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Poemas de José Antonio Mazzotti

Publicado: 2019-02-06

JOSÉ ANTONIO MAZZOTTI (LIMA, 1961) obtuvo el Primer Premio en los Juegos Florales Universitarios "Túpac Amaru" de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, con Poemas no recogidos en libro (Lima, 1981). Fue compañero de ruta y miembro de la Instancia Suprema del Movimiento Kloaka (1982-1984). En 1985 publicó su segundo poemario, Fierro curvo (órbita poética), y en 1988 su tercer libro, Castillo de popa, que refleja el estado de ánimo de un amplio sector de la juventud peruana de entonces frente a los difíciles años de la guerra civil y el deterioro económico galopante del país. El libro fue finalista en el Premio Casa de las Américas de La Habana ese mismo año. Ha publicado también la colecciones de poesía El libro de las auroras boreales (Amherst, 1995), Señora de la noche (México, 1998), El Zorro y la Luna. Antología Poética 1981-1999 (Lima, 1999), Sakra Boccata (México, 2006, y Lima, 2007, con prólogo de Raúl Zurita), Las flores del Mall (Lima, 2009), Declinaciones latinas (Houston y México, DF, 2015) y Apu Kalypso / palabras de la bruma (Lima, 2015). En 2013 apareció una versión bilingüe de Sakra Boccata con traducciones de Clayton Eshleman en Ugly Ducling Press, Nueva York. En el 2016 publicó una recopilación de su obra con el título de El Zorro y la Luna. Poemas reunidos 1981-2016 (Axiara y ANLE, Nueva York). El libro recibió el 2018 el Premio Internacional de Poesía “José Lezama Lima” que otorga Casa de las Américas, Cuba, en reconocimiento a una obra publicada. Nuevas ediciones han aparecido en Lima (Hipocampo, 2018) y Casa de las Américas (2019). Ha sido incluido en numerosas antologías peruanas y extranjeras, como la Antología general de la poesía peruana: de Vallejo a nuestros días (Lima), La mitad del cuerpo sonríe (México), La letra en que nació la pena (Lima), Caudal de piedra (México), Fuego abierto (Chile), Cuerpo plural (España), Liberation: New Works on Freedom from International Renowned Poets (Boston),etc.  

Actualmente es catedrático de literatura latinoamericana en el Departamento de Lenguas Románicas en la Universidad de Tufts, en Boston. Entre sus obras críticas se cuentan Coros mestizos del Inca Garcilaso: resonancias andinas (Lima, 1996), Poéticas del flujo: migración y violencia verbales en el Perú de los 80 (Lima, 2002), Incan Insights: El Inca Garcilaso’s Hints to Andean Readers (Madrid y Frankfurt, 2008), Lima fundida: épica y nación criolla en el Perú (2016) y Encontrando un inca: ensayos escogidos sobre el Inca Garcilaso de la Vega (2016). También las ediciones y co-ediciones Asedios a la heterogeneidad cultural: libro de homenaje a Antonio Cornejo Polar (Filadelfia, 1996), Agencias criollas: la ambigüedad "colonial" en las letras hispanoamericanas (Pittsburgh, 2000), Edición e interpretación de textos andinos (Madrid, 2000), “Discurso en loor de la poesía”: Estudio y edición de Antonio Cornejo Polar (Berkeley, 2000), The Other Latinos: Central and South Americans in the United States (Cambridge, 2007), Creole Subjects in the Colonial Americas: Empires, Texts, Identities (Chapel Hill, 2009), Renacimiento mestizo: los 400 años de los Comentarios reales (Madrid y Frankfurt, 2010), Crítica de la razón heterogénea: textos esenciales de Antonio Cornejo Polar (Lima, 2013, 2 vols.), entre otros. Continúa ejerciendo la escritura poética, el activismo literario, y desarrolla investigaciones sobre la poesía virreinal peruana, la poesía latinoamericana de hoy y la diáspora literaria hispanohablante en los Estados Unidos.

