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Poemas de Ruth Vega Puñal

Publicado: 2018-08-28

Ruth Vega Puñal (14 de Abril de 1971) de madre quechua y padre Amara, cusqueña de nacimiento, comparte poesía en redes sociales, revistas y radios online, ha participado en recitales en su ciudad natal tales como Enero en la palabra (2015 y 2016), Señales de Humo (2016), Tránsito de niebla en Paucartambo (2017), lecturas en la Casa de la Literatura Cusqueña. (2018).  

Convencida estoy que la poesía es hechura de la tierra húmeda que espera brotar savia para alimentar al hambriento y echar raíces en nuestras venas.



Origen

Yo nací sobre unas mantas viejas 

Pero intensamente coloridas de sonrisas

Aquel día no tocaron para mí las campanas

Pero el pecho de mi madre repica hasta ahora

Llovía y era de madrugada

Pero el canto de la lluvia sobre la calle

No pudo más que el primer llanto mío

No hubo acero que cortara el cordón

Pero si los cristales rotos en los ojos de mi abuela

De un solo tajo separada fui del río sanguíneo

Para ser alzada victoriosa sobre las nubes grises

Y tragarme las inmensas cascadas del cielo

Mi padre sol se desbordó sobre mi piel nueva

Fundiendo metal dorado en mis venas

Mi hermano viento corrió a mi encuentro

Para vestirme con pétalos de ñucchus y kantus

Confieso que aun así tiritaba de frío

Hasta que la corteza de fuego de mi madre abrigo la mía

Hasta que el río blanco de sus pechos calentó mis entrañas

¡Ya había nacido ya había vivido!

Tenía que aprender a soñar y dormí

Soñé que aprendía a hablar y caminar

Cuando desperté sentí frió sentí hambre

Mi lengua se enredó y no supe decir palabra

Mis piernas jamás respondieron




EXTINCIÓN

Soy otorongo cautivo mimetizado a la noche

Huyo desgarrando barrotes de carne

Persigo los rastros del último aliento

Oliendo la tierra y sus surcos abiertos

Con agrietado hocico escarbo bajo el lodo

Con húmeda lengua lamo el asfalto

Sobrevivo reventando las venas

Al asecho de sus nubes y soles

Comiéndome las lunas preñadas

Para ver parir las estrellas que se me esconden

Ardieron mis ojos vuestra ceguera

Mi estómago digirió sus hambres

A campo abierto a tiro de bala

Descansaba mi negra existencia

Mas ahora ya no sabe de mí la luz del día

Pocas veces me descubro

Como ahora a tus ojos

Quizás para no olvidarme

Quizás para que me recuerdes

Los míos ya no podrán hablarte

A los tuyos se les cercenarán las lenguas

Deja de desnudar el que es mi hogar

Deja a mis hermanas amamantar sus mañanas

Que son cien días de soñar con ella

Que han de ser veinte años más de aliento

Ata tus manos asesinas y suicidas

Destruye con ellas el hierro que humea

No acerques tu propio tiempo

Engendra una sonrisa para mirarla

No quieras solo añorarla



RESISTENCIA

Aún puede reventar mi piel y germinarme unas plumas

Desnuda abrí los ojos y oyeron mi primer grito los pájaros

Ellos mismos han de venir a llenar mi garganta de sus cantos

Que hastiada estoy de ir de tumbo en tumbo arrastrando mi lengua

Aprenderé el lenguaje de la lluvia cuando canta

Y ay de ti si no estás para juntar tu voz a la mía

Porque lloveremos el cielo para despertar las raíces del sonido

Inundaremos el vació hasta que vaya a parir tu canto

Silencio invadiremos cada espacio tuyo

Y mañana cuando el sol esté sobre tu ombligo

Despertarás en cascadas cual bullicio de millones de mamíferos en celo

Ha llegado el sol de mediodía sobre la cordillera blanca

Ella le ha engendrado una hija que lleva por nombre selva

Tiene anchas las caderas y es de frondosa cabellera

La vida no ha de resistirse a ella y parirá hasta la arena

Su belleza tiene el mismo color de tus ojos ahora que lloran


28 Mayo de 2014




NIDO

Yo me he sabido siempre de tierra

Mis huesos atados por fibras de totora

Mi rostro corteza madurada al sol

Mi llanto sangre de mis cielos rotos

Mi sonrisa silbido del viento libre

No me mires más con ojos de estrella

Que tú y yo somos dos porciones de barro

De tanto que nuestros ojos han llovido

Acércate un poquito que mi sangre es tibia

Muy a pesar del frío de tus ojos

Duerme tus oídos sobre mi pecho

Que allí muy dentro

El corazón verde del lago no deja de nacer

Hablaré con las keñolas que viven en él

Volarán lo sé cuanto tenga que ser

Y han de tejer una casita de totora y agua para ti




Presagio

Cuando esa puerta se abra

mi casa

será vacía de ti

será vacía de mí

entrará el viento a desprender tu sombra

saldrá la lluvia por las ventanas


Escrito por

Willy Gómez Migliaro

Willy Gómez Migliaro (Lima, 1968) Poeta, profesor de literatura y escritura creativa, asesor literario y corrector de estilo.


Publicado en

Poesía

Poesía en lengua española