo mi abuela

Que canjea coronas reales por envoltorios de sándwiches


Está la nena y su hermana

Otra nena mayor

Desde la foto sonríe la hermana de mi abuela

Tras su muerte la vi muerta sosteniendo un rosario

Que canjea coronas reales por envoltorios de sándwiches


Si hubiera agua y no roca

Habría otra red si hubiera agua un sonido de agua

En esta roca en esta sed donde no hay agua

Y hay sed y no hay red y hay un no saber de los censores

Que canjean coronas reales por envoltorios de sándwiches


Dice mamá que la primera persona no se sabe quién es

Dice la red que la segunda es su tía Ema hermana de su abuelita

Dice mamá que la tercera es su tía Esperanza hermana de su abuelita

Dice la red que la cuarta no sabe quién es pero no dice que su no saber es un saber

Que canjea coronas reales por envoltorios de sándwiches


La quinta es mi tía Felisa

Que se casó con mi tío Gorgonio

Hermano de mi abuelito

Dice la red que por la tía Felisa se conocieron mis bisabuelos

Que canjean coronas reales por envoltorios de sándwiches


Y quién más sale en la foto interroga

La primera persona a la red está abajo

Mi madrina arriba mi abuelito Antelmo luego

Mi tía Quiquis luego el profe Gabino esposo de Quiquis y el niño no se sabe se sabe

Que canjean coronas reales por envoltorios de sándwiches


Es una foto de boda

Horror vacui es el topos

Cantad Himeneo! Himeneo!

Sin al rapsoda remedar

Que canjea coronas reales por envoltorios de sándwiches


Luego sigue la madrina de mi madrina

Luego su padrino Paulino el español

Y luego hay dos mujeres y un hombre de sonrisa peregrina

Luego mi abuelita Luz

Que canjea coronas reales por envoltorios de sándwiches


La conocí mi bisabuela tejía

El bisabuelo prefirió las barajas

Recuerdo muy poco la pizca de aflicción de Enriqueta

Dice la nota un millón de kilos de anchoas enredadas por pescadores mortajas

Que canjean coronas reales por envoltorios de sándwiches


No conozco a los demás dice mi madre

Dice la sed que dice mi madre que

Digo yo que dice la red que dice la roca

Con elegancia visten todos de quien no sabe

Que canjea coronas reales por envoltorios de sándwiches


                               Publicado en México 20. La nouvelle poésie mexicaine (2016)





***

                         contrabiográfico

                         ARENAL

 Acabo de ver el letrero que dice:

Se saca cascajo.

Las letras en la puerta de la camioneta.


Las letras rojas titilan y clavan.

Y yo voy dando vueltas.

Doy vueltas a las palabras.


Se saca cascajo de mi boca,

podría decir.

Se saca cascajo

¿De dónde se saca?,

me pregunto.

La camioneta sale

de la casa.

Avanza.

Creo que sacó cascajo de la casa.

Y yo repito.

La camioneta

con letras rojas

en la portezuela

saca cascajo.

Eso hace porque eso dice.

Presente del indicativo.


Me saca de mí,

me sacó de mí el letrero,

más que nada el sonido reiterándose.

El sonido del letrero

me sacó de mí

para escucharme decir:

se saca cascajo.

Me sacó a mí para decirme

que de cascajo en la cabeza

voy lleno,

vengo lleno

de cascajo.

Quieren sacarme el cascajo

pero yo no quiero.

Estoy bien.

No quiero que me saquen de mí.

Que mejor

venga

la camioneta.



                    contrabiográfico

                    SAN JACINTO/5 DICIEMBRE 2005

Se estilan

compartimentos, ventanas.

Se estilan

ubres mordidas sobre ubres rojas sangrantes,

automóviles detenidos, se estilan

frente a compartimentos azules, naranjas,

naranjas algunos con faroles, rejas ,ventanas,

algunos con emblemas frente a automóviles blancos compactos,

rojos, verdes, frente a una plaza de piedra,

de ubres sonoras sangrantes. Juegan,

corren los niños, la plaza. Se estilan

frente a compartimentos ubicuos,

automóviles junto al balón, corren los niños,

las ubres compactas, móviles.

Detenidos, la iglesia, la noche, los árboles,

las piedras frente a algunos

balones. Suenan, botan los niños,

compartimentos, algunos brotan

con pintura, desprendiéndose azul,

naranjas, las calles de piedra, de niños,

las ubres sangrantes,

se estila la noche y el árbol.




