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Poemas de Homero Carvalho Oliva

Publicado: 2019-08-12


Diez poemas de Memoria Incendiada, antología personal de Homero Carvalho, poeta boliviano, publicada por la editorial norteamericana New York Poetry.




Poética

La literatura es la perfecta metáfora estelar del tiempo, porque encierra el pasado, el presente y el futuro. Es infinita, como si cada libro fuera tan solo la palabra de un libro perpetuo que se escribe sin cesar. Está en eterno movimiento, nominando los mundos interiores, la vida cotidiana y la búsqueda espiritual, y se transforma en acción si el libro es leído y comprendido; entonces se convierte en una onda imperceptible que intenta interpretar el caos. Cuando el orden definitivo suceda al caos, la literatura ya no será necesaria y nosotros, los seres humanos, no tendremos sentido y los mundos, los soles y las galaxias, desaparecerán, no existirá nada y la nada es la negación de la palabra. Ése será el momento, cuando la Divinidad vuelva a despertar y conjugue nuevamente los verbos, para que todo vuelva a existir.




Emigrantes


Creen que se llevan

el amor de una muchacha

prendido como un escapulario

que espantará todos los males

el sabor del guiso de carne de la madre

el abrazo del amigo de infancia

que promete recordarlo en cada festejo

la lágrima del hijo que inunda sus labios

y el olor a humedad que en cada verano

recorre las calles y se pega en las ropas.

Cuando llegan a su destino

                                al otro lado del mundo

descubren que han olvidado su equipaje.


(De Inventario Nocturno)





Nosotros


Fuimos tantas veces nosotros

que me fui olvidando

que tú eras tú y yo era yo.

Hoy después de tantos años

extraño que tú no seas tú y yo no sea yo.


(De Inventario Nocturno)




Preguntas

¿Qué se camina cuando se camina? ¿Se camina el sendero o lo que imaginamos del camino? ¿No será el camino que desanda nuestros pasos? ¿El azar también se llama camino? ¿El camino de Antonio Machado será la distancia entre el alma y el cuerpo? ¿Sería el camino el rayo que habitaba al poeta Miguel Hernández? ¿Será cierto que en el camino la conversación resucita a los muertos? ¿Nos llevaremos los caminos cuando partamos al mundo otro?


(De Diario de los caminos)






El fin del mundo


Para llegar al fin del mundo

no necesitas salir de Bolivia.

Basta con que viajes en un destartalado bus

de La Paz Cochabamba o Santa Cruz

y a media hora del centro

en un vertiginoso vértigo temporal

como una herida abierta

en las aparentemente sofisticadas urbes

allí donde los hombres

se confunden con la basura

están los barrios pobres

las villas miseria de las que los políticos

solamente se acuerdan en épocas electorales

las auténticas últimas fronteras

los domésticos fines del mundo

                                              que cada país posee.


(De Diario de los caminos)







Tornaviaje


                                                                                                                       ¿Quién es?

                                                                                                 No es nadie, solo soy yo


Tal vez me queden muchas preguntas por hacerle a los caminos; pero ya me han respondido las necesarias y ya sé que somos lo que caminamos, así que cuando aparezca un nuevo camino sabré que estoy frente a un espejo y cargaré con tinta azul marina mi antigua plumafuente para contar de los seres de palabras que encuentre en la travesía; yendo y viniendo de la memoria a la escritura seguiré contando historias. He caminado hasta mi alma y ahora sé que mi alma puede soñar con mi cuerpo, y aunque mi cuerpo quede sedentario, mi alma seguirá siendo nómada. He reconocido que la voz interior que me acompaña desde mi niñez, cuando la creía un amigo imaginario, lo hará para siempre y ella me ha enseñado a verbalizar el sustantivo esencia para “esencializar” la palabra. Me he apropiado de mi espacio, he encontrado mis raíces y una renovada melodía oral me despierta por las mañanas, ahora sé que pertenezco a los que me aman. Las palabras fueron el viaje y la poesía el retorno.


(De Diario de los caminos)







Cielo y Tierra


Para ustedes palabra mayor es Cielo

para nosotros palabra mayor es Tierra

ustedes miran al Cielo

buscando esperanzas

nosotros labramos la Tierra

desentrañando esperanzas

encantados por el Cielo

ustedes no se preocupan

por la continuidad del Universo

el Cielo es solamente

el que está sobre sus cabezas

para nosotros lo es

el que está bajo nuestros pies.