Dirección electrónica: jamazzotti@yahoo.com

Portal: http://www.fas.harvard.edu/~icop/MAZZOTTI.html





De Poemas no recogidos en libro (1981)


YEGUA ES LA HEMBRA DEL CABALLO

                                                (después de una lectura de R. Jakobson)


Yegua es la hembra del caballo y yegua

es mi mujer impronunciable por el resto de mis días,

                  la frescura

de su sudor y de sus patas duras como un diente

y el lomo en que cabalgo rodeado de metrallas y sirenas

anunciando un bombardeo.


Yegua es la hembra del caballo y yegua es mi mujer

de suave relincho a cien violines cuatro flautas

                dos trompetas

y un músico olvidado y legañoso / a media barba /

                 y noches de terrible claridad.


Ella se mueve por los parques hinchando sus ancas

                  (yo hincho mis pulmones)

salta y patea y no conoce a los flemáticos

desnuda una sonrisa / como quien abre una bolsa de arroz

sabe y no sabe siente y no siente grita y no grita

y esparce el arroz entre los novios.


Yegua es la hembra del caballo y yegua es mi mujer        impronunciable

divina metalengua que pronuncio y no decoro

y salto y pateo y relincho y ya no sigo

sé que ella viene como un pasto dulce a perdonarme

                estas palabras.





De Fierro curvo (órbita poética) (1985)


CANCIÓN A UNA LIMEÑA


De repente es inútil este idioma. Dirás que te he olvidado

y cerrarás los lugares desiertos, la casa

descascarándose de frío, y tú misma

acaso empieces a tocar

pequeña al principio, blanda luego, una vegetación

húmeda y olorosa donde puedas echarte

a conversar mansamente con las hojas

que habrán crecido en tu pelo. Tendrás las manos tibias

y una pálida certeza de que todo empieza. Y tu vestido

donde tantas, imposibles veces me escondía

comenzará a oscurecer al fondo del ropero

tímido ante tu peinado, cada vez que te embellezcas

luminosa en el espejo cuando alguien te abraza

e imaginas sin dolor estos dedos

agachados y dulces con tus cartas, entrenados para tu delicia

vuelta a tu boca con las frutas del verano

y pasearás dibujando en la arena ese nombre al que

acostumbrada

esparcirás tus ramas, zurcirás otro vestido, y

quién sabe

comiences a sembrar un árbol para cuando llueva.


Así dirás que te olvidado, y será cierto

porque más fuerte olvida el que recuerda y no ama

que el que no ama ni recuerda

las letras de un idioma verdadero.





De Castillo de popa (1988)


FÁBULA DE P. Y G.


El viento pasa y levanta las crestas /

                                                                  sobre ellas

irrumpe el riachuelo de este valle como hilo entre los dientes

se lo lleva todo / y los jirones aparecen vacíos sin una gota

                      de carne, letrinas

donde extiende Polifemo su menuda testa y cabecea /

                      (el monstruo de Rodas y el estrecho) / enfunda

                       y se recoge

en el redil espacioso donde encierra

cuanto viaje en su cabeza sucia

                                                         hubiera podido albergar.


"Galatea se lo lleva todo / soy un chancho / adoro su ranura

                  y cuando en ella regreso

al lugar originario del hombre olvido esta condición

que Nadie inventó de mí, sino las mismas calles

                que envuelven sus piernas cuando la noche desciende

y el día que asoma puedo verlo desde mi estatura

detrás de los montes / fuera de todo mundo

                                                                                  real o irreal

porque sólo Ella existe en esta tierra pedregosa

húmeda y silente

                                     como un fuego que anuncia

la redención de los que nunca fuimos héroes, marchitos, pusilánimes

condenados por el mito a la hoguera

                                                                  de su leche y su miel,

Galatea, flor que te alzas ante un raro paisaje

sin que las olas más grandes te toquen

                                                                       ni imanten

sino sólo estas cañas que soplo

cuando temo no verte y sentir que te rasgas

como el grano de polvo debajo de la uña.


