Fragmentos de "Migraciones" de Gloria Gervitz
(Fragmentos de Migraciones de Gloria Gervitz)*
Selección de Tania Favela Bustillos *
[…]
el pelo corto me hace vulnerable
¿hacia dónde regreso?
estoy anclada
no hay polvo
está la inmovilidad de los objetos
absoluta quietamente detenida en mí
en otra memoria
lo incomprensible transparente
los visillos abriéndose
una mujer una ventana
los árboles rompiéndose las alas en la luz
y la mujer en la ventana
escena después del blanco
en las oficinas los teléfonos están ocupados y las secretarias
pasan una y otra vez el mismo memorándum y nadie sabe que está vivo
¿cuál porción de la realidad es más frágil
la mía
o aquella en la que me ven los demás?
[…]
tumbada sobre la poltrona de mimbre frente al espejo con las piernas abiertas
complácese ella en su cuerpo
lejos del oráculo agarrada de la profundidad de las orquídeas anticipa el placer
y ensoñecida se toca el sexo con los dedos llenos de saliva
¿quién es esa ella que desde mí se derrama anegándose en sí misma?
y yo no me canso de oír una y otra y otra vez las canciones de Bola de Nieve
y lo azul después de las misas de amaneciendo y de las enredaderas de lluvia
como si nada hubiera sucedido
y mi nana me tira del pelo recién lavado y lo trenza con listones de estambre
y el olor del café sube
¿por qué me despertaste?
[…]
y no llueve
y los sauces doblándose
y la luz deshojándose
y mi vida más pensada que vivida
¿queda tiempo?
en la inestabilidad de otras memorias las plañideras lloran
en la canícula barro derretido de macetas y resolana
íbamos las muchachas a lo alto del río
los cestos amarillos de amole para tallar la ropa
machacábamos con piedra la mañana
en lo hueco la lejía
áspera limpísima
escurriéndose
abriendo sus ramas
floreciéndose
dispersándome hacia adentro
¿a dónde iría si pudiera llegar? ¿qué sería si yo fuera?
¿me oyes?
[…]
¿y a quién le importan estos recuerdos?
ella muchacha con flores
y los vestidos plisados y la boca muy roja sonriendo
ahora sólo un retrato guardado en una caja de habanos
ella con el sol de mediodía
flores blancas
y los dos niños agarrados a su falda
caminando por el Parque México
ella que no sabía decir Kadish
despidiéndose en una estación de tren
despidiéndose de padres y hermanos
a quienes nunca más volvería a ver
ella gorda
vieja antes de tiempo
¿cómo pudo ocurrirme a mí?
el pelo recogido hacia atrás
y la mirada de un animal herido
y estuviste distante de los otros
y estuviste distante de ti
y te quedó para siempre el sabor del té
de aquel samovar de tu casa
[…]
como Jonás en el vientre de la ballena
como la sibila dentro de las paredes húmedas
sin saber qué decir sin nada para decir
por ti siempre para ti
esta fidelidad debe haber sido a mí misma
viejos sentimientos cuidadosamente olvidados rompen el olvido
y sabes que te hablo a ti sólo a ti para siempre a ti
el aire se llena de flores
la lluvia también se desplaza hacia el sueño
lentamente recupera su sombra
se inclina como un sauce
cae
yo regreso a casa
[…]
ella llora
sin tocarla en un acto reflejo lloro con ella
busco el lugar del corazón
el llanto se pierde en lo oscuro del sueño en la oscuridad de la noche
en lo oscuro de la casa en la opacidad del silencio
somos los que se van
[…]
ella me mira ella dice que quisiera morir
(no es verdad está tan llena de gozo que por eso piensa en la muerte)
separo cuidadosamente los recuerdos que me atan a ese corazón
[…]
nunca sabré no sé si estás oyéndome
¿qué recuerdan los muertos?
afuera enmudece la lluvia
(bendíceme madre)
[…]
y el agua en su silencio de raíz
en su lentitud de raíz
se abre temblando
y la mañana se queja
y se mece con las viejas palabras
las largas las sumergidas palabras
dámelas para que pueda buscarte dámelas
para que pueda abrirme no al conocimiento de ti
sino al confuso presentimiento del camino hacia ti
desde esas palabras te hablo
desde el pensamiento y la idea del pensamiento
desde ti y el principio que emana de ti
desde el deseo de llegar hacia ti
y la mañana se abre
y comienza Shajarit
oh hermosura oh hermosura
oh hermosura
escúchame
donde quiera que estés
escúchame
[…]
y dije tu nombre
y el lugar era de aire
y la palabra
la presa
en la desolación de la fe
y la palabra cierva
en la amplitud del silencio
se desploma
dócil en su infinita contradicción
en su misericordia
y el corazón se cierra
y el corazón se abre
deslumbrándose
[…]
*Gloria Gervitz. México: Mangos de Hacha/ Secretaria de Cultura, 2017.
Gloria Gervizt. Nació en la ciudad de México, donde ha vivido casi toda su vida, el 29 de marzo de 1943. Es poeta y traductora. Ha traducido obra de Kenneth Rexroth, Samuel Beckett, Susan Howe y Rita Dove. Reúne en Migraciones el trabajo de 42 años de quehacer poético. No se trata de una recopilación ni de una antología, ni siquiera propiamente de una poesía reunida. Hasta la fecha, la autora había venido publicando este poema orgánico, llamado Migraciones desde el comienzo, en ediciones que comprendían los desarrollos parciales de la obra. Así, en 1991, el Fondo de Cultura Económica de México publicó las tres partes que hasta ese momento componían el poema. En el 2017 la editorial Mangos de Hacha en coedición con la Secretaría de Cultura de México publicaron la nueva versión de Migraciones. Fragmentos de Migraciones se han traducido a 18 idiomas hasta ahora. Este año ha sido galardonada con el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda 2019.
*Tania Favela Bustillo (Ciudad de México, 1970) Cursó el Doctorado en Literatura Latinoamericana en la Universidad Nacional Autónoma de México. Del 2000 al 2011 formó parte del Consejo Editorial de la revista El poeta y su trabajo dirigida por el poeta argentino Hugo Gola. Ha publicado poemas, traducciones y ensayos en distintas revistas, tales como El poeta y su trabajo, El pez náufrago, Este País, Periódico de Poesía de la UNAM, Revista Laboratorio (Chile), Tierra Adentro, entre otras. Publicó el libro de poemas Materia del Camino (Compañía, 2006), la traducción (con Jahel Leal) del libro En la tierra de Robert Creeley (Textofilia, 2008), el libro de poemas Pequeños Resquicios (Textofilia, 2013) y La marcha hacia ninguna parte (Komorebi, 2018). La antología de poesía El desierto nunca se acaba de José Watanabe (prólogo y selección, Textofilia, 2013), Un ejercicio cotidiano, selección de prosas de Hugo Gola (prólogo y selección, Toé, 2016). Actualmente es académica de tiempo completo en la UIA.