(De Quipus)






Wuliwya


En el país de la memoria

donde las alpacas

y las vicuñas aún corretean

en el que todavía soy niño

recuerdo que

en un pequeño librero

perdido en la biblioteca

de la solitaria escuelita

del ayllu de Q’ara Qhatu

había un gran Atlas

de mapas un libro

decía el profesor

y una vez al año

para las fiestas de la patria

orgulloso nos mostraba

que entre sus ilustradas hojas

estaba nuestro país Bolivia

nosotros los aymaras

siempre dijimos

                                            Wuliwya

yo tardé más de medio siglo

en pronunciar bien

el nombre de la patria

(nunca soñé con ella

porque nunca supe lo que era

y hasta ahora sigo esperando

que alguien me lo cuente)

en ese antiguo Atlas

y en el centro de Sudamérica

recortado por sus límites

con otros cinco países

está nuestro país

en su interior se dibujan

la cordillera de Los Andes

y sus altas montañas viejos achachilas

el altiplano y el gran lago compartido

la inmensa llanura verde esmeralda

las manchas de los bosques húmedos

y como pequeñas serpientes

sobre el brillante papel

se trazan los fabulosos ríos amazónicos

lejos de sus fronteras está el mar

siempre pintado de color azul

de la esperanza su color diciendo

y más lejos aún estamos nosotros

de los ayllus sus habitantes

tan lejos que no nos vemos en ningún Atlas.


(De Quipus) 






Revelación


Te vi jugando desnuda

en el río de mi vigilia

y sentí celos porque

el río se bañaba en ti,

el agua centelleaba

sobre tu piel tostada;

entraba impetuosa

y se deslizaba satisfecha

por tu cuerpo revelado;

deseo, sueño, tiempo.

En ese instante

dije piel y dije mucho.


(De La luna entre las sábanas)






Memoria incendiada


Está mi niñez en este país

de pumas pétreos y serpientes aladas,

de jaguares azules y aves canonizadas,

de bejucos alucinógenos y hojas clarividentes.


Está mi infancia de aguaceros

en un pueblo a orillas de un río

y en las calles en llamas de una ciudad de las alturas.


Está mi niñez en los textos mecanografiados de mi padre

y en las palabras/regazo de mi madre/gramática de la ternura.


¡Ah mi infancia!

Aún cabalga en un caballito de madera

junto a Emiliano Zapata en el cine México.


Ciudad irreal, infancia real.

Infancia real, ciudad irreal.


Mi juventud está en unos libros perdidos,

y en los adoquines desenterrados contra las dictaduras,

que valían más que todas las palabras inventadas

para nombrar a la revolución y sus caprichos.


Está mi juventud en la subversiva urgencia del amor

y en los cantos que prometían rojas madrugadas

               con su rumor de promesas improvisadas. 


En los oscuros zaguanes,

por donde escapa el viento del pasado,

y en los parques sin luna,

                               está mi juventud descifrando el deseo.


Detrás de los balcones de las casas coloniales,

entre máscaras, disfraces y botellas vacías

me aguardan palabras confinadas por la realidad;

y entre ellas está mi insomne juventud,

aguardando por mis enfermos huesos,

para develar los motivos del jaguar azul,

el ascenso pluvial del ave del ocaso

y reescribir las profecías hostiles al desengaño.


En el abismo de la ciudad

los verbos diseminan la noche,

los barcos parten sin aviso alguno

y el niño y el joven que fui

resucitan desnudos en la plaza de los héroes.


(De Bautizar la ausencia)






Homero Carvalho Oliva, Bolivia, 1957, escritor y poeta, ha obtenido varios premios de cuento a nivel nacional e internacional como el Premio latinoamericano de cuento en México, 1981 y el Latin American Writer’s de New York, 1998; dos veces el Premio Nacional de Novela con Memoria de los espejos (1995) y La maquinaria de los secretos (2008). Su obra literaria ha sido publicada en otros países, traducida a otros idiomas y figura en más de treinta antologías nacionales e internacionales como Antología del cuento boliviano contemporáneo e internacionales como El nuevo cuento latinoamericano, de Julio Ortega, México; Profundidad de la memoria de Monte Ávila, Venezuela; Antología del microrelato, España y Se habla español, México. En poesía está incluido en Nueva Poesía Hispanoamericana, España; Memoria del XX Festival Internacional de Poesía de Medellín y Festival de Poesía de Lima. Entre sus poemarios se destacan Las puertas, Diario de los caminos, Los Reinos Dorados, Quipus y Bautizar la ausencia. El año 2012 obtuvo el Premio Nacional de Poesía con Inventario Nocturno y es autor de la Antología de poesía del siglo XX en Bolivia, publicada por la prestigiosa editorial Visor de España. Premio Feria Internacional del Libro 2016 de Santa Cruz, Bolivia. En el 2017, Editorial El ángel, de Ecuador, publicó su poemario ¿De qué día es esta noche?, Antología de poesía boliviana contemporánea, publicada por Amargord editores, de España y Antología de la poesía amazónica de Bolivia, publicada por Ediciones Sur, de Cuba.


Escrito por

Willy Gómez Migliaro

Willy Gómez Migliaro (Lima, 1968) Poeta, profesor de literatura y escritura creativa, asesor literario y corrector de estilo.


Publicado en

Poesía

Poesía en lengua española