Poemas de Rafael Dávila-Franco
Rafael Dávila-Franco (Lima 1959), cursó estudios de Literatura en la Pontificia Universidad Católica del Perú y participó activamente en diversas movidas poéticas, culturales y contra-culturales (grupos, revistas, recitales, performances) al lado de colectivos como Kloaka o Asaltoalcielo y de los poetas que irrumpieron en la escena local en los años 80. Aunque la mayor parte de su poesía se mantiene inédita ha publicado los siguientes volúmenes de poesía, Animal de la veredas (Lima, 1984), Tránsito / (Zona lírica: Lima, 1988), Plumas de pez (Amherst, Massachussets, 1992), y la plaquette Vertedero de espejismos (Boston, 2004). Poemas suyos han aparecido en diversas revistas peruanas e internacionales, así como en antologías de poesía peruana o latinoamericana: La última cena (Lima, 1987), El bosque de los huesos (México, 1991), La alineación de los planetas (Boston, 2005), Kloaka /Antología Poética (Madrid, 2014), así como en el pequeño volumen Andean Poetry Summit (Boston 2007). Por otro lado, en 1994 concluyó un trabajo académico sobre la poesía peruana contemporánea desde la vanguardia, aunque enfocado particularmente en la obra de Juan Ojeda (Apuntes para una aproximación a Juan Ojeda: una perspectiva histórica); ensayo que permanece inédito. Concluyendo el año 1996 se trasladó a los EEUU a proseguir estudios de post grado, aunque también alejándose de una situación de persistente acoso político, periodístico e incluso policial de la que fue presa, por el Estado de Terror de Fujimori-Montesinos, en parte debido al activismo referido al lado de diversos grupos contra-culturales, pero sobretodo derivadas directamente de circunstancias relacionadas a una historia sentimental. Después de un breve periodo en San Francisco se radicó en Philadelphia donde obtuvo una Maestría en 2001 en Literatura y Lingüística Hispánicas en Temple University. Luego realizó estudios doctorales de Sociolingüística Hispánica en la misma Temple University, donde comenzó a estudiar la obra de José María Arguedas. Posteriormente continuó con los estudios doctorales en Boston University en el área de Literatura Latinoamericana Contemporánea, prosiguiendo con los estudios arguedianos, plasmando su propuesta en la Tesis: José María Arguedas o la utopía andina de tiempo nuevo (El lugar de JMA o vigencia y proyección de la propuesta arguediana).
LAS CUADERNAS DEL EXILIO
(SELECCIÓN)
I. Doctoral Studies
Estampas Bostonianas (The Four Seasons)
The Winter (about Purity and Evil)
1
hablo necesariamente desde el mal
pues el mal me habita, forma parte de mí,
y yo entonces también lo habito a él:
no es que no conozca el bien
o aún que no lo practique,
sino que es sólo desde el mal desde donde
puedo hablar con mínima honestidad:
el mal se ha posado en mi ser
se ha posesionado de una parte
de mi cuerpo y desde allí extiende
sus tentáculos diseminándose por mi sangre:
es curioso cómo el mal se manifiesta en la vida
orgánica, en el funcionamiento del cerebro, p.ej.,
en los procesos intelectivos que conllevan instancias
morales, o de anormal carácter, o cómo
se manifiesta sino, en el funcionamiento de las vísceras
-mal, digo- de la sociedad humana
cuyas imperiales producciones ideológicas
fagocitan cualquier sueño personal:
¿cómo entonces amar al prójimo si tantas veces
lo desprecias tanto como a ti mismo que no dejas
de ver donde no debes?
ah! y, sin embargo,
la blancura alrededor...
es señal ya de cosa distinta...
aunque en el fondo la pregunta vuelva a ser
la misma: ¿cómo trasuntar o llenar el blanco
de esta página con los trazos de tus pasos
sobre la nieve, blanquísima,
que no deja de caer aún doblando el mes
de enero en estas latitudes boreales en la ciudad de Boston?
tenuemente diminutos copos han ido cayendo
toda la noche sobre casas y cosas: suavemente
acumulándose sin descanso: blandura
sobre blancura: el frío es sólo nuestro:
aquella arde en su perfecta arquitectura nuclear
que intacta contiene su colosal energía:
pero qué armonía tan alta deslizar un cuerpo
sobre la nieve virgen, romper miles de cristales microscópicos
(natura es blancura…. de la nata… de la amada)
al impulso de un paso firme,
porque qué bella se pone la ciudad
cuando la nieve virgen cae
(mas qué limpio era mi corazón
cuando mi padre de niño me llevo a conocer la nieve
en las andinas alturas de Ticlio).
2
porque te puedes sentar cualquier día
a tomar un café, para ver, p.ej.
solamente la nieve que cae,
en grandes copos, así manchando apenas
con blanco casas cosas aceras
pistas alfombradas que serán más tarde
pues ahora apenas se quedan los copos
un instante de cristal: es recién ahora
que te diste cuenta que tenías que escribir
unas líneas, que tomar un café espresso
para mirar no a los ojos de las chicas,
sino solamente a la nieve que cae:
porque te tuviste que refugiar tras un vidrio
que cubrir la apariencia que nos mantuvo
calientes, porque es el invierno pleno
el que ha vuelto, el que de nuevo está aquí;
y así piensas que es febrero y no abril
el mes más cruel, y, entonces, cómo
no ponerse a escribir de este frío
que nos cubre de este calor que te desnuda
ante la belleza que nos rodea, bajo
esta cortina blanca que cae? cómo?
si todo se ha cubierto del gris combado
del cielo de espumas blancas
del blando frío boreal?
The Spring (about being none but alien)
Café del Cusco y otras provincias del Perú
(en Boston muchos años después)
a la memoria de Pablo Guevara
me oculto meticulosamente detrás
de una sonrisa abierta, me protejo
en mi tristeza cuando nadie que conozco me ve:
una delgada película me separa
fatalmente del resto de los hombres:
de aquellos que no conozco: una línea
corta mi lengua de los gestos de la suya,
que no conozco, que apenas balbuceo:
I really don't know what do you mean:
un velo invisible me aparta de los que
son míos, supuestamente, como un delgado
film que me cubre y me protege
y me aísla de la corriente continua
o alterna de la sociabilidad: el film
la película se proyecta ahora en mi cráneo:
en simultáneo multicinemas en la cara
interna del frontal, en la pared temporal
de la memoria, en la pantalla del parietal:
mientras hablas actúas, interactúas
con los otros: pero otra es la película
que yo veo, que pasan por la ventana
luminosa del café: las copas al fondo
frondosas de los árboles robustos
besando la blancura de los copos
de algodón puro que se desprenden
del cielo azul y límpido de una
mañana clara donde el tiempo se ha detenido
para que le hagas una sesión de fotos:
qué paz se haya aquí refugiado en este café:
es el Cusco que se ha detenido en la memoria
desde hace tantos años: de la lluvia
me refugio, del paso raudo
del tiempo de los otros que me aturde:
mas allá nadie te reconoce: rodeado de extranjeros
eres uno más entre ellos, aquella tierra
pacífica del sol no es de nadie y es
tuya también, allí no eres el extranjero
que camina mil veces las mismas calles
tratando inútilmente de ser por ellas conocido:
tierra franca para el que llega a disfrutar
de aquella limpia luminosidad: no el cielo
gris de tu ciudad horrible no esta ciudad
donde la lingua franca te vuelve extranjero
otra vez al pronunciarla
donde eres nada otra vez entre todos
nadie entre todas again
Spring 2006
alegría de la ardilla
con su bellota
en la boca: loca
salta de un lado
para otro: se detiene
un instante a rezar
su oración de acción
de gracias: corre agitada
de un lado para otro
cuando me ve acercándome:
todo en ella canta: su pelaje
brillante, su larga cola de plumas
de pavo real, sus ojitos deslumbrados
ante la luz de la primavera
que se acaba de anunciar.
señal de identidad: Philly revisited
tras la ventana de un tren: todo pasa tras la ventana
de un tren: la película toda de la vida fugazmente
como la vida misma tras la ventana de un tren que atraviesa
la bahía de San Francisco a gran velocidad: entrecortadas
imágenes como kilómetros de diapositivas atravesando
por debajo la isla de Manahata o yendo como ahora
de New Jersey a Philadelphia: todos los rostros cuerpos:
apretados jeanes: qué de bellezas dios, de mujeres detrás
del cristal del tren o adentro mismo del vagón: el videoclip
es por fuera y por dentro: una película se monta en la otra:
la de adentro y la de afuera: verde ahora y verde y más verde
árboles bosques y pastos y arbustos: casas y casas y casitas:
miles de casitas sembradas al pie de los rieles del tren:
exuberancia de la naturaleza en primavera: exuberancia
de los cuerpos contorneados de las morenas:
qué de formas curvas caderas cielos: senos que revientan
los escotes: faldas enanas que se caen para arriba
mostrando la madera suave de los muslos: y así pasamos
ahora por Camdem: el azul es color del cielo y de la gente:
estamos atravesando el cementerio de Camden
donde descansa bajo las hojas de la hierba el poeta
cuyo canto se celebraba a sí mismo: aún se alarga el follaje
como su barba de blanca cristalina nieve: en cristalinas
aguas / se bañaban treinta muchachos en el río, pero yo solo
veo a las muchachas: sus senos son dorados como las piedras
blandas del lecho: cruzamos el puente que separa los estados
y ya estamos en Philly el verdadero reino del azul,
con la música de miles davis durmiéndose dentro de uno:
detrás de la ventana todo pasa: hemos visto demasiado
detrás de la ventana de un tren: las flores silvestres te salpican
en los ojos y la avenida del verde es demasiado larga
en el camino donde se proyecta prolongándose en la memoria
donde no tenemos edad: nuestra edad son todos los años
de la vida los años que florecen las ideas las ideas que florecen
el camino de regreso porque a todos a todas las hemos visto
su rostro tan suave tan dulce a veces tan salvajemente
sexualizado ¿como yo?: son las panteras azules de philly: perseguí
enloquecido a más de una hasta sus cuevas oscuras donde
el rojo del encaje delicado resplandece sobre el negro
de los ojos que hipnotizan: bellas panteras de turgente desnudez
mostrándose en medio de la música el alcohol la hierba:
deliciosas panteras azules que apenas pude desarmar
en el torbellino desvelado de esta ciudad azul
donde el sexo es la principal señal de identidad.
César Vallejo 2008: Homage to
Escándalo de miel de los crepúsculos
Ahora era, sí, ya, después vino
para marcharse con Madre así toda alas
y entonces tuvimos que arreglárnoslas como pudiéramos
Por eso ahora tengo que recapitular: de la hache a la jota muda.
Quería decir que de todos el dolor era el que se veía
más grande con el hipo de la sangre por abajo: así
se lo tragó el misterio o el tiempo: sin ningún ministerio.
Mas dejó una pluma flotando, en el aire escrito para siempre.
Coge tú entonces esa pluma y escribo yo lo que dicta
su recuerdo: ay de tantos! ay de tan pocos!
Recuerdas que en algún momento todos le hablaban
y le hablaban, trataban de convencerle de algo
aunque después le daban duro con un palo
y duro también con una soga
(“nos siguen pegando abajo”—Charly dixit—).
Es cierto que a veces él también les hablaba,
pero la cosa es que no las traía todas consigo
aunque a Ella la tuviera apalabrada (¿Y cómo era eso
de tenerla apalabrada?): abra
cadabra la palabra en el abra andina:
aroma en el alma del alba
y aquello sea sin ser más, diríase
-como en sordina- avaloriado de heterogeneidad
y no crome ni sea visto. Y no glise en el gran colapso,
y así, la callada voz revélase y no quiere ser cifra
ni edad: calabrina tesórea de innumerables dedos
si ella estuviera aquí, los tres seríamos, con Ella,
la de los pliegues cruzados para abajo: no ella,
sino la otra, no la que siempre está cuidando
tu sueño, para luego llevarte más allá: o sea, más bien
la que tú vas y no vuelves más. Bueno, si ella misma
estuviera aquí con Ella seríamos… ¿seríais algo? ¿alguien?
He aquí sin embargo que nos sorprendieron ebrios
ante el altar íntimo del oscuro deseo del ser,
postrados ante la rosa negra de la palabra adorada:
alada la alabada palabra: descubierta geometría:
en volutas rebeldes la violencia del verbo:
mas revelada ah la palabra amada ¿armada?
y los novios lo sean en eternidad.
¿De qué hablabas? ah! sí, hablaba
de que cuando te conocí, allí nomás
se nos jodió ese brillante porvenir
en la academia para el que nos habían preparado
tanto: y se me fundió el ego como una barra de chocolate
bajo el sol: él el del grito mudo, el del estruendo mudo:
y eso ya no tuvo más remedio, pues porque
si después de tantas palabras no sobrevive
el pájaro parado, más valdría… se diría, se diría…
aunque no hablaba del pájaro de Helio
ni del de T.S. Eliot: hablaba del pájaro
el pájaro mismo… de la palabra… más valdría…
se diría… se diría… que la pobre se ha dormido
y es así que pululan profesionales: administradores
del falso saber del poder establecido: atroz
arroz a trozos arrosso trozo la mar-
tapuja. y el corazón encendido el corazón de sangre:
sangre de corazón sangrante, sangre de tu corazón
y el corazón entendido… aturdido ahora…
más valdría… corazón corazón
que se lo coman todo y acabemos.
De las voces que daba el bárbaro
1
Camisolas tornasol de descuajeringada gualdrapa
Maravilla del misterio del ser después de haber muerto
Me perdí jugando despacio con el himen de las rosas
Piedra de azogue Piedra de mar Piedra de piedra
Piedra donde yace escondida la palabra de luz - piedra
(y piedritas para no perder las migas del regreso)
Piedra blanca sobre una piedra negra: Piedra de fuego
Piedra de sol Piedra de sangre: Yahuar mayu :
Río de sangre: Río Sagrado de corazón de piedra
Ya viene cantando de lejos la calandria corazón de fuego
Y viene la golondrina también -la que sí hace un verano-
Viene la golondrina y viene la golonchina (mas parlanchina
la dueña dice cosas banales y vestido de rojo piruetea un bufón):
Ya viene la golontrina la golonrrima la golonrisa:
y qué risa que nos da, caminando de cabeza con los pies
sobre los hombros: hombro hombre hembra
hambre (la hache es muda hypocrite lecteur! —mon semblable,—
mon frère!) pero amor, amor, ¿dónde has estado?
mas fue que Aloysius Acker pasó por aquí
pero no comía maní: recitaba versos del alma,
y pude oír que decía “estoy preso al final
del penal, a la izquierda en el pabellón B
donde las ratas son libres: se comen los pocos libros escondidos,
y se pasean de un pabellón al otro; y yo, decía él, estoy preso
en el sueño de un poeta que murió hace un rato
un tal Rafael y de la fuente, la fontana del fontanero”
también preso en el plomo de su cepo porque yo no sepo
nada. Pero vino nadie: eso sí: te llamó nadie
tantas veces lo mismo otra vez: amor,
amor, ¿dónde has estado? y así yo canto
“Canto a mi amor desaparecido” desaparecida
pero no entre nichos y cuarteles
sino entre cuarteles y fosas del común
comunidades enteras dentro una sola: y quién sabe si estás
en alguna de ellas o en otra quizá de las tantas aún no halladas.
“Amor, amor, ¿dónde has estado”.
Ay! Ay! se me partió el cristal del vaso del corazón
y la camisa tanto se ha manchado que ya da pena
mirarla y ya sé que me puse viejo y feo y bruto
pero ahora me explico: lo que pasó es que ella me dio un guiño
y allí nomás se me jodió la vida entera: ya no di ni para adelante
ni para atrás: y a todos nos dio menos a ti: amor, amor…
2
Amor, amor, ¿dónde has estado? Te he buscado
tanto tiempo, dónde has estado que te he buscado
días enteros semanas completas que duraron un año
o dos o tres, amor, amor, he estado enloquecido
tantos meses muerto tantas noches embrutecido
por el sol quemándome los ojos por la hierba
estallándome el cerebro, me he perdido por las calles
todo el año que comienza me he montado en los trenes
del norte que van al sur me he sumergido
en los subterráneos perdido entre los peces
he nadado por meses perdido en el océano
sin saber qué era esa forma que volaba
entre las olas dejándome llevar por la corriente
remontando los cielos detrás de las catedrales
del odio que pontifica el poder de Roma:
en las galerías subterráneas donde el frío
se esconde entre las víboras que te perseguirán
hasta la muerte: te he buscado en las salas de espera
de los hospitales donde el cáncer devoraba mis pulmones
¿estabas tu mirando a los campesinos que gemían
de dolor mientras cavaban la morada donde terminarían
con la gracia de un tiro en las témporas temprano?
dime que no lo viste que no lo oíste que nada supiste
dime que estás a salvo en tu ventana esperándome
y que te encuentro dime que todavía no hemos vuelto
del viaje del descanso que fueron los días de primavera
más hermosos y que se fueron esos días pero ahora
volvieron los mismos pues el pájaro azul ha vuelto
a visitar la añil casa donde moro aún y me demoro:
todos han salido a la fiesta del otoño que despide
al verano y a la primavera también: todos juntos estaremos
otra vez reunidos a la mesa de una mañana eterna, pero amor,
amor, no te demores tanto, ¿ya? que hace frío aquí… y ya
nos iremos, acomodándonos… en los pliegues
más blandos… de la ballena.