                         contrabiográfico

                         CHEDRAUI/2006

Escuché tu rostro alargándose escuché

la tarde que encogíase la tarde

tu cuerpo en la tarde tu rostro

en el cuerpo de la tarde escuchaba

eli eli lema sabactani el rumor encogiéndose

de lo que yo decía y lo que yo encogía

escuchaba y balbucía tu rostro escuchaba

y enceguecía descendiendo uncido de rumor

a sonoras imágenes crujiendo imágenes eli

eli lema sabactani balbucía lo que

digo me envilece tu rostro escuchaba

la culata tu cuerpo imágenes balbucía uncido

de aporías en trance de envilecido

aporías transitando tentado

envilecido eli eli lema sabactani

conozco una nueva forma de

aprender conozco una nueva forma

de descender a la plaza del vinagre

y la ausencia a la plaza negra te

amo cállate imbécil te amo tentado

sin manos y música eli eli

lema sabactani cállate el rostro

liado a la culata y al alambre te

amo en la parvada de palabras

más palabras menos cuando

me has abandonado en la culata

alambre uncido: alto total ¿alto total? alto

total





Doppelgänger


                                                         LA DOLOROSA

Compraste un libro que en la página 57 manifiesta: (escúchame bien, tu cara retrocede): quien te haya entregado eso morirá. Es un día soleado. Digo sol y pienso en caligrafía sin ripios. Escribir es un sistema de captura de días soleados y soledades. Pío, pío, ¿quién salía del auto llorando, violenta, bendita?, ¿son posibles los allegrettos furiosos?, ¿es posible entregar docenas de rosas rojas en Via Matris? Luego regresas a casa, pero el maquillaje corrido evidencia el llanto, ¿es el llanto un sistema de captura de tus lágrimas?, ¿la secreción glandular es un sistema de captura de La Dolorosa? Pensemos en el rostro, tal vez el rostro es un sistema de captura, de la edad por ejemplo, del duelo, ¿es posible la coexistencia de capturas y fugas en el mismo signo? acabó el domingo: el bebé sonríe, le duelen las encías, creemos que es motivo del llanto. El cáliz que los apóstoles llevaron de la casa de Verónica es un vaso maravilloso y misterioso.  


Docenas de botellas capturadas en un refrigerador en donde leemos: CORONA. Escucharte me serena, escucharte es decir, es decirte. Digo: rosa, roja. Millones de habitantes capturados detenidos depositados en una corona calcinante (en lo opaco, en lo pleno, en lo plano). ¿Quieres ser mi amigo, urna? En la página 89 del mismo libro Arturo Carrera dijo: LA INFANCIA HIRVIENDO:/ CAL Y AGUA. El parpadeo es vehículo del olvido, 


                                                                          vida.

                                                     Dame de beber, vela, vínculo.

                                                                         Gime





                                                            ¿OP. 110, OP. 133?


Una copita de vino, violenta y disonante, durante altas horas de la noche. Ya dieron las 0:14. Ni tan altas, apenas las 23:25. ¿De 1960? Escucho a Дмитрий Дмитриевич Шостакович y me dan ganas de otra más, sólo una, no abusemos de la afirmación testimonial. Poliomelitis o integración al Partido Comunista. ¿Puedes leer cirílico o por qué utilizas esos caracteres? El sonido incide en tu pulso. La cobardía y la culpa fecundan tu carne. En Dresden: combustión y crisis personal. Cruzas la pierna, te rascas la rodilla. ¿Serán las fibras dolientes? Seguramente es comezón por escribir propaganda. Comienzas con un Largo vaporoso, pero intempestivamente te sacudes con el Allegro molto. Rabiosa me pegaba. Rabiosa mentía. Planea suicidarse por esas fechas. Deseo que me insultes para creerte. Ensamblas ambos pulgares. Es una cita de Große Fuge. Resulta tan escasamente popular que desean un final legible. Diversos códigos y citas, plagiario hijo de puta. Llevas las manos cruzadas detrás de la nuca y subes los pies al escritorio. Un comienzo impetuoso que se desdibuja. Se disuelve el amor en las ausencias, en tu escritorio, en los insultos. Te disuelves en mis pulgares. Todas mis acciones se reducen a ver para mentirme, a mojarte los pies en mi copa de vino. Todas mis manos creen en el suicidio. Para mentirme en la disolución. Se reducen los códigos. Se sacude lo legible. Llevas tus puños a los ojos. Ensamblas cirílico para insultarme. Abusemos de mí, rabiosa disonante. Exige una alta destreza técnica y una particular dosis de ira. Daniel Gregory Mason lo llamó “repelente”. La compusiste completamente sordo. Suponemos que la vida es intensa y contamos con información tan núbil. Louis Spohr la calificó como “incorrecta”. Pravda te acusó de “formalista pequeño burgués”. Aunque gritas, después te serenas. Sin indicio alguno las secciones se quiebran y aparecen texturas desconcertantes. Aparecen mutilaciones a domicilio. Rompieron aquel diario y tiraron cada una de sus hojas por la ventana. Eso le pasa por gorda. Por escuchar el sonido de mi poliomelitis. Encerrados en el salón hasta que ejecuten al culpable. Busquemos a quien la humilló, a quien la besó. El merlot es barato pero sabroso. El inicio es deficiente. 



