Poemas de Susy Shock
Susy Shock, nació en diciembre de 1968 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, hija de padre pampeano y madre tucumana, con 30 años de actuación, canto y escritura, se autodefine: "Artista trans sudaca".
Colaboró en "SOY" suplemento de diversidad del diario argentino Página/12 y en "Revista Caja Muda" de la Facultad de filosofía y letras de Córdoba, "Revista AJÏ" de Ushuaia, Tierra del Fuego (ediciones Recontra Picante, Colectivo Ají), CAVILA (Argentina - Chilena) y "REVISTA COLADA" (edición independiente) entre otros.
Actualmente escribe columnas en la Revista MU (de la Cooperativa La Vaca) y una novela folletín en la revista literaria "Maten al Mensajero" de Ediciones La Parte Maldita.
En el año 2007 editó su primer libro de poesías llamado "Revuelo Sur”, y en el 2011: "Relatos en Canecalón" y "Poemario Transpirado" (todos en Ediciones Nuevos Tiempos).
Recorre el país y el extranjero con su "Poemario Trans pirado" (espectáculo de canciones y poesías) declarado de Interés para la promoción y defensa de Los Derechos Humanos por la Legislatura Porteña en el 2014. Año en el que también edita su primer disco de folklore titulado: "Buena Vida y Poca Vergüenza”.
En el año 2016 recibe mención especial en el Premio Nacional de tango y folklore período 2011_2014 por su tema "Con mi carro voy" editado en su primer disco.
Edita "Crianzas" (2016) y "Hojarascas" (2017) con editorial Muchas Nueces.
…Yo, pobre mortal,
equidistante de todo
yo D.N.I: 20.598.061
yo primer hijo de la madre que después fui
yo vieja alumna
de esta escuela de los suplicios
Amazona de mi deseo
Yo, perra en celo de mi sueño rojo
Yo, reinvindico mi derecho a ser un monstruo
ni varón ni mujer
ni XXI ni H2o
yo monstruo de mi deseo
carne de cada una de mis pinceladas
lienzo azul de mi cuerpo
pintora de mi andar
no quiero más títulos que cargar
no quiero más cargos ni casilleros a donde encajar
ni el nombre justo que me reserve ninguna Ciencia
Yo mariposa ajena a la modernidad
a la posmodernidad
a la normalidad
Oblicua
Vizca
Silvestre
Artesanal
Poeta de la barbarie
con el humus de mi cantar
con el arco iris de mi cantar
con mi aleteo:
Reinvindico: mi derecho a ser un monstruo
¡què otros sean lo Normal!
El Vaticano normal
El Credo en dios y la virgísima Normal
y los pastores y los rebaños de lo Normal
el Honorable Congreso de las leyes de lo Normal
el viejo Larrouse de lo Normal
Yo solo llevo la prendas de mis cerillas
el rostro de mi mirar
el tacto de lo escuchado y el gesto avispa del besar
y tendré una teta obscena de la luna mas perra en mi cintura
y el pene erecto de las guarritas alondras
y 7 lunares
77 lunares
qué digo: 777 lunares de mi endiablada señal de Crear
mi bella monstruosidad
mi ejercicio de inventora
de ramera de las torcazas
mi ser yo entre tanto parecido
entre tanto domesticado
entre tanto metido “de los pelos” en algo
otro nuevo título que cargar
baño: de ¿Damas? o ¿Caballeros?
o nuevos rincones para inventar
Yo: trans…pirada
mojada nauseabunda germen de la aurora encantada
la que no pide más permiso
y está rabiosa de luces mayas
luces épicas
luces parias
Menstruales Marlenes Sacayanes bizarras
sin Biblias
sin tablas
sin geografías
sin nada
solo mi derecho vital a ser un monstruo
o como me llame
o como me salga
como me pueda el deseo y la fuckin ganas
mi derecho a explorarme
a reinventarme
hacer de mi mutar mi noble ejercicio
veranearme otoñarme invernarme:
las hormonas
las ideas
las cachas
y todo el alma!!!!!!… amén.
de "Poemario Transpirado"-
Ediciones Nuevos Tiempos (2011)
La Loreta
“Después de haber perdido la gran guerra, solo nos queda arrancar triunfos en pequeñas batallas” eso decía la Loreta, la trava más aguda de los ´90, la más lúcida del barrio, la más silvestre y sabia, la misma que pintó en la columna de la catedral de Morón, la frase que una vez le dijo mi abuela la tucumana y ella se anotó “vivaraza”, en su libretita amarilla, que apretaba entre las tetas: “buena vida y poca vergüenza” escribió, en un rojo beso de rabia entonces lo escribió, para que se entere hasta el último monaguillo lo escribió, en el centro mismo de la hostia y el mandato lo escribió y ahí andaban como locos los municipales rasqueteándole la casa a Monseñor Laguna y ahí andaba la Loreta festejándose el gesto, ese otro poroto para su ganancia, “no hay que dejarlos tranquilos, seremos moscas, seremos”… y entonces se cruzaba esas largas piernas y pensaba cual sería la próxima…
Yo la conocí en la estación de tren de Ciudadela, en la gran casa que tuvimos todas, esa pequeña construcción en la punta del andén de cara a Liniers que la mayoría conocía como el baño y que las locas primeras habían fundado como una casa de citas furtivas, esa madama tetera sofisticada y rancia de cemento a donde empezábamos a caer después que el sol se escondía y entonces se podía “loquear” protegidas, en la oscuridad, tan animadas, ella se me acercó y me dio un papelito fotocopiado y maltrecho: “sos muy lindo, me gustaría hacer algo con vos” tenía escrito y entonces nos reímos, con la primera complicidad hermanada, solo eso, que lo demás va y viene… como los trenes, como los chongos, como sus días internada y nadie que lo sabía y todas que preguntaban, “che ¿se sabe algo de la Loreta?” y a los días reaparecía flaca y desgarbada y con la libretita repleta de nuevas ideas, esa guerrilla trava que le obsesionaba, como un ojo por ojo lumpen y pecaminoso…o como cuando nos presentó unas monjitas, como primas nos presentó, y las monjitas paradas al lado de la tetera y “ya vengo hermanita” y la muy guasa comiéndose una verga a metros nomás y nosotras charlándoles a las pobrecitas santas, haciéndole tiempo “¿y no estará descompuesta? ¡cuánto que tarda!” y otra vez la risa, saliéndole de esa gigantesca bocaza , esa boca de ballena, esa boca de vieja pajarraca y las monjitas cuidándola a toda hora, que así lo querrá tata dios nos decía, porque la encontraron las cristianas tirada y tan flaquita, la pobre… y entonces le hacían de madre María y también de paso, por su intermedio, también nos adoptaban y nos esperaban los domingos y ahí íbamos las locas a visitarla, en la misma casa de las monjas, que hasta ropa nueva nos daban y nos hacían unos panes riquísimos que nosotras devorábamos fingiéndonos con modales y bien educadas, y sutiles mentirosas en el juego de buenas primas y de tan lejos, que después tampoco ellas supieron más nada, piadosa y de noche su huida, sin robo ni un gracias, que así como llegaba así también se esfumaba, pero siempre desaparecía con lo puesto, hasta que meses después la cruzo en Once y ni me deja preguntarle a donde andaba, se me hecha a contar historias desaforadas y que ahora que no tiene dientes me dice, a los tipos mejor les encanta, ahora si son verdaderas mamadas las mías, y perdoná que se me va el Sarmiento y sale corriendo otra vez tan huidiza la urraca.
Que años después con la privatización de los trenes tiraron la tetera abajo y le pusieron muros a la inseguridad y a cualquier promiscuo deseo, y entonces las locas nómades nos convertimos, solitas, sin panes ni dioses, que ni el cine porno de enfrente ya es el mismo y que desde que alguien me habló de su muerte ando con los tacos grandes de la Loreta puestos, para ver si se me aparece con su libretita amarilla de venganzas en cualquier esquina , ahora que nos queda casi nada, para ganar nuevas batallas o al menos reírnos, hermanas…reírnos…
de "Relatos en Canecalón"
Ediciones Nuevos Tiempos (2011)
BESO
Besarse en los rincones oscuros
besarse frente al rostro del guarda
besarse en la puerta de la Santa Catedral de todas las Canalladas
besarse en la plaza de todas las Repúblicas
o elegir especialmente aquellas donde todavía te matan por un sodomo y gomorro beso
besarse delante de la foto del niño que también fui
y sentir que me hace un guiño para que siga, que no pare, que no interrumpa, porque le gusta ese beso…
besarse sabiendo que nuestras salivas arrastran besos denegados/ opacados/ apagados/ cercenados/ mutilados/ hambrientos/ que no son solo los nuestros
que tu labios y los míos mientras rajan la tierra la construyen
y hay una historia de besos que el espanto no ha dejado ser
y que por eso te beso
lxs beso
me besás
besaremos
por eso el beso
beso
de "Relatos en Canecalón"
Ediciones Nuevos Tiempos (2011)-
MADRES Y ABUELAS TRAVAS
Hay madres y abuelas travas de pañuelo blanco
giran en el conurbano alrededor de la pirámide de un bicentenario
a donde desaparecidas todavía vamos
sin estado de derecho
ni estado de gracia
solo la ronda de esperar el auto que frene y que tire
esos pesos mugrientos para pagar la pensión
rodar
rodar
siempre rodar más
trava de huellas…
lejos de la binaria calma, de la tele en casa
y esa santita idea de mesitas floreadas
a este desfile vamos sudacas
armadas de la nueva idea
con carteles con la foto del chico con nombre de nena
o al revés
esa bandera que no siempre la cargan los militantes
que tan a la izquierda les da vergüencita de derecha llevarla
tan padrecitos de familia que son a la final
con hijos como dios quiere y manda a la final
eso sí todos con nombres de varones de la revolución
pero lejos de semejantes mariposonas andanzas
“¡que las ideas no entran por el culo mi niño!”
“¡maricona nunca Marx!”
“¡eso es burguesa debilidad compadre!”
si supieran…
que al final siempre al final
hasta seguro que se animan al roce trava
al salivoso tacto trava
al devenir húmedo trava
bajo el mantel
a oscuras
subte
no vaya a ser que los cumpas se enteren de esta ganga de eros equivocada
por eso a esas banderas las llevamos solas
con las madres y las abuelas de la deshonra
que todavía es constitucional
aunque nosotras sí les hagamos número en sus tantitas marchas
de la por cierto… gloriosa Libertad
de "Relatos en Canecalón"
Ediciones Nuevos Tiempos (2011)-
La Loreta enamorada
La Loreta enamorada podía ser tan sencillita como patio de casa de campo o tan dramática y agujerosa como vampira de antigua novela rusa.
Así, andaba ella enredándose entre las piernas, a veces oscuras y a veces pálidas del amor, inventándose príncipes imposibles que la invitaban a rondas nocturnas de trava Cenicienta y luego, la abandonaban sin dejarle siquiera el sueñito de algún pedacito de calabaza. O se creía niña Ingalls prometiendo fidelidad que le duraba una tarde o dos o se volvía letra de tango. Como cuando esa tarde de lluvia lo citó al Gómez, su malevo soñado de turno, en plena General Paz, para suicidarse ambos desde lo alto del puente peatonal y resulta que faltó a la cita porque otra verga se le metió en el camino y andá a escucharlo, después, al Gómez echarle en cara semejante desplante. Y ella tan convencedora que le juraba y perjuraba que sí había ido, pero confundida el dato, lo había estado esperando del otro lado de Rivadavia. Y el Gómez capaz de creerle eso y más. Así era. Su cantinela de amor en sus faldas, su versito de caricia prestada y -gracias a ello- paseábamos todas sin boletos por todo el Sarmiento, ida y vuelta, amadrinadas por sus encantos de mentirillas, sus influencias de marica amadora fugaz y así, también, nos daba las mejores masitas el hijo púber del panadero, y así comíamos en el shopping de Gaona tres platos al precio de uno, porque su pete valía dos cubiertos, decía, y se turnaban los mozos para confirmárselo.
“Que el amor es eterno aunque dure solo un día”, escribía en su libretita de sueños guerrillera, y entonces, los lunes podía hacerse soñar: “señora de López” y el martes: “la perrita de Don Luis”. El miércoles: “maestrita de colimbas”, el jueves: “santa trans” para el párroco de Ciudadela, y el viernes, ¡basta!, que “una necesita un día para sí”. Y ahí, de nuevo, otra risotada, otra fuga de luz para avanzar hacia el fin de semana donde era para todos o para el primero que acertara aparecer con su linternita de gozar. Ella, que podía inventarse lujo en teteras abandonadas o ser puerca en el Hyatt, nos pasaba los secretos de su arte de amatoria, ese liceo de la calle que hicimos todas; algunas más despiertas, otras más opacas, pero siempre atentísimas a sus relatos de lengua viva. Ratona de las vías, doña de lo húmedo, esa gota que hay que saber sacar para no morir ni de hambre ni de soledad. Ese tacto de pajarilla, ese husmear eternidad en el andén de los cuerpos grises de todos los días.
de "Relatos en Canecalón"
Ediciones Nuevos Tiempos (2011)
AL BORDE DEL BORDE
(a Pedro Lemebel)
Al borde del borde asoma esta hormiga
guacha de olor ámbar,
que rebota en todos los nidos
de la naturaleza santa.
Porque no se puede ser hormiga
y andar de “ligue” con los topos
ni poner cara de oler mierda,
si Pinochet sale de ronda
mitad cerdo, mitad pavo
animalito de Dios.
Que el beso de hormiguero
que puse en el espejo del baño
es un regalo marinero que ya fue.
Media rota, media corrida, “media jodida”;
pero de solero al tono siempre.
Ojalá supieras de ese arco iris
en mi alma, esa noche de escuchar
diáfanas en forma de Lágrima Ríos.
o del aullido en la vereda de la libertad
a costa de más llagas y de un vientito verde.
Ojalá oyeras los gritos de tantas,
de doler, es claro, pero mucho más de amar la risa,
como monitos en el tinglado,
como niñas que nunca sabrán nada
y al final del país se lo sabe todo:
de golpe, de palos, de lucha, de muerte.
Y una, sin embargo, se crea el nácar
que cargaremos por el valle,
esa hojita verde de esperanza,
que llevamos en el lomo o bajo la tanga,
en el medio de semejantes tetas
para iluminarnos la cara.
¿O te pensás que somos menos
o aportamos nada,
si le estampamos mariposas revoltosas
a la cara del Che?
Ojalá entendieras antes de correrte
y salir,
antes de vestirte
y salir.
Siempre salir:
de mí, de dentro de mí,
de todas las partes de mí.
Que también tejemos la alborada
Mientras tanto: ¡viva Chile, mierda!
de "Poemario Transpirado"-
Ediciones Muchas Nueces (2011)