Tú sola eres la medida inversa de lo que inventaron

los hombres: bajíos, herrajes, y hazañas que no fueron sino

                        grandes matanzas / cantadas

por hombres quizá menos presurosos pero con la misma angustia

de aquéllos.

                         Aquí puedo coger con una mano

toda la gloria del mundo. ¿Para qué buscar en la orilla

lo que no tenemos en sueños, si ellos solos contienen

                       la trayectoria exacta

de cuanto afán se realice sin nudos, cristalino

y denso en lo demás, porque lo ordena y lo alivia...?".


Polifemo enmudece y el eco remueve en Galatea unos muslos

dorados y limpios.


"Galatea, mi amor, un solo rictus y tu voz,

un solo rictus y tu voz para dormirme...".




De Señora de la noche (1998)


TRIUNFO DE ASTREA


He clamado ante la puerta más alta de la Nebulosa que no me agite el paso

y ante los arrecifes que se empequeñezcan

y ante la desembocadura de los Cuatro Ríos que se extienda como una piel

con el rumor de tus labios

abriéndose en el Universo con las mismas estrellas

dispuestas a bucear el Mar de Arriba

o el de Abajo,

                              Mama Killa:

reconoce a tu hermano de brillantes cabellos, acaríciale

                           los testos con la delicadeza de tus niñas

súbitamente envueltas en un enjambre de querubines, muérdele los rizos lentamente, y yergue el firme             tallo ante los requerimientos

de la flor.


                           Yo soy esa flor que te contempla

                 desde su cumbre, a mí me corresponde

el incendio de las mañanas, la ventisca

que arroja el polvo a tus plantas como un domador de pumas,

yo soy de la tierra de los bardos más antiguos

y he andado por los últimos caminos en busca de tu rastro.


Ahora te he encontrado.

Como un cazador cansado me acojo a la voluntad

     de los elementos, dejando que la esfera gire y traiga nuevamente el resplandor

de tus pómulos de plata, tus incrustaciones

de esmeralda, tus yemas argentinas, Diosa de los Equilibrios Naturales.


Y he clamado ante las torres puntiagudas que te toquen

las plantas de los pies

y que anochezca.






De Sakra Boccata (28 poemas) (2006)


                                                                             A los amantes de la lengua 

                                                                             casta-i-llana

1

La Luna, de puro nueva, se arroja sobre el Sol. Miren su cabellera

                incendiando el firmamento. Su piel curtida como la noche.

Una espalda cubre una barba. Un chorro de alga se mezcla con la lengua.

Han descendido al fondo de los mares sobre un primer piso.


En la ciudad los guardianes pasean centinelas de su sueño. Un secreto de a dos

                 es un milagro

De los libres, esos astros que se cruzan en las autopistas y por un instante apenas

Se miran lo que duran los cometas.


Te soñé todas las noches por más de 300 años, contaba las sortijas del rosario

                 hasta quedar dormido

Y ensartaba su Círculo Perfecto con la aguja de tu órbita.


Aries se deja arrastrar por la fuerza del Sol

A los mayores arrecifes de la costa:


Y las olas martillean Tu Nombre, chorreando por la espuma el néctar duraznero

               de tu Sakra Herida,

La alegría de las catacumbas, la resurrección de los muertos

Y la Vida Eterna.


2

Llueve sobre los montes de Cibelia

Alucina la Luna su respaldo de nubes

Pero las que se acercan son de humo

Nubes de fusinas y de bombardeos

Allí donde Luna decidió acampar por unos días

Largos como los embarcaderos

Y pasea la marea dócilmente fisgoneando las ventanas

De las muchachas febles

Y a cada una le irradia la pequeñez del cuerpo

Y el esplendor de su olor de tamarindo

Cada árbol de carne es un marisco estirado

Arrastra su pelambre por las veredas lavadas

Sus labios infinitos besando la tierra

Su caracol levantado como una gota de miel

Bifronte y consistente

Allí Luna desciende de los Aires

Para posar su planta

Quema su huella en la punta de los lapiceros

La ciudad se enrojece ante su nombre

Ha llegado la diosa ambarina

El mar explosiona sobre el risco nocturno:


Llueve sobre los montes de Cibelia


3

Tu Koncha es el lugar exquisito más dentro de la guerra

Allí hay que llegar con la destreza del piloto herido

Manejar los laberintos como la palma de su mano

Seguir cada curva como el mapa de un tesoro

Con sus paredes y sus puertas

Gritando Ron Rojo Ron Rojo / Nunca Destrucción

Desgarramiento de cuerpos sólo existe el que desbroza

Tus vellos recortados ante el espejo feliz

Ojo inmenso de la cerradura del delirio que te observa

Mira el rosado de su pliegue

Como el labio que cubre el horizonte

Al levantar la niebla


Tu Koncha es el espacio al centro de la Cruz del Sur

Santifica la ciudad con su rayo

Todos sus pecados se transforman en guirnaldas

Rodeando a la Virgen de Chapi con su manto negro

El olor del incienso trae brisa de espuma

Levita sobre los huesos

Besa la Vara del Señor y el oro se desliza de su frente

Ojos más verdes que el fondo de la selva

Purifica el orín de todas las paredes

Ventila el dedo la boca inferior

Repta la lengua por la acequia perfumada


Tu Koncha es ese músculo esponjoso que late

Y no deja de latir


4

Vusco volver Vallejo vibra yo también pero saliendo

               de un laberinto de hielo

Vusco tu rosca hosca y colorada tus pantuflas invisibles el reflejo de un árbol

                sobre el lago

En ellos se concentra tu perfil de Lemnia de lunática marea de control

Andrónico los navegantes de ese lago no reconocerán sus estrellas así dicen

Tiemblan como el niño que se acerca a su primer acto de amor

Se llamaba Yola y él tenía quince años las olas arañaban los cirros el Círculo Negro dio

Su vuelta primera y el muchacho se lanzó a la Resurrección

De la Carne porque Santo es el Nombre del Señor

Que habita entre tus Rocas Cianeas has vuelto de la Nada como un sueño recordado

Tras siglos de silencio Santo es el Nombre

Del Señor porque cura las heridas alivia a los enfermos nos bendice

Con su carne y su sangre en dos ríos concéntricos boca

Del claro día que conjuga

Vusco Vusco Vusco Vusco

Tu rosca hosca y colorada tus pantuflas invisibles el reflejo de un árbol

Sobre el lago


18

¿Por qué desaparece el poeta de la faz de la tierra

Como si se hundiera

Y ganan las elecciones los soldados los mejores sueldos birladores

Que esconden sus denarios detrás de cada sílaba por qué desaparecen

Las nubes protectoras y el Sol nos latiguea sin cubrirse

Hace siglos del globo de la Luna?


He bajado a los Infiernos para rescatarte y llevo las manos heridas

Los extraños precipicios centellean

Y salen enanos orejudos de las cuevas preguntando

Cartones y documentos sayón de costal y sólo una flauta en la mano

La misión del peregrino siempre será secreta pues a ti sólo te concierne

Tú que te casaste con tantos martilleros que ocupaste

Un trono de lava y las plumas quemadas

Ave María Santísima Pagana te mereces el Reino de la Tierra

Tu molúsculo de diosa vivirá en mis cantos y aunque mis pecados

Te envíen al Reino de las Sombras volverás

Como el castaño que se incendia cada otoño

Y deja sus botones enterrados


¿Por qué desaparece el poeta si no es para traerte

limpiando la hojarasca aún helada

para alumbrar los atajos

en que tus pies marcarán una a una las piedras

como tus dientes en la espalda?


El Infierno, Euridice, es tu ausencia

Sobre la faz de la tierra




De Las flores del Mall (2009)


PEDAZOS DE UÑA 


En el Common de Cambridge

Un árbol declara a cuatro vientos que George Washington

Juró bajo su fronda el mando de las tropas revolucionarias

En julio del 75.