                                                                    CAÍN

El sitio de Caín espera al que nos quitó la vida. Piroxilina sobre madera. Es una locura sórdida. Cuando dices locura sórdida adjetivas innecesariamente. Tergiversas y edulcoras la verdad. ¿Cierto? Me ha impresionado. No sé cuándo lo vi por primera vez. Atisbas variaciones, pulimentos en las muecas, la desaparición paulatina de su rostro. Ella reía y tergiversaba. Pero cuando me la mostraste nuevamente la reacción fue de no, no, no pasa. Luego de morir, pollos y palomas dejan de bailar. Serán cuerpos eternamente en reposo. Ya nunca danzarán al ritmo de La Folía. Tres grupos multitudinarios le rinden tributo. Y en la parte inferior aparecen algunas plañideras contorsionándose. La ausencia es una construcción hipotética sin aplicación en la vida real. En 1947, en el Palacio de Bellas Artes, golpeó a sus hermanos con fustes de quijada. Presenciamos a su pie fraterno sobre los cuellos, y al fondo, una escalera de madera. Los volvió ausencia, edificios conceptuales. El simbolismo es puramente personal. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?, se pregunta el asesino. Hacemos mutis. Sólo en los cerros pelones las hordas militantes preparan funerales para pollos sacrificados. Con banderas de huelga y los brazos en alto. Le gustan las partes que puede imaginar leídas o dichas con acento de miraflorina. Le gustan sus partes nobles: pechugas y muslos. Me gusta rostizarme frente a la obra mientras hablas de nuevas formas barrocas. Adoro las variaciones instrumentales de gran virtuosismo. Se trata de canciones bailables de origen popular. He aquí que hoy me echas de la tierra, y de tu presencia me esconderé, y seré errante y extranjero en la tierra. Sucederá que cualquiera que me halle me matará. ¿Eso lo puedo poner en mi poema? Caín y el pollo se parecen en su muerte. No soporto ver su rostro y evocar tus gestos. La piel de los muertos es pálida y verdusca. Tuve ganas de llorar. Háblame de la secuencia de su muerte, cuando dejaron de identificar su pulso y voltearon su cuerpo para saber si respiraba. En su pecho: un rosario sostenido con ambas manos. La familia está triste. Yo estuve en esa habitación cuando ella acarició su frente helada. Caín mató a su hermano y dicen que los gitanos somos hijos de Caín. Le respondió Jehová: con seguridad, cualquiera que mate a Caín, será siete veces castigado. Ya era muy tarde. Ya era demasiado sufrimiento.



                                                   VAN DER WEYDEN

Exterioridad. Te pidió autorización para retirar mi cuerpo. Reminiscencia. Le abrieron el costado y brotó sangre y agua. No estás cohesionado. Imposibilidad: esquirlas, astillas. Ella se quema en el escenario ante un auditorio impávido. Tal vez si dices esquirla, astilla piensas en su poca cohesión, en la emboscada, aquel lienzo nos hiere. Pensemos en lo esquivo, lo marrón, el papelito ocre rugoso. Sobreviene la carcajada. Sonreímos en el por mi culpa y, simultáneamente, colocamos una mano en el pecho, en el catecismo, en la casa de la abuela. Salió de entre las butacas y la arropó con el telón, sólo así desapareció el fuego. Sobreviene la astilla, imagen de la imagen. Te inculpas cuando escuchas la gavota. Algo perdura y se antepone a su sentido. Se trata de humo, esquirlas, articulaciones del fuego. Fue un acto heroico, nunca lo pensé de ése ni de ningún otro modo. Concibe y procura una condición de imagen, dentadura, nebulosa. Los hijos en el origen de las lágrimas. El rostro es pálido y a pesar de que los ojos están abiertos, aparecen privados de toda visión. Lo nebuloso es resistencia en sí mismo. Claudicar, escindirse es resistir. Borrarse es resistir. Nos abatimos para no ser derribados. En la cocina eres tu madre, se extinguía. No quiero pensarlo pero lo pensé. Verla desmayada le causó una fuerte impresión. Pintor flamenco primitivo. Nunca se habló del asunto y se prohibió que se hablara de él. Viste tus garabatos en su oficina importante y el hecho te hace sentir importante. Se hunde como si estuviera muerta y forma una diagonal, ambos cuerpos forman líneas paralelas: ella y su hijo, o el cuerpo de su hijo, al centro de la composición. Jugaron basta. Podría tocar los pliegues de su vestido azul, madre. Te chuparé la herida, hijo. La emotividad me provoca repulsión. Al romperse las ramas de bambú se produce un sonido hueco, óseo. Es difícil recordar la flor y el fruto. A él lo cargan y llevan hacia la parte derecha del cuadro, mientras ella se desliza hacia la izquierda. Se mueven en sentidos opuestos y el efecto es armónico.





Carta

(…) Desde hace unas semanas vengo pensando en algo. Sé que es prematuro, pero no sé qué me da por contártelo. Tal vez ya te lo conté alguna vez, no lo sé. La otra vez vi en el Museo Tamayo una retrospectiva de Artur Barrio. Hoy volví a ver algo de él en otro museo. Trabaja con carne o trabajaba con carne, carne de vaca. Lo que se me ocurre es que en una lectura, podría ser una lectura, una presentación, un evento patrocinado por un festival de poesía; lo que se me ocurre es que mientras tiene lugar la lectura alguien reparta paquetitos sanguinolientos de carne a los asistentes. La carne fresca se compraría en un matadero. Se trataría de paquetitos de carne de matadero como los de la imagen que adjunto pero de menos peso. Si vamos cinco personas no serviría de nada, pero si se trata de una lectura con diez o veinte personas serviría de algo, no sé para qué serviría, pero de algo serviría. Serviría de algo. Serviría que los asistentes escuchen la lectura tras su paquetito sanguinoliento de carne. Sería útil, legítimo, adecuado. Bueno, el contexto, ya todos lo conocemos, el gobierno es sanguinario, los muchachos de los cárteles son sanguinarios, la pobreza es sanguinaria, los chicos de los partidos políticos son sanguinarios, la iglesia es sanguinaria, muchos son unos cabrones sanguinarios. La poesía lo es y no lo es. La mayoría de las veces no lo es y es tramposo que no lo sea. Creo que una lectura de poesía no puede o no debe evadirse de su contexto. Por eso pienso que sería útil, legítimo, adecuado. Los asistentes y los lectores deben leer y escuchar detrás de paquetes sanguinolientos porque es su contexto, un ecosistema sanguinario que pasa desapercibido. Siempre lo hacemos, siempre escuchamos detrás de la muerte; sólo se trata de hacerlo visible, grotescamente visible, se trata de llevar a cabo una actividad didáctica grotescamente visible. De hacer visibles los cuerpos, los cuerpos reventados, los cuerpos intervenidos por la muerte y la violencia. Barrio protestaba contra la dictadura militar. Yo sé y no sé contra qué o contra quién protestaría; incluso sé y no sé si se trataría una protesta. Un amigo me dijo que le parecía “gratuitamente escandaloso”. Tal vez. Me gustaría conocer tu opinión. ¿Cómo has estado? (…)

                                       

                                                                               Publicados en Tianguis (2013).







Rodrigo Flores Sánchez (ciudad de México, 1977) es autor de los libros de poesía Tianguis (Almadía, México, 2013), Zalagarda (Mano Santa, México, 2011), estimado cliente (Lapsus, Uruguay, 2005 y Bonobos/Setenta, México 2007) y baterías (Invisible, México, 2006). Escribió con Dolores Dorantes el libro colaborativo de poesía Intervenir (Ugly Duckling Presse, Estados Unidos, 2015) Su obra ha sido recogida en diversas antologías nacionales e internacionales. Textos suyos han sido traducidos al inglés, francés, portugués, catalán y sueco.


Escrito por

Willy Gómez Migliaro

Willy Gómez Migliaro (Lima, 1968) Poeta, profesor de literatura y escritura creativa, asesor literario y corrector de estilo.


Publicado en

Poesía

Poesía en lengua española