#ElPerúQueQueremos

Poemas de Rafael Dávila-Franco

Publicado: 2018-10-08

Rafael Dávila-Franco (Lima 1959), cursó estudios de Literatura en la Pontificia Universidad Católica del Perú y participó activamente en diversas movidas poéticas, culturales y contra-culturales (grupos, revistas, recitales, performances) al lado de colectivos como Kloaka o Asaltoalcielo y de los poetas que irrumpieron en la escena local en los años 80. Aunque la mayor parte de su poesía se mantiene inédita ha publicado los siguientes volúmenes de poesía, Animal de la veredas (Lima, 1984), Tránsito / (Zona lírica: Lima, 1988), Plumas de pez (Amherst, Massachussets, 1992), y la plaquette Vertedero de espejismos (Boston, 2004). Poemas suyos han aparecido en diversas revistas peruanas e internacionales, así como en antologías de poesía peruana o latinoamericana: La última cena (Lima, 1987), El bosque de los huesos (México, 1991), La alineación de los planetas (Boston, 2005), Kloaka /Antología Poética (Madrid, 2014), así como en el pequeño volumen Andean Poetry Summit (Boston 2007). Por otro lado, en 1994 concluyó un trabajo académico sobre la poesía peruana contemporánea desde la vanguardia, aunque enfocado particularmente en la obra de Juan Ojeda (Apuntes para una aproximación a Juan Ojeda: una perspectiva histórica); ensayo que permanece inédito. Concluyendo el año 1996 se trasladó a los EEUU a proseguir estudios de post grado, aunque también alejándose de una situación de persistente acoso político, periodístico e incluso policial de la que fue presa, por el Estado de Terror de Fujimori-Montesinos, en parte debido al activismo referido al lado de diversos grupos contra-culturales, pero sobretodo derivadas directamente de circunstancias relacionadas a una historia sentimental. Después de un breve periodo en San Francisco se radicó en Philadelphia donde obtuvo una Maestría en 2001 en Literatura y Lingüística Hispánicas en Temple University. Luego realizó estudios doctorales de Sociolingüística Hispánica en la misma Temple University, donde comenzó a estudiar la obra de José María Arguedas. Posteriormente continuó con los estudios doctorales en Boston University en el área de Literatura Latinoamericana Contemporánea, prosiguiendo con los estudios arguedianos, plasmando su propuesta en la Tesis: José María Arguedas o la utopía andina de tiempo nuevo (El lugar de JMA o vigencia y proyección de la propuesta arguediana).



                                                            LAS CUADERNAS DEL EXILIO

                                                                         (SELECCIÓN)


I. Doctoral Studies


Estampas Bostonianas (The Four Seasons)

                                  The Winter (about Purity and Evil) 

1

hablo necesariamente desde el mal

pues el mal me habita, forma parte de mí,

y yo entonces también lo habito a él:

no es que no conozca el bien

o aún que no lo practique,

sino que es sólo desde el mal desde donde

puedo hablar con mínima honestidad:

el mal se ha posado en mi ser

se ha posesionado de una parte

de mi cuerpo y desde allí extiende

sus tentáculos diseminándose por mi sangre:

es curioso cómo el mal se manifiesta en la vida

orgánica, en el funcionamiento del cerebro, p.ej.,

en los procesos intelectivos que conllevan instancias

morales, o de anormal carácter, o cómo

se manifiesta sino, en el funcionamiento de las vísceras

-mal, digo- de la sociedad humana

cuyas imperiales producciones ideológicas

fagocitan cualquier sueño personal:

¿cómo entonces amar al prójimo si tantas veces

lo desprecias tanto como a ti mismo que no dejas

de ver donde no debes?


ah! y, sin embargo,

la blancura alrededor...

es señal ya de cosa distinta...

aunque en el fondo la pregunta vuelva a ser

la misma: ¿cómo trasuntar o llenar el blanco

de esta página con los trazos de tus pasos

sobre la nieve, blanquísima,

que no deja de caer aún doblando el mes

de enero en estas latitudes boreales en la ciudad de Boston?

tenuemente diminutos copos han ido cayendo

toda la noche sobre casas y cosas: suavemente

acumulándose sin descanso: blandura

sobre blancura: el frío es sólo nuestro:

aquella arde en su perfecta arquitectura nuclear

que intacta contiene su colosal energía:

pero qué armonía tan alta deslizar un cuerpo

sobre la nieve virgen, romper miles de cristales microscópicos

(natura es blancura…. de la nata… de la amada)

al impulso de un paso firme,

porque qué bella se pone la ciudad

cuando la nieve virgen cae

(mas qué limpio era mi corazón

cuando mi padre de niño me llevo a conocer la nieve

en las andinas alturas de Ticlio).


2

porque te puedes sentar cualquier día

a tomar un café, para ver, p.ej.

solamente la nieve que cae,

en grandes copos, así manchando apenas

con blanco casas cosas aceras

pistas alfombradas que serán más tarde

pues ahora apenas se quedan los copos

un instante de cristal: es recién ahora

que te diste cuenta que tenías que escribir

unas líneas, que tomar un café espresso

para mirar no a los ojos de las chicas,

sino solamente a la nieve que cae:

porque te tuviste que refugiar tras un vidrio

que cubrir la apariencia que nos mantuvo

calientes, porque es el invierno pleno

el que ha vuelto, el que de nuevo está aquí;

y así piensas que es febrero y no abril

el mes más cruel, y, entonces, cómo

no ponerse a escribir de este frío

que nos cubre de este calor que te desnuda

ante la belleza que nos rodea, bajo

esta cortina blanca que cae? cómo?

si todo se ha cubierto del gris combado

del cielo de espumas blancas

del blando frío boreal?



               The Spring (about being none but alien)


Café del Cusco y otras provincias del Perú

                               (en Boston muchos años después)

                                                         a la memoria de Pablo Guevara

me oculto meticulosamente detrás

de una sonrisa abierta, me protejo

en mi tristeza cuando nadie que conozco me ve:

una delgada película me separa

fatalmente del resto de los hombres:

de aquellos que no conozco: una línea

corta mi lengua de los gestos de la suya,

que no conozco, que apenas balbuceo:

I really don't know what do you mean:

un velo invisible me aparta de los que

son míos, supuestamente, como un delgado

film que me cubre y me protege

y me aísla de la corriente continua

o alterna de la sociabilidad: el film

la película se proyecta ahora en mi cráneo:

en simultáneo multicinemas en la cara

interna del frontal, en la pared temporal

de la memoria, en la pantalla del parietal:

mientras hablas actúas, interactúas

con los otros: pero otra es la película

que yo veo, que pasan por la ventana

luminosa del café: las copas al fondo

frondosas de los árboles robustos

besando la blancura de los copos

de algodón puro que se desprenden

del cielo azul y límpido de una

mañana clara donde el tiempo se ha detenido

para que le hagas una sesión de fotos:

qué paz se haya aquí refugiado en este café:

es el Cusco que se ha detenido en la memoria

desde hace tantos años: de la lluvia

me refugio, del paso raudo

del tiempo de los otros que me aturde:

mas allá nadie te reconoce: rodeado de extranjeros

eres uno más entre ellos, aquella tierra

pacífica del sol no es de nadie y es

tuya también, allí no eres el extranjero

que camina mil veces las mismas calles

tratando inútilmente de ser por ellas conocido:

tierra franca para el que llega a disfrutar

de aquella limpia luminosidad: no el cielo

gris de tu ciudad horrible no esta ciudad

donde la lingua franca te vuelve extranjero

otra vez al pronunciarla

donde eres nada otra vez entre todos

nadie entre todas again




Spring 2006


alegría de la ardilla

con su bellota

en la boca: loca

salta de un lado

para otro: se detiene

un instante a rezar

su oración de acción

de gracias: corre agitada

de un lado para otro

cuando me ve acercándome:

todo en ella canta: su pelaje

brillante, su larga cola de plumas

de pavo real, sus ojitos deslumbrados

ante la luz de la primavera

que se acaba de anunciar.



señal de identidad: Philly revisited

tras la ventana de un tren: todo pasa tras la ventana

de un tren: la película toda de la vida fugazmente

como la vida misma tras la ventana de un tren que atraviesa

la bahía de San Francisco a gran velocidad: entrecortadas

imágenes como kilómetros de diapositivas atravesando

por debajo la isla de Manahata o yendo como ahora

de New Jersey a Philadelphia: todos los rostros cuerpos:

apretados jeanes: qué de bellezas dios, de mujeres detrás

del cristal del tren o adentro mismo del vagón: el videoclip

es por fuera y por dentro: una película se monta en la otra:

la de adentro y la de afuera: verde ahora y verde y más verde

árboles bosques y pastos y arbustos: casas y casas y casitas:

miles de casitas sembradas al pie de los rieles del tren:

exuberancia de la naturaleza en primavera: exuberancia

de los cuerpos contorneados de las morenas:

qué de formas curvas caderas cielos: senos que revientan

los escotes: faldas enanas que se caen para arriba

mostrando la madera suave de los muslos: y así pasamos

ahora por Camdem: el azul es color del cielo y de la gente:

estamos atravesando el cementerio de Camden

donde descansa bajo las hojas de la hierba el poeta

cuyo canto se celebraba a sí mismo: aún se alarga el follaje

como su barba de blanca cristalina nieve: en cristalinas

aguas / se bañaban treinta muchachos en el río, pero yo solo

veo a las muchachas: sus senos son dorados como las piedras

blandas del lecho: cruzamos el puente que separa los estados

y ya estamos en Philly el verdadero reino del azul,

con la música de miles davis durmiéndose dentro de uno:

detrás de la ventana todo pasa: hemos visto demasiado

detrás de la ventana de un tren: las flores silvestres te salpican

en los ojos y la avenida del verde es demasiado larga

en el camino donde se proyecta prolongándose en la memoria

donde no tenemos edad: nuestra edad son todos los años

de la vida los años que florecen las ideas las ideas que florecen

el camino de regreso porque a todos a todas las hemos visto

su rostro tan suave tan dulce a veces tan salvajemente

sexualizado ¿como yo?: son las panteras azules de philly: perseguí

enloquecido a más de una hasta sus cuevas oscuras donde

el rojo del encaje delicado resplandece sobre el negro

de los ojos que hipnotizan: bellas panteras de turgente desnudez

mostrándose en medio de la música el alcohol la hierba:

deliciosas panteras azules que apenas pude desarmar

en el torbellino desvelado de esta ciudad azul

donde el sexo es la principal señal de identidad.




César Vallejo 2008: Homage to

Escándalo de miel de los crepúsculos

Ahora era, sí, ya, después vino

para marcharse con Madre así toda alas

y entonces tuvimos que arreglárnoslas como pudiéramos

Por eso ahora tengo que recapitular: de la hache a la jota muda.

Quería decir que de todos el dolor era el que se veía

más grande con el hipo de la sangre por abajo: así

se lo tragó el misterio o el tiempo: sin ningún ministerio.

Mas dejó una pluma flotando, en el aire escrito para siempre.

Coge tú entonces esa pluma y escribo yo lo que dicta

su recuerdo: ay de tantos! ay de tan pocos!

Recuerdas que en algún momento todos le hablaban

y le hablaban, trataban de convencerle de algo

aunque después le daban duro con un palo

y duro también con una soga

(“nos siguen pegando abajo”—Charly dixit—).

Es cierto que a veces él también les hablaba,

pero la cosa es que no las traía todas consigo

aunque a Ella la tuviera apalabrada (¿Y cómo era eso

de tenerla apalabrada?): abra

cadabra la palabra en el abra andina:

aroma en el alma del alba

y aquello sea sin ser más, diríase

-como en sordina- avaloriado de heterogeneidad

y no crome ni sea visto. Y no glise en el gran colapso,

y así, la callada voz revélase y no quiere ser cifra

ni edad: calabrina tesórea de innumerables dedos

si ella estuviera aquí, los tres seríamos, con Ella,

la de los pliegues cruzados para abajo: no ella,

sino la otra, no la que siempre está cuidando

tu sueño, para luego llevarte más allá: o sea, más bien

la que tú vas y no vuelves más. Bueno, si ella misma

estuviera aquí con Ella seríamos… ¿seríais algo? ¿alguien?

He aquí sin embargo que nos sorprendieron ebrios

ante el altar íntimo del oscuro deseo del ser,

postrados ante la rosa negra de la palabra adorada:

alada la alabada palabra: descubierta geometría:

en volutas rebeldes la violencia del verbo:

mas revelada ah la palabra amada ¿armada?

y los novios lo sean en eternidad.

¿De qué hablabas? ah! sí, hablaba

de que cuando te conocí, allí nomás

se nos jodió ese brillante porvenir

en la academia para el que nos habían preparado

tanto: y se me fundió el ego como una barra de chocolate

bajo el sol: él el del grito mudo, el del estruendo mudo:

y eso ya no tuvo más remedio, pues porque

si después de tantas palabras no sobrevive

el pájaro parado, más valdría… se diría, se diría…

aunque no hablaba del pájaro de Helio

ni del de T.S. Eliot: hablaba del pájaro

el pájaro mismo… de la palabra… más valdría…

se diría… se diría… que la pobre se ha dormido

y es así que pululan profesionales: administradores

del falso saber del poder establecido: atroz

arroz a trozos arrosso trozo la mar-

tapuja. y el corazón encendido el corazón de sangre:

sangre de corazón sangrante, sangre de tu corazón

y el corazón entendido… aturdido ahora…

más valdría… corazón corazón

que se lo coman todo y acabemos.




De las voces que daba el bárbaro


1

Camisolas tornasol de descuajeringada gualdrapa

Maravilla del misterio del ser después de haber muerto

Me perdí jugando despacio con el himen de las rosas

Piedra de azogue Piedra de mar Piedra de piedra

Piedra donde yace escondida la palabra de luz - piedra

(y piedritas para no perder las migas del regreso)

Piedra blanca sobre una piedra negra: Piedra de fuego

Piedra de sol Piedra de sangre: Yahuar mayu :

Río de sangre: Río Sagrado de corazón de piedra

Ya viene cantando de lejos la calandria corazón de fuego

Y viene la golondrina también -la que sí hace un verano-

Viene la golondrina y viene la golonchina (mas parlanchina

la dueña dice cosas banales y vestido de rojo piruetea un bufón):

Ya viene la golontrina la golonrrima la golonrisa:

y qué risa que nos da, caminando de cabeza con los pies

sobre los hombros: hombro hombre hembra

hambre (la hache es muda hypocrite lecteur! —mon semblable,—

mon frère!) pero amor, amor, ¿dónde has estado?

mas fue que Aloysius Acker pasó por aquí

pero no comía maní: recitaba versos del alma,

y pude oír que decía “estoy preso al final

del penal, a la izquierda en el pabellón B

donde las ratas son libres: se comen los pocos libros escondidos,

y se pasean de un pabellón al otro; y yo, decía él, estoy preso

en el sueño de un poeta que murió hace un rato

un tal Rafael y de la fuente, la fontana del fontanero”

también preso en el plomo de su cepo porque yo no sepo

nada. Pero vino nadie: eso sí: te llamó nadie

tantas veces lo mismo otra vez: amor,

amor, ¿dónde has estado? y así yo canto

“Canto a mi amor desaparecido” desaparecida

pero no entre nichos y cuarteles

sino entre cuarteles y fosas del común

comunidades enteras dentro una sola: y quién sabe si estás

en alguna de ellas o en otra quizá de las tantas aún no halladas.

“Amor, amor, ¿dónde has estado”.

Ay! Ay! se me partió el cristal del vaso del corazón

y la camisa tanto se ha manchado que ya da pena

mirarla y ya sé que me puse viejo y feo y bruto

pero ahora me explico: lo que pasó es que ella me dio un guiño

y allí nomás se me jodió la vida entera: ya no di ni para adelante

ni para atrás: y a todos nos dio menos a ti: amor, amor…


2

Amor, amor, ¿dónde has estado? Te he buscado

tanto tiempo, dónde has estado que te he buscado

días enteros semanas completas que duraron un año

o dos o tres, amor, amor, he estado enloquecido

tantos meses muerto tantas noches embrutecido

por el sol quemándome los ojos por la hierba

estallándome el cerebro, me he perdido por las calles

todo el año que comienza me he montado en los trenes

del norte que van al sur me he sumergido

en los subterráneos perdido entre los peces

he nadado por meses perdido en el océano

sin saber qué era esa forma que volaba

entre las olas dejándome llevar por la corriente

remontando los cielos detrás de las catedrales

del odio que pontifica el poder de Roma:

en las galerías subterráneas donde el frío

se esconde entre las víboras que te perseguirán

hasta la muerte: te he buscado en las salas de espera

de los hospitales donde el cáncer devoraba mis pulmones

¿estabas tu mirando a los campesinos que gemían

de dolor mientras cavaban la morada donde terminarían

con la gracia de un tiro en las témporas temprano?

dime que no lo viste que no lo oíste que nada supiste

dime que estás a salvo en tu ventana esperándome

y que te encuentro dime que todavía no hemos vuelto

del viaje del descanso que fueron los días de primavera

más hermosos y que se fueron esos días pero ahora

volvieron los mismos pues el pájaro azul ha vuelto

a visitar la añil casa donde moro aún y me demoro:

todos han salido a la fiesta del otoño que despide

al verano y a la primavera también: todos juntos estaremos

otra vez reunidos a la mesa de una mañana eterna, pero amor,

amor, no te demores tanto, ¿ya? que hace frío aquí… y ya

nos iremos, acomodándonos… en los pliegues

más blandos… de la ballena.


Escrito por

Willy Gómez Migliaro

Willy Gómez Migliaro (Lima, 1968) Poeta, profesor de literatura y escritura creativa, asesor literario y corrector de estilo.


Publicado en

Poesía

Poesía en lengua española