Todos los días paso por ahí. Miro el árbol, su meado de perro, sus ramas raquíticas de invierno.

Parecería ser más importante, pero apenas

Cuando al frente se levanta un gran hotel con su nombre, y los muchachos

Juegan béisbol en la esquina, y se diluye

El esplendor de la gloria, que el pobre hombre imaginara, Jorge, qué decirte

El árbol que pensaste ampararía

La libertad de los humanos, es sólo un adorno

De un cementerio aledaño.


Déjame entonces excavar en ese cementerio

Los brazos de los niños mutilados, los gritos horribles de las viejas

Corriendo entre las llamas para buscar su nombre, déjame

Correr como ellas recogiendo las perlas

De cada uno de sus hijos:

                                                Hamed, el hijo de la violada;

                                                Hassan, el de la cercenada;

el que llora cada noche

por sus propios hijos muertos.





De Apu Kalypso (2015)


2

AMAZONAS

Padre poderoso que te esfumas en el horizonte

Santificado sea tu fondo franela donde las conchas

Se funden con las ramas cimbreantes y las ramas

Un sueño milenario aletean en el desvientre de luz

El sabor de la sábila y el oro esperma del paiche

La iguana marrana / el cóndor delfín / la anguila mona

Y el loto de alfombras que dibuja el chullachaqui

Cubres lagos desde tu loma lechosa desde tus

Sabanas sabrosas de savia soberbia de subidas

Y bajadas restallando en el alcázar de tu sombra

Padre sembrado de arena derretida flotando sideral

Enfermo repentino incrustado de termómetros

Tus ninfas pústulas de arsón y fungen pécora

Tus algas ostentan las puntas quebradas tus pirañas

Se muerden entre ellas danzando en la niebla sidérea

Padre que estás en las ovas con la audacia de quien

Invade la planicie mamífera con océanos barrosos

Acidándose de úrea y de sueños de lavandería

De blancuras por venir que no olfatean su caña de mayo

Y miras con misericordia lo que hemos hecho de ti

Un seguro sin techo un dios inmortal y solamente eres

El animal bóveda de los espíritus de todas las matas

Y todas las copaibas y las nectandras y los zancudos

Que beben de tu cuello carnoso el hidrógeno sangre

La taruca tapiresca / el tortugo perezoso / la boa lagartija

Y el tahuarí amarillo que los amaranta y charapea

Padre Yacuruna estarás con tu lagarto negro por los

Abismos de las cochas plateadas en la luna de tu madre

Corteza de tornillo cocinando la poción santificada que

Llevará tu grito ayaymama raspante por las quebradas

Sentado como el simpira auscultarás los movimientos

De los intrusos antorchas que suturan tus poros estarás

Atento a la hoja inerte alada de los rombos cristalinos de

La caoba inmaculada y la cumala imberbe y la manchinga

Acurrucada en el pino chuncho y el cachimbo con sangre

De grado investirás de honor como pantera esos cráneos

Removerás con tus garras la hojarasca acecharás

Esos monos desnudos extraviados de su sendero

Y esos monos vestidos que traerán la fiebre ceniza

Padre Sachamama te desgajas y abandonas tu piel

Que bordan las enanas cabezonas definitivamente

Ordenadas herederas del universo en ellas te deslizas

Silencioso por las hojas del cedro y te recoges

En el vientre de una roca raída al acecho escondiendo

Tus sables insaciables paladines de tu vientre infinito

Padre Yanapuma brujo perverso entre los más malignos

Tu silueta de jaguarnoche se confunde con los gallinazos

Para comer carne humana a cualquier costa la más dulce

De todas las delicias que la selva ofrece porque su aroma

De animal limpio es más agradable a las entrañas rojizas

Que asoman por tus ojos braseros por tu amargura de dios

Momentáneo de dios todopoderoso lo que un rayo azota

Padre Mapinguari perezoso gigante deambulas a veces

Tumbando los arbustos más altos desgarrando pieles

Cubiertas de esmeraldas bailas bajo las tormentas

Cazando cocodrilos en las bolainas y en las orquídeas

Saltando con los colibríes y los urcututos

Trompeando con los trepatroncos y las guacamayas

Tu monte de gigante es temido andante de los maqui

Sapas colas de mano arácnidos con tetas y cara

De gárgola asustada de los ocelotes gruñidos y lentos

De los relámpagos que paren tu sombra abiertos

De piernas ante tu portento de portaestandarte

Padre Chicua que revelas las infidelidades felices

Las de los animales que sólo caen ante la gravedad

Del amor sin condiciones ni futuro sólo presente

Puro insondable como tu bolsa de boa traga aldabas

En tus serenas curvas se solaza el universo erige

Su bastón de mando para besarte en cada abismo

En cada noche bajo los troncos guarecidos y la lluvia

Lamiendo con furia su entrada al Paraíso rezando

Ave María Bendita Tú eres entre todos los placeres

Dispénsanos de rodillas te lo pedimos humildes

En tu leche palpitante y mullida nos fundimos en

El primer encuentro en el mar de la célula con cola

Y el recinto secreto de la esencia de la Eternidad

Padre Yurupary que cruzas el caudal silente

Subiste al cielo en misión oficial y así te pagaron

Tomando la batuta los que antes te temían

Decidieron ordenar la casa hacerse cargo de todo

Y tus hijos olvidados como los sajinos deambulan

Por las cortezas de las moenas y los motelos rumiando

Las estrellas reclamando tu regreso / el Sakro Cosmos

Restablecido por los siglos de los siglos loado tu Nombre

Padre Tanrilla frágil garza de patitas de flauta de licor

Tu música levanta obeliscos humedece las nubes plácidas

Que encuentran en su ritmo de posishon el goce eterno

Por el que vive y muere y se desdice en gemidos el coro

Que canta cada noche:


“Ayaymama, Huischuhuarca: Nuestra madre ha muerto

Y nos abandonaron”.


3

GLACIARES

Galatea cremolada sangrante haraposa te chorreas inundando ciudades

Más oscura que el hielo como el Dios Transformador como los arrecifes

Explosionando en la espuma que se le abalanza así te eriges en portento

De heroico vapor / los aires de la altura ya no duelen en las sienes ya no


Dejan crecer las quinientas flores de papa en mis sesos / mi carne

Por eso sangra como la retama el resplandor de tus rocas radiantes

Tu claridad más hermosa que la luna porque elimina cualquier sentido

Tu sombra invisible Tu caverna asombrosa Tus lagunas de espejo de plata

Sangra una lágrima blanca abrazada al bamboleo de los astros canarios

Y paseas soberana por los cielos como en los prados cristalinos de Erifile


Cortan tus dedos la vidriera azul que se curva ante tu inmensa pradera

Descuelgan manadas de estrellas en estampida a pastar en tu capa

Rumian despacio su vestido de fieltro y su chaqueta de porcelana

Los reflectores del estudio patagónico las avenidas anchas de la locura

Los mallkis enterrados en tu pecho como semillas de plantas nocturnas


Los danzantes reunidos cada invierno para escalar tu cuello de viento

Se erigen como un mástil ante la profundidad de tus senos duros de tus

Caídas hondas del alma awsanqati de triángulo perfecto un pezón rico

Chupado de nubes amarunas bajeles del espíritu del rayo insolente

Saltarín de leguas de altura trayendo tormentas desde tres cruces


Y ojos del salado desde el fondo de aconquija desde el último escalón

Ante el estrecho de los mares de montaña por donde sólo se aventuran

Los que han perdido el alma en el intento escalando la bolina celina

Los que han dejado atrás la piel a tiras a trancazos con el tremendo trote

desde el potro y río blanco hasta el abismo donde flotan los cóndores


Qué mano poderosa pudo poner tu peso obeso allá encima sino tú misma

En espíritu que habitas regulando las mareas desde tu traje de novia señor

Omnipresente que presides los nacimientos y rompes las acequias del verano

Para salir a bañarte en las islas guaneras rebuscando a la madre de los peces

Quién sino tu lengua infinita que lame las heridas como un zorro piadoso


Tu lengua michinmahuida extendida una mano abierta con piel de azahar

Tu lengua villarrica explosionando ganosa espuma de descarga orgásmica

Tu lengua sollipulli que atruena los floripondios imposibles los amarillos

Que saltan choshuencos unos demonios diminutos con explosión de lampo

Y su kamaq que habita el río de arriba para marcar tu curso de planeta


Quién sino tus dedos payachatas adheridos a la roca vertical y cuchillera

Tus patitas de insecto quellcalloso que acarician las mejillas de las ninfas

Tus alas sajamas tragaluces de catedral en el primer incendio del mundo

Tus bíceps trifrontales que dibujan la curva mururata del índigo mortal

Imponiendo majestuoso su costumbre en la esfera puntiaguda de illimani


Galatea mil años brillante en juventud despliegas esa bandera llaca de perla

Sobre los valles profundos donde cuelgan las cantutas de todos los espectros

Sobre las gordas raíces que se trasmutan en bocado de horno de pan caliente

Sobre los canales que dibuja como arruga invisible tu aguja multiforme y fresca

En que se baña religioso el soterrey colillano que canta digital con su pareja


Quién ha ordenado aserrín para aislarte ahora que se enteran de tu dolencia

Del etílico aliento que descargan las nubes sobre tus mejillas durazneras

De nácar extraído desde el fondo de los mares para mostrar su perla perfecta

Quién se entera ahora de las primuras de los cíclopes especialmente ese

Polifemo de trompa bruta y de pelaje infecto y de palabras confianzudas


Él tejió la trampa en la que te han depositado a escala inconmensurable

Para tenerte entero detuvo el curso de los ríos el detrito colgando

De las raíces adheridas al lecho de los lagos limoso y limonero y de las hojas

Del ayahuasca y pastoruri y de todas las planicies que tu boca tiende

Sobre los pastos de topacio donde se topan los cuerpos expuestos al beso


Él le chanca la cabeza al pastor delicado y se alimenta de mitades de hombres

Y guarda la otra mitad para servirse en las tardes infinitas en que lo sepultan

El desprecio de un náufrago astuto que lo deja ciego el asco que le produce

A su ninfa inalcanzable y su furia procelosa se levanta y quiere llenar la boca

De sangre de corderos y de rústicos que habitan las colinas de su isla oscura


Él ronda melancólico y adverso a escalar tus faldas porque su centella

Lo obliga a llenarse de bultos parlantes de piedras fundidas en paredes

Arrancado entre la bestia que lo mastica y el cantor de rugidos psicóticos

En que proclama su altura diminuta pero capaz de atravesar las esferas

Que nunca parpadean por mirarte por encima de todos los canes ladrantes


Por amor te desdeñó y ahora levanta fogatas para besar con hollín tus algas

Y olisquear ese cuello callangate de nieve de estrella con mus de vainilla

Esa verónica venérea que viene de belverde bamboleando las caderas chaupi

Orco que transforma el mundo en redundante donosura de espíritu libre

Queriendo convertirse en tus espejos que desluce como el infante desolado


Qué extraña pasión lo guía para encerrarse en la soberbia sombra la que

No deja mirar la luz triunfante que penetra los aires lejos de la caverna

De labios de azogue allende los mares en un puerto de veleros blancos

Que ahoga con sus rocas para que no te goce nadie para que su pálida

Corteza de alambres se enrede entre las ramas de sus tristes parques


Y llorará en tus riscos un pájaro salvaje


Escrito por

Willy Gómez Migliaro

Willy Gómez Migliaro (Lima, 1968) Poeta, profesor de literatura y escritura creativa, asesor literario y corrector de estilo.


Publicado en

Poesía

Poesía en lengua española