Poemas de Homero Carvalho Oliva
Diez poemas de Memoria Incendiada, antología personal de Homero Carvalho, poeta boliviano, publicada por la editorial norteamericana New York Poetry.
Poética
La literatura es la perfecta metáfora estelar del tiempo, porque encierra el pasado, el presente y el futuro. Es infinita, como si cada libro fuera tan solo la palabra de un libro perpetuo que se escribe sin cesar. Está en eterno movimiento, nominando los mundos interiores, la vida cotidiana y la búsqueda espiritual, y se transforma en acción si el libro es leído y comprendido; entonces se convierte en una onda imperceptible que intenta interpretar el caos. Cuando el orden definitivo suceda al caos, la literatura ya no será necesaria y nosotros, los seres humanos, no tendremos sentido y los mundos, los soles y las galaxias, desaparecerán, no existirá nada y la nada es la negación de la palabra. Ése será el momento, cuando la Divinidad vuelva a despertar y conjugue nuevamente los verbos, para que todo vuelva a existir.
Emigrantes
Creen que se llevan
el amor de una muchacha
prendido como un escapulario
que espantará todos los males
el sabor del guiso de carne de la madre
el abrazo del amigo de infancia
que promete recordarlo en cada festejo
la lágrima del hijo que inunda sus labios
y el olor a humedad que en cada verano
recorre las calles y se pega en las ropas.
Cuando llegan a su destino
al otro lado del mundo
descubren que han olvidado su equipaje.
(De Inventario Nocturno)
Nosotros
Fuimos tantas veces nosotros
que me fui olvidando
que tú eras tú y yo era yo.
Hoy después de tantos años
extraño que tú no seas tú y yo no sea yo.
(De Inventario Nocturno)
Preguntas
¿Qué se camina cuando se camina? ¿Se camina el sendero o lo que imaginamos del camino? ¿No será el camino que desanda nuestros pasos? ¿El azar también se llama camino? ¿El camino de Antonio Machado será la distancia entre el alma y el cuerpo? ¿Sería el camino el rayo que habitaba al poeta Miguel Hernández? ¿Será cierto que en el camino la conversación resucita a los muertos? ¿Nos llevaremos los caminos cuando partamos al mundo otro?
(De Diario de los caminos)
El fin del mundo
Para llegar al fin del mundo
no necesitas salir de Bolivia.
Basta con que viajes en un destartalado bus
de La Paz Cochabamba o Santa Cruz
y a media hora del centro
en un vertiginoso vértigo temporal
como una herida abierta
en las aparentemente sofisticadas urbes
allí donde los hombres
se confunden con la basura
están los barrios pobres
las villas miseria de las que los políticos
solamente se acuerdan en épocas electorales
las auténticas últimas fronteras
los domésticos fines del mundo
que cada país posee.
(De Diario de los caminos)
Tornaviaje
¿Quién es?
No es nadie, solo soy yo
Tal vez me queden muchas preguntas por hacerle a los caminos; pero ya me han respondido las necesarias y ya sé que somos lo que caminamos, así que cuando aparezca un nuevo camino sabré que estoy frente a un espejo y cargaré con tinta azul marina mi antigua plumafuente para contar de los seres de palabras que encuentre en la travesía; yendo y viniendo de la memoria a la escritura seguiré contando historias. He caminado hasta mi alma y ahora sé que mi alma puede soñar con mi cuerpo, y aunque mi cuerpo quede sedentario, mi alma seguirá siendo nómada. He reconocido que la voz interior que me acompaña desde mi niñez, cuando la creía un amigo imaginario, lo hará para siempre y ella me ha enseñado a verbalizar el sustantivo esencia para “esencializar” la palabra. Me he apropiado de mi espacio, he encontrado mis raíces y una renovada melodía oral me despierta por las mañanas, ahora sé que pertenezco a los que me aman. Las palabras fueron el viaje y la poesía el retorno.
(De Diario de los caminos)
Cielo y Tierra
Para ustedes palabra mayor es Cielo
para nosotros palabra mayor es Tierra
ustedes miran al Cielo
buscando esperanzas
nosotros labramos la Tierra
desentrañando esperanzas
encantados por el Cielo
ustedes no se preocupan
por la continuidad del Universo
el Cielo es solamente
el que está sobre sus cabezas
para nosotros lo es
el que está bajo nuestros pies.
