#ElPerúQueQueremos

FOTOGRAFÍA DE  mARY aNN aGURTO

Sobre 'Lírico puro', de Willy Gómez Migliaro [por: Gloria Portugal]

                                                el poema es mi cuerpo 

                                                BLANCA VARELA

Publicado: 2018-02-08


Conozco la poesía de Willy Gómez Migliaro desde hace un poco más de conocerlo a él. Supe de sus versos por primera vez, cuando publicó su “Construcción Civil” en el 2013. Acostumbrada como estaba a lo fácil, me costó mucho trabajo la lectura de ese poemario y, obviamente, lo solté antes de terminar de leerlo. Me consolé recordando a Borges hablar del contrasentido que representaba la frase lectura obligatoria. Entre otras cosas, él decía, refiriéndose a Shakespeare: “Si les resulta tedioso, déjenlo. Él no ha escrito aún para ustedes. Llegará un día en que él será digno de ustedes y ustedes serán dignos de él, pero mientras tanto no hay que apresurar las cosas…”. Es la anécdota que suelo recordar cada vez que me siento incapacitada para comprender algún escrito del autor que fuera. Eventualmente, adquiero la dignidad requerida para ese propósito, pero no siempre tengo suerte. De modo que pasaron varios años antes de que tomara de nuevo el libro que menciono y reiniciara mi lectura. Fue a principios del 2016, cuando visité el taller de escritura creativa de Willy. En esa época también me hice con otro libro suyo: Pintura roja. Debo confesar que este último poemario me atrajo más, al saber que su temática aludía a museos y obras de arte. Entonces me acerqué al libro como me acerco a los cuadros de los museos, sin miedo a “no comprender”, solo con la intención de “sentir” y “disfrutar”, ya que ¿para qué más sirve el arte si no es para producir goce? 

Y, seguramente, ese fue el día en que mi pequeño entendimiento fue digno de una parte del universo poético de Willy. Del mismo modo en que me acerqué a Pintura Roja, me acerqué a Lírico puro. Me sumergí en su lectura como en un río de imágenes urbanas vívidas. Me choqué con un torrente de objetos cotidianos y me deslicé a través de sus collages lingüísticos llenos de colores sombríos. Y es que si Willy Gómez fuera pintor, imagino que sería como Jackson Pollock, quien usaba su propio cuerpo, además de las herramientas tradicionales, como pinceles, caballetes y telas, para la confección de sus cuadros. Su técnica consistía en verter, dejar gotear o salpicar con pintura la superficie de un lienzo, para transmitir velocidad y movimiento. Además de eso, le daba volumen y textura a sus cuadros añadiendo arena, pedazos de vidrio y otros materiales. En la poesía de Gómez, son los verbos en infinitivo y la ausencia de pronombres personales los que le dan movimiento y agilidad a sus versos. Al igual que Pollock, le da volumen a sus textos insertando retazos de lenguaje y personajes tácitos. Crea texturas cuando pega elementos, aparentemente banales, sobre sus poemas como si se tratara de pegatinas: latas, velas, televisores, cucharas, escaleras, ganchos de ropa, cartucheras, lijas, jabones, espejos, bicicletas, geranios, tuberías de plástico, piedritas… En Lírico puro, una serie de símbolos se pueden arrastrar sobre la hierba del jardín, y también se los puede encontrar en un film alveolar para dar felicidad, como apunta el autor. Aunque si bien, el poeta nunca aparece explícitamente en los poemas con un “yo” a secas, a través de verbos conjugados en la primera persona del plural, como “estamos” o “somos”, nos hace saber que forma parte de una comunidad. Nunca está solo. El título del libro, por otro lado, hace referencia a su corporalidad. Es un ser lírico que usa el lenguaje en su estado más puro.

Continuando con la analogía entre la poesía de Gómez y el trabajo de un artista plástico, podría añadir que algunos elementos de su poética nos remiten, no solo al Action Painting de Pollock, sino también al Pop Art. Encontramos un ejemplo de esto en el poema inaugural, en el que, mientras Andy Warhol usa la imagen de una lata de su sopa de tomates favorita para exaltar lo banal, el poeta se vale de latas de leche (¿Gloria?) para hacer alusión, tanto a la sociedad de consumo, como a las infinitas posibilidades de la poesía. Nos muestra que es posible poetizar lo insignificante y convertirlo en arte.

La poesía es otra manera de pensar la vida, ha dicho el autor. Creemos que a eso se debe su continua batalla con las palabras: a su afán por replantearse su propia existencia. Veamos, pues, cómo lo hace, cómo destruye y construye, cómo aparecen nueces entre páginas y páginas, al tiempo que le saca chispas al lenguaje, porque a veces al sacarle colmillos a la realidad //somos dañados.


                                nueces entre páginas y páginas 

                                de modo que así funcionan las

                                cosas de naturalismo bárbaro y

                                corte de uñas sin función al dar

                                precio necesario si envuelve una

                                decisión de partir cáscaras y

                                la historia del niño como una

                                propagación casi literal de su

                               recolectora así de fácil cuando

                               la nuez no es sino fruto seco de

                               árbol acaso está hecha la historia

                               y esas uñas pintadas desfiguran

                               carne sobre el tablón

                               al final de un encuentro

                               las criaturas infelices amamos

                               o decimos desde la droga

                               son lilas al señalar un curso

                               meter nariz a ese libro de las

                               nueces por dios sus corazas

                               no cubren lenguaje

                               al sacarle colmillos a la realidad

                               somos dañados


Escrito por

Willy Gómez Migliaro

Willy Gómez Migliaro (Lima, 1968) Poeta, profesor de literatura y escritura creativa, asesor literario y corrector de estilo.


Publicado en

Poesía

Poesía en lengua española