Poema de Vladimir Herrera
Vladimir Herrera, es un poeta peruano nacido en Lampa, (Perú), en 1950. Publicó su primer libro de poemas, "Mate de cedrón", en 1974. Ha vivido en Lisboa, Roma, París y Barcelona. En esta última ciudad fundó la editorial artesanal Auqui, en la que publicó principalmente la obra de Emilio Adolfo Westphalen, André Coyné y Américo Ferrari. Ha dirigido las revistas Trafalgar Square y Celos junto con Enrique Vila-Matas y Cristina Fernández Cubas. En 1980 fue becado por el Instituto Nacional de Bellas Artes de México y durante un año trabajó en un taller de poesía con Tamara Kamenszain y Alberto Blanco. Además del poemario mencionado, es autor de los libros "Del verano inculto" (Valencia, Taberna de Cimbeles, 1980), "Pobre poesía peruana" (Barcelona, Auqui, 1989), "Almanaque" (Barcelona, Auqui, 1990), "Kiosko de Malaquita" (Barcelona, Auqui, 1993) y "Poemas incorregibles" una colección consagratoria de su obra publicada en Barcelona por Tusquets editores el año 2000. En el 2009 fue antologado por Andrés Soria Olmedo en "20 años de poesía, (1989-2009)" en la colección Nuevos Textos Sagrados de Tusquets Editores. También figura en "Espléndida Iracundia. Antología consultada de la poesía peruana 1968-2008", Lima, junio del 2012. Actualmente vive en las montañas del Cusco y recientemente, su primer libro, ha sido re-editado en co-edición por el Grupo editorial Hijos de la lluvia y editorial Cascahuesos Editores. En diciembre del 2011 editorial Laguna Brechtiana re-editó para el Perú su libro "Del Verano Inculto".
La poesía de Vladimir Herrera surge de lo más recóndito e inaccesible del conocimiento y sólo a través del empleo de la intuición logra aflorar una filosofía vital que dialoga con la tradición clásica, desde Góngora a Lezama, para poder nutrirse sin traumas de los poetas de la tradición surrealista peruana mediante un lenguaje que traspasa el hermetismo y renace transparente y ligero como el aire de las alturas. Estamos ante una obra poética que explora la más absoluta claridad y el conocimiento oculto de la palabra en fructífera conversación con el barroquismo, quedando dicha aparente contradicción resuelta con la más admirable libertad e independencia, cuya experiencia de lectura acaba permitiendo el mundo, con palabras del poeta, "de la flama erecta para el mejor lector del hígado etrusco".
Rodolfo Hassler
Pobre Poesía Peruana
Westphalen tirita entre las horas
de su felicidad de nuevo librado
a la sombra de una rosa grande
Le priva el viento retinto
de su habitual noción
La memoria ladeada por el sueño
El viejo surrealista y la felicidad
meando de puntillas en los vínculos
Sin embargo el viejo sabe como
sobraba en cabeza de obsidiana
la afanosa sombra de la rosa
que ya no quiere caer
Y alcanza el peso del iridio
le estira de ese corazón
su memoria
a sus ángulos le obliga
a su figura leve como una manzana
de yodo más contraída que un astro
Lenta estocada en su cristal
(Pero el viejo ordena sus manos
mercurianas limpias calidades de iridio
como en vitrinas de ciudades áureas
Que en celadas de un vestido blanco
La talladura tiesa de admirados apetitos
Sólo una escena sencilla
Del libre en su dominio amado)
Allí practicaba Lezama
El arquetipo su agitación de ciego
Allí pisaba el polvo de su amadora senda
Alto en un patio de voces
Que han invadido las llamas
La arcilla de las hadas
El árbol de Ayacucho
Más aún que el árbol de la voz herida
Tibia como el cuerpo recogido
La flor del latido
Del mar de las grandes migraciones
Como el compás de un eclipse
El viejo y su cuchara de lata
Las olas del lienzo
mojando el bazar oscuro
Vencidas del rumbo permanente
Cambiadas
Por huellas del fin en las espumas
En tránsito a su enamoramiento quieto
Aún todavía compás de eclipse
El viejo de la rosa grande
Toda exageración y cumplimiento
Toda consumación de constructor
riguroso
El viejo surrealista peruano
Donde eran de magnitud la rosa
Y la evaporación de naves
Más todavía que un trígono
Propicio en la desesperanza
Destino de cuyo día y obra
De cuya felicidad mayor
nimbos truenos son
de su alegría fosca
Usando mar causando alivio
Como vuelo o escama
de la saliva en el beso
El vientre harto
Precoz que te oye
Pasar hoy
Silvando espejos.