(De Quipus)
Wuliwya
En el país de la memoria
donde las alpacas
y las vicuñas aún corretean
en el que todavía soy niño
recuerdo que
en un pequeño librero
perdido en la biblioteca
de la solitaria escuelita
del ayllu de Q’ara Qhatu
había un gran Atlas
de mapas un libro
decía el profesor
y una vez al año
para las fiestas de la patria
orgulloso nos mostraba
que entre sus ilustradas hojas
estaba nuestro país Bolivia
nosotros los aymaras
siempre dijimos
Wuliwya
yo tardé más de medio siglo
en pronunciar bien
el nombre de la patria
(nunca soñé con ella
porque nunca supe lo que era
y hasta ahora sigo esperando
que alguien me lo cuente)
en ese antiguo Atlas
y en el centro de Sudamérica
recortado por sus límites
con otros cinco países
está nuestro país
en su interior se dibujan
la cordillera de Los Andes
y sus altas montañas viejos achachilas
el altiplano y el gran lago compartido
la inmensa llanura verde esmeralda
las manchas de los bosques húmedos
y como pequeñas serpientes
sobre el brillante papel
se trazan los fabulosos ríos amazónicos
lejos de sus fronteras está el mar
siempre pintado de color azul
de la esperanza su color diciendo
y más lejos aún estamos nosotros
de los ayllus sus habitantes
tan lejos que no nos vemos en ningún Atlas.
(De Quipus)
Revelación
Te vi jugando desnuda
en el río de mi vigilia
y sentí celos porque
el río se bañaba en ti,
el agua centelleaba
sobre tu piel tostada;
entraba impetuosa
y se deslizaba satisfecha
por tu cuerpo revelado;
deseo, sueño, tiempo.
En ese instante
dije piel y dije mucho.
(De La luna entre las sábanas)
Memoria incendiada
Está mi niñez en este país
de pumas pétreos y serpientes aladas,
de jaguares azules y aves canonizadas,
de bejucos alucinógenos y hojas clarividentes.
Está mi infancia de aguaceros
en un pueblo a orillas de un río
y en las calles en llamas de una ciudad de las alturas.
Está mi niñez en los textos mecanografiados de mi padre
y en las palabras/regazo de mi madre/gramática de la ternura.
¡Ah mi infancia!
Aún cabalga en un caballito de madera
junto a Emiliano Zapata en el cine México.
Ciudad irreal, infancia real.
Infancia real, ciudad irreal.
Mi juventud está en unos libros perdidos,
y en los adoquines desenterrados contra las dictaduras,
que valían más que todas las palabras inventadas
para nombrar a la revolución y sus caprichos.
Está mi juventud en la subversiva urgencia del amor
y en los cantos que prometían rojas madrugadas
con su rumor de promesas improvisadas.
En los oscuros zaguanes,
por donde escapa el viento del pasado,
y en los parques sin luna,
está mi juventud descifrando el deseo.
Detrás de los balcones de las casas coloniales,
entre máscaras, disfraces y botellas vacías
me aguardan palabras confinadas por la realidad;
y entre ellas está mi insomne juventud,
aguardando por mis enfermos huesos,
para develar los motivos del jaguar azul,
el ascenso pluvial del ave del ocaso
y reescribir las profecías hostiles al desengaño.
En el abismo de la ciudad
los verbos diseminan la noche,
los barcos parten sin aviso alguno
y el niño y el joven que fui
resucitan desnudos en la plaza de los héroes.
(De Bautizar la ausencia)
Homero Carvalho Oliva, Bolivia, 1957, escritor y poeta, ha obtenido varios premios de cuento a nivel nacional e internacional como el Premio latinoamericano de cuento en México, 1981 y el Latin American Writer’s de New York, 1998; dos veces el Premio Nacional de Novela con Memoria de los espejos (1995) y La maquinaria de los secretos (2008). Su obra literaria ha sido publicada en otros países, traducida a otros idiomas y figura en más de treinta antologías nacionales e internacionales como Antología del cuento boliviano contemporáneo e internacionales como El nuevo cuento latinoamericano, de Julio Ortega, México; Profundidad de la memoria de Monte Ávila, Venezuela; Antología del microrelato, España y Se habla español, México. En poesía está incluido en Nueva Poesía Hispanoamericana, España; Memoria del XX Festival Internacional de Poesía de Medellín y Festival de Poesía de Lima. Entre sus poemarios se destacan Las puertas, Diario de los caminos, Los Reinos Dorados, Quipus y Bautizar la ausencia. El año 2012 obtuvo el Premio Nacional de Poesía con Inventario Nocturno y es autor de la Antología de poesía del siglo XX en Bolivia, publicada por la prestigiosa editorial Visor de España. Premio Feria Internacional del Libro 2016 de Santa Cruz, Bolivia. En el 2017, Editorial El ángel, de Ecuador, publicó su poemario ¿De qué día es esta noche?, Antología de poesía boliviana contemporánea, publicada por Amargord editores, de España y Antología de la poesía amazónica de Bolivia, publicada por Ediciones Sur, de